Y vamos por la cuarta entrega de Ágora (la sección intensiva que está sucediendo 2 veces por semana del 17 de marzo al 2 de abril, la próxima es la última semana!). Hoy conoceremos cómo han construido su negocio a medida y también a qué han tenido que renunciar para ello. Porque para conseguir algo hay que renunciar a algo más (eso es así de toda la vida de Dios).
¿Quieres conocer sus respuestas? Sigue leyendo! :)
Pregunta 7
Esta temporada estoy tratando de enseñar que se puede Emprender a Medida. cuéntame: ¿en qué medida tu negocio está construido para satisfacer tus necesidades de vida, cómo te ayuda a vivir mejor y más a gusto? ¿Cómo lo has construido para que encaje con las piezas de tu vida personal y las cosas que eran y son de verdad importantes para ti y a las que no quieres renunciar?
Anna, Fácil y Sencillo
¿Qué pasaría si pudieras dedicarle la mayor parte del día a hacer lo que realmente te gusta? Pues así es como está construido mi negocio. En los años que estuve trabajando como Ingeniera de Telecomunicaciones, el tiempo que invertía en hacer lo que me gustaba resultaban ser los ratos libres que me quedaban. Cogía la cámara y fotografiaba, escribía en el blog, navegaba por Pinterest y buscaba el próximo proyecto handmade para probar… A día de hoy todas estas actividades forman parte de mi trabajo, así que satisface por completo la necesidad de disfrutar de mi trabajo, algo que pienso que es realmente importante.
Hace poco leí en las redes algo así como “No existe el lunes malo, sino el trabajo que no te gusta”. Desde que trabajo en mi propio negocio, me da igual el día que sea de la semana porque la mayoría de los días son buenos y cuando vienen malos, que también los hay, no tienen por qué ser lunes.
Otra cosa que valoro y mucho de mi trabajo es que no depende de una oficina, localización o horarios. Trabajar en el 2.0. me permite moverme y poder trabajar en cualquier lugar del mundo. Sólo necesito llevarme un portátil, la cámara (porque no voy a ningún lado sin ella) y tener conexión a Internet. Y como tampoco depende de horarios puedo empezar el día contestando correos, seguirlo yendo a comprar al mercado a las 12 del mediodía y acabándolo a 40km en casa de unos amigos y escribiendo allí mi próximo libro digital.
Elena, Meisi
Hasta hace muy poco yo he ido tirando p’alante como los de Alicante, simplemente. Así que de repente me veía demasiado liada, pero pensaba: “ah, ahora no me puedo permitir otra cosa, me aguanto”. No sentía que era algo que yo podía dominar. Hasta que pensé: “oye, que sí que se puede”. Y empecé a trabajar en esa dirección: conseguir más tiempos no invadidos por el trabajo. Pero tampoco pude mucho, seguía estando un poco en la rueda del hamster. Contenta, pero en la rueda.
Ahora lo he enfocado de otra forma: no es el tiempo que quiero estar con los míos. (Ojo, mis hijos NO son bebés). Es cuánto dinero quiero ganar para mi familia, pasándomelo muy bien.
De momento esa es la medida de mis límites: no es tanto dejar tiempo para mi familia como que lo que hago cada día como trabajo esté más integrado en mi familia. Vamos, que lo mismo estoy leyendo en el casero y familiar sofá, ¡pero es sobre marketing!
Erika, El Camino Rubí
Trabajé muy poco por cuenta ajena. Es algo que desde pequeña sabía que no encajaba conmigo y mi obsesivo proceso creativo. No sé hacer nada que no nazca de mis tripas. Puedo hacerlo, claro está, ya se encargaron mis padres, el colegio y la academia de hacerme tragar aquello que no quería por el bien común o, debería decir, por el salario fijo y “la seguridad” que da el trabajo por cuenta ajena (o eso dicen). Pero cada vez que lo he intentado, acabo cayendo gravemente enferma. Por eso decidí apostar por hacer lo que mi deseo pedía y lo que mis capacidades señalaban. No hay nada en mi proyecto que no aproveche las 2 o 3 cosas buenas que sólo yo sé hacer.
Trabajar en mi proyecto me ha enseñado a tomarme medidas. Empecé con ideas prestadas, con un imaginario de cómo trabajan las personas autónomas. Se me olvidó tener en cuenta mi edad, mi generación, mi sexo y mi género ¡craso error! La primera medida, para mí, de un trabajo a medida es el cuerpo y sin considerar el sexo y género de éste vamos a la deriva. Me esforcé en imitar al profesional autónomo medio, que es hombre, y no funcionaba. Nosotras, por cuestiones culturales tenemos retos y capacidades diferentes. Asimismo mi ciclo y mis cambios hormonales me señalaban que mi creatividad o mi don de gentes variaban de una semana a otra. Claro está, mi trabajo consiste en generar espacios educativos para que cada mujer conozca su ritmo y sus ciclos (y los disfrute) y sin duda esto me obligó a trabajar de acuerdo a la medida más exacta que hay: mi cuerpo cíclico femenino en esta cultura diseñada desde el ideal de linealidad masculino.
Algo que hago sí o sí, y más desde que caí enferma, es tomarme unos días de descanso cuando el cuerpo lo pide. Generalmente coincide con los días antes de mi menstruación o los primeros días de ésta. Confieso que cuando más triste he estado con respecto a la muerte de mi abuela, menos caso he hecho a mi cuerpo. Pero por lo general me esfuerzo en atravesar el pánico al descanso. Porque sí, descansar para nosotras está prohibido. Nosotras hemos de demostrar que podemos con todo y que estamos por encima de nuestro cuerpo y nuestras necesidades. Pero una ha de ser coherente y no vale hacer esto de “haced lo que yo digo, no lo que yo hago” tan propio de la educación.
Por otro lado, para mí manejar mi tiempo según mi deseo y mis necesidades es un lujo por el que trabajo día a día. Cuando he trabajado por cuenta ajena, lo que más me angustiaba, era sentir que de tal hora a tal hora, mi tiempo y mi cabeza-cuerpo no eran míos. Por eso en mi trabajo mi tiempo y mi cabeza-cuerpo son míos. Siempre. Pase lo que pase, todo está diseñado para tener mis movimientos abiertos a mi deseo.
Algo que comencé a hacer pero que acabé saltándome por la angustia de “ser una autónoma de manual” y que he retomado son los lunes al sol. Nunca me ha gustado trabajar en lunes (como a cada mortal que conozco) y por ello no trabajo los lunes, o no me pongo trabajo que sea tedioso (que también hay). Eso sí, trabajo en vacaciones oficiales, las de la “gente normal”, pero creo mis propios festivos. Es increíble darte cuenta de cómo la vida de todas las personas se rige por el tiempo laboral. Generar tu propio tiempo, tu propio calendario, cuesta mucho, pero creo que no hay nada más satisfactorio ni más productivo.
Laura, Laura Ribas
Mi empresa actual es fruto de todos los errores que cometí en las anteriores. Ahora sé que uno no puede sentirse plenamente realizado empresarial o profesionalmente si no tiene en cuenta los siguientes factores: 1. Perfilar cómo es tu vida ideal. 2. Conocer tu talento y fortalezas. 3. Ser fiel a tus valores.
Si no pones conciencia en estos tres factores, te estrellarás o conseguirás dinero, pero serás un infeliz. Por ejemplo, ahora sé que dos de mis valores son la libertad y la autoexpresión y que si no creaba un trabajo donde esto fuera posible, no conseguiría ser plenamente feliz. También conozco al dedillo mis fortalezas y talento así como la pinta que tiene mi vida ideal. Estos 3 factores condicionan mucho mis decisiones. Me sirven de filtro a la hora de aceptar o rechazar propuestas. Son mi constelación.
Maïder, Maïder Tomasena
Este año estoy en esa fase de construir mi imperio. Crear un negocio estable que me permita vivir como quiero. He tomado varias decisiones drásticas a finales del 2014 para poder crecer y comenzar a tener más vida.
Tengo una visión clara y sé lo que quiero. Ahora solo me falta encajar todas las piezas para poder hacerlo realidad.
Estoy contenta de tener un negocio que desde el minuto uno ha generado ingresos y atrae a los clientes de mis sueños sin que sea yo la que sale a buscarlos. Ahora lo único que necesito es estabilizarme mejor y no sentir que hago todo por impulsos.
Marta, Fauna y Flora
El objetivo principal de trabajar por mi cuenta era poder tomar las riendas de nuestra vida y empezar a vivir de una manera distinta. Òscar perdió a su padre muy joven y los dos hemos vivido la muerte de personas demasiado jóvenes en nuestras familias. Todo esto hace que tomes consciencia de que la vida puede ser algo demasiado breve. Òscar estuvo mucho tiempo sopesando si dejaba su trabajo fijo para trabajar conmigo (ya sabéis, los miedos típicos) y un día de repente se me acercó y con el mayor convencimiento que le haya escuchado jamás me dijo que SI, que dejaba su trabajo porque no quería esperar a los 70 años para jubilarse y disfrutar de una vida distinta porque nada le aseguraba que podría llegar a esa edad. Ese miedo lo transformamos en una energía completamente distinta, en ganas de vivir cada momento. Así que al poco tiempo buscamos una casita en el pueblito de la Garrotxa donde veraneábamos donde pudiéramos pasar temporadas más largas y poder vivir entre Barcelona y el pueblo. Para mí esta es la parte más a medida que hemos contruido, el poder poner Fauna y Flora al servicio de algo más importante, que es nuestra vida. Ahora queremos irnos a vivir allí, vivir en una casa, poder salir a pasear por el bosque con Martin cada mañana, poder comer al sol, pensar en nuevas piezas mientras paseamos por el río y disfrutar de la vida y del trabajo un poco más lentamente. Y así hacer girar las agujas del reloj al revés y poder disfrutar de una vida más parecida a la que querríamos hacer si estuviéramos jubilados pero a los treinta y pico.
Paula, Olivia Soaps
Estamos trabajando en ello. No es una satisfacción inmediata y al final cualquier trabajo es eso, un trabajo. Y si es tuyo al final implica mucho sacrificio, sudor y lágrimas, no voy a negarlo. Pero sí consuela ver las oportunidades laborales que tendría fuera de mi empresa, qué estaría haciendo, o qué cosas me estaría perdiendo. Al margen de que me sostenga económicamente, y pese a que tiraría la toalla muchas veces, es una suerte vivir y trabajar en esto.
Wendy, Bodas de Cuento
Nosotros creamos una forma de trabajo a medida porque no tuvimos maestros ni mentores que nos dijesen cómo había que hacerlo. Así que fuimos creando un trabajo compatible con nuestra vida y con nuestra familia (Jose y yo tenemos una hija que tenía 7 años cuando empezamos a emprender). Para nosotros es básico que la oficina esté cerca de nuestra casa para que los traslados no se nos coman mucho tiempo del día, y que el colegio de nuestra hija también esté en la zona; un triángulo perfecto de oficina-casa-colegio que nos permite organizarnos con más comodidad.
Tampoco tenemos un horario de oficina abierto al público para poder distribuir nuestra jornada de trabajo según lo que necesitemos cada día. Por eso siempre atendemos con cita previa. Muchos días ni pisamos la oficina porque estamos de un lado para otro haciendo gestiones, visitas técnicas o reuniones y otras veces pasamos días enteros trabajando delante del ordenador. Y en temporada de bodas nuestro tiempo para hacer reuniones disminuye, pasamos muchas horas en la producción de las bodas… Nuestra actividad cambia mucho de un mes a otro.
Por suerte podemos organizar cada semana como necesitemos. Es la gran ventaja de no tener un local abierto al público con horarios establecidos. Otra ventaja que me encanta es poder trabajar desde casa o desde cualquier lugar, por ejemplo, cuando viajo en el AVE no siento que pierdo el tiempo de viaje porque sigo trabajando, solo necesito llevar mi iPhone. Y tú que vives en el campo me entenderás, solo se necesita conexión a internet para trabajar. ¡Y tener ganas, claro! :P
Pregunta 8
Levantar un negocio que funciona, desde fuera, siempre parece muy hermoso y gratificante. Nosotras sabemos que la realidad es que un gran poder conlleva una gran responsabilidad y que sobre todo, con grandes logros vienen siempre grandes renuncias (son inseparables, una decisión anula a las demás). ¿Qué has sacrificado o dejado atrás, qué partes te parecen, aunque quizás sean completamente elegidas y meditadas y probablemente incluso deseadas, renuncias?
Anna, Fácil y Sencillo
Lo primero que se me viene a la mente es que, cuando lo dejas todo para intentar levantar un negocio sueles renunciar principalmente a la “seguridad”. Esa seguridad de tener horarios fijos, sueldo seguro a final de CADA mes y una rutina cómoda.
Con los tiempos que corren creo que ésta es la renuncia que más peso tiene y es sólo apta para valientes de verdad. En mi caso concreto también “renuncié” a medias a mi carrera profesional como Ingeniera de Telecomunicaciones, aunque en este caso casi fue una renuncia deseada, por el trabajo infeliz que desarrollaba.
Elena, Meisi
Me quedo pensando porque no me viene a la cabeza nada muy claro.
Creo que si hubiera continuado con un trabajo por cuenta ajena SÍ que habría renunciado a cosas.
Por ejemplo a desarrollar mi punto de vista y modelarlo a mi gusto. Cosa que ahora hago. Y no entonces no podía. ¡Eso era una renuncia en toda regla!
Yo creo que las renuncias en mi caso han venido mucho más cuando tuve 4 hijos y luego me di cuenta que la vida con 4 es más cara. Y renunciar a vacaciones mil veces, y a viajecitos, eso es una renuncia que molesta. Pero no es de mi trabajo, no cuenta. Creo que mi trabajo no me ha hecho renunciar a nada porque cada paso que doy lo elijo y lo apaño de forma que se acople a mí. Si finalmente no se acopla, rectifico.
Erika, El Camino Rubí
Uf, levantar un negocio y mantenerlo (sobre todo mantenerlo y crecer) es de lo más duro que puede haber. Una se da cuenta de muchas cosas sobre una misma y sobre el mundo que ni sabía ni quería llegar a saber. Yo he sacrificado esa seguridad del sueldo a final de mes, haga lo que haga. En mi trabajo hay días en los que no pego sello y me angustio porque siento que si me mantengo siempre así, se irá todo a pique. Luego recuerdo que en las empresas no todo el mundo tiene el día brillante cada día. Vivir de tu proceso creativo es una fuerte apuesta que te empuja a reconocer que este mundo no está diseñado para las personas creativas ni para los procesos particulares y peculiares de cada cual. Esto implica renunciar a vivir en el mundo como has aprendido en casa, en la escuela y en la universidad. Lo cual duele, porque te toca crear un mundo burbuja que sea funcional en este otro mundo burbuja, en “el oficial”. Que sea funcional es importante, porque quieres que tu producto o servicio guste, ayude a los demás, genere X emociones… Vives entre dos mundos y todas las personas que habitamos esa fina frontera, sabemos la de malabares que hay que hacer cada día. Yo tengo alma de malabarista y confieso que no sabría vivir de otro modo, pero a veces, sueñas con volver a la oficina o te pintas vendiendo flores en la Rambla, creyendo que así todo sería más sencillo. Sabes que no, que cada trabajo, cada manera de habitar y crear el mundo tiene sus responsabilidades y que las que se derivan de la oficina o del puesto de flores, quizás no sean las que vayan contigo. Por ello son renuncias pero no las siento como tal, pues sé que no puedo ni quiero vivir de otra manera. El precio que he de pagar por desarrollar mi trabajo como lo hago es mucho menor que el de vivir con una nómina a final de mes.
Laura, Laura Ribas
El coste que he pagado para conseguir lo que tengo ha sido mucho tiempo. He trabajado muy duro durante años. Aunque trabajar es algo que me gusta, especialmente cuando es para mi empresa. Así que no falte.
Otro de los “efectos secundarios” ha sido la falta de conexión con antiguos amigos. Con la evolución de tu empresa empiezas a ver quién te apoya, quién te envidia y quién te energiza o merma. Lo mismo pasa con relaciones de pareja.
Y es que el éxito ajeno sienta muy mal. Llevamos fatal la felicidad de los demás y eso es debido a que no nos ocupamos de nuestros propios sueños. Quien está ocupado con su propia realización personal, no tiene tiempo para envidiar o criticar al prójimo. Es entonces cuando te conviertes en un amigo/a de éxito, cuando te alegras genuinamente de la felicidad de los demás.
Maïder, Maïder Tomasena
He sacrificado demasiados viajes, cafés, escapadas en pareja o fines de semana con mi familia o amigos.
Es una decisión que a muchas personas les cuesta entender y eso hace que me aleje de ellos. La sensación de presión porque no vienes y no estás no es fácil de aguantar. Te ves en una rutina de “excusas” que para ti son importantes pero que las otras personas que piensan en sí mismas no llegan a verlas. Intento llamar y estar presente en todo lo que puedo pero el sacrificio que hay detrás es muy grande.
Si no hago estos sacrificios ahora, no los haré nunca.
Marta, Fauna y Flora
Para mí la renuncia más dolorosa es la del tiempo libre y de descanso, la de tener una vida donde trabajo y vida personal estén completamente separados, apagar el ordenador a las siete de la tarde y tener unas horas para no pensar en trabajo hasta el día siguiente. Ahora no hay horarios y la cabecita está en funcionamiento 24h (¡muchas noches hasta sueño con el trabajo!). No hay nunca opción de aburrirse porque nunca sobra ni una hora para hacerlo, siempre, siempre hay cosas por hacer. Echo de menos también poder ver más a mi familia y a mis amigos y me pone mala tener la casa siempre hecha un desastre. He renunciado a tener tiempo para mí, hace muchos meses que no consigo leer un libro entero, no tengo tiempo de ir a comprar ropa tranquilamente, de ir a cortarme el pelo o de dedicarme un rato a cuidarme un poquito. He pasado a ser la última en mi lista de prioridades, todo pasa por delante. Pero es una de las cosas que me he propuesto arreglar este año.
Paula, Olivia Soaps
Emprender es tomar decisiones y en cada una hay un camino a seguir y una renuncia. Son muchas renuncias las que lleva cualquiera que haya tenido su negocio. Yo he renunciado a vivir donde quiero, he renunciado a cumpleaños míos y de mis amigos y familia, a dormir tranquila, incluso a mí misma. Pero también he renunciado a la sensación de ser una inútil, he renunciado al miedo, a la cobardía, al no puedo, a no creer en mí, e incluso, a mi modo, he renunciado a la famosa crisis.
Wendy, Bodas de Cuento
¡Ay, tema doloroso éste! Mi gran pérdida ha sido sin duda el tiempo que le he robado a mi hija para dedicárselo a mi empresa y mi trabajo. Eso es lo que, aún a veces al pensarlo, me hace llorar. No supe hacerlo de otra forma, no supe sacar adelante este proyecto trabajando menos, y lo siento infinito porque ese tiempo que perdí no se puede recuperar.
Y por otro lado descuidé a mi familia. A ellos no los pierdes precisamente porque son familia, pero se merecen más dedicación. También perdí mi tiempo libre, mi ocio, mi descanso y también a algunas personas que tenía cerca porque dejé de cuidarlas, porque no les dediqué tiempo suficiente por estar siempre trabajando.
Y hace poco tiempo descubrí que algo importante que había perdido era a mí misma, mi tiempo personal, mis ratos solo para mí. Estoy intentando recuperarlo, dedicarme tiempo para no hacer nada o hacer algo que me apetezca. A ver si lo consigo…
♥
¿No está siendo fantástico poder aprender tanto de la experiencia de las demás? Ya sabes que tienes tu hueco en los comentarios para contarnos tu versión de la historia.
Un abrazo,
En la primera pregunta estoy un poco con Erika. En la medida de lo posible intento hacerle caso al cuerpo.
Hubo un tiempo en que llevaba demasiadas actividades por delante y el cuerpo me dijo “basta” literalmente. Llegué a un punto de cansancio tal que tuve que bajar el rimo.
Ahora intento llevarlo con más calma y descansar cuándo el cuerpo me lo pide.
Y en la segunda pregunta me siento muy identificada con Wendy. Supongo que porque también soy madre y ese sentimiento de “abandono”, quieras o no, te acompaña todo el día.
A veces, aunque estés en casa escribiendo y tengas a las personas que más quieres a tu lado, la sensación de estar “ausente” pesa demasiado.
Un beso.
Hola! Antes de nada quería avisarte a ti, Deb, que por lo menos a mí no me ha llegado ningún mailing con esta entrega de Ágora. Lo que pasa es que me he acordado que tenía que haberse publicado y me he metido a “golismear”.
(Te aviso por si acaso le ha pasado a más gente).
En cuanto a las preguntas de hoy, la verdad es que sobre todo las respuestas de la segunda me han dejado un poco “plof”.
Ver los comentarios de “he renunciado a mis amigos, a mi vida o a mí misma” me han dejado una sensación como feílla.
Es como si estos comentarios se alejaran un poco de la idea del emprendimiento a medida que nos comentas. Claro que hay que sacrificar cosas (yo también estoy emprendiendo y lo noto) pero eso me parece exagerado, no concibo llegar a esos límites. No es sano.
Obviamente estoy hablando sin saber, porque no conozco a estas chicas ni la situación que tienen, es simplemente la sensación que me ha quedado.
Saludos!
Uffff… Ágora me está encantando… me tiene absolutamente cautivada este espacio dónde leo tantas cosas que me están ayudando a recolocar las mías de alguna manera.
Por cierto, me pasó como a Idoia, entré porque me resultó extraño no ver ningún mail desde el martes pasado. Al correo no me llegó nada, por si te ayuda saberlo.
Besotes mil a todas y gracias
totalmente de acuerdo en que hasta debes decir adios a ciertas personas otros no te entienden o miran de reojo la locura que estas haciendo. estoy deacuerdo en sus puntos de vista y que bueno que han hecho un camino de esto :)
Hola. Obviamente el emprendimiento nunca fue fácil. Me encuentro en situación de lanzarme y la verdad es que no hay comparación con una jornada laboral de diez horas en la hostelería. Quizás no tengo tantos ingresos, pero dispongo del tiempo que necesito para hacer lo que quiera y organizarme a mi modo.
Veo que han renunciado a demasiadas cosas, pero a cuántos cafés habrían renunciado en un trabajo a jornada partida de seis días a la semana.
En fin… un montón desde luego.
Bueno… ha faltado un poco de positividad en la segunda ronda de preguntas…. pero no todo el monte puede ser orégano. Ahora eso sí, será mi condimento especial para no olvidar las jornadas maratonianas del bar.
Saludos!!!!
personalmente, algunas respuestas me resultan descorazonadoras…
Hola! Las dos cuestiones de hoy son muy interesantes, para contestarlas hace falta cierta perspectiva en el tiempo. Si yo echo la vista atrás creo que puedo encontrar la respuesta a ambas preguntas en una sola respuesta: para mí emprender a medida es un aprendizaje de mí misma y de cómo quiero vivir. Cuando empecé pensaba que las cosas serían de una manera concreta y con el paso de los meses vi que podían ser diferentes. Por eso creo que emprender a medida es 100% posible, pero que esta manera de emprender implica conocimiento de mí misma, de mis posibilidades, de mis inquietudes, de mis puntos débiles. Por eso quizás unos meses he podido estar desquiciada de trabajo y no ver más allá de la pantalla de ordenador, y otros momentos he invertido más en formación, y si tengo que regalarme un día a la bartola lo hago. Creo que si emprendes a medida tu proyecto va evolucionando contigo y tus circunstancias, la ventaja que siento es que no estoy atada a nada en concreto, y quizás la única pega es no tener un sueldo fijo a final de mes, en cualquier caso eso es algo que he vivido muy pocas veces, para mi el trabajo por cuenta ajena siempre ha sido temporal, sin embargo mi proyecto, con sus inseguridades y alegrías es permanente aunque en constante evolución. ¡Muchas gracias por todas las experiencias! Es una maravilla aprender de ellas cada semana :) Un abrazo
Dadas las respuestas a la segunda pregunta… ¿no es posible crear una empresa o autoempleo que te aporte cierta seguridad económica sin sacrificar tu tiempo libre y relaciones?
Tal vez si tienes claro que es lo que quieres desde los cimientos sí puedas conseguirlo… aunque siempre tengas al pepito grillo en la oreja diciéndote que deberías trabajar más.
No sé, nos debemos intentarlo al menos, ¿no?
La pregunta de a qué has renunciado me ha hecho pensar.
Y me hace sentir mal.
Estoy en una situación que tiene las dos partes malas (y las 2 buenas, supongo): trabajar por cuenta ajena y intentar montar un negocio simultáneamente.
Trabajando por cuenta ajena estoy sintiendo que pierdo el tiempo, que sacrifico mi tiempo sin producir nada para la sociedad (al contrario, gasto el dinero del contribuyente) y que no estoy con mis hijos que tienen que estar casi más horas que yo, en la guardería.
Montando un negocio, sigo sacrificando mi tiempo. Lo hago con ganas, y en cualquier momento tengo ganas de hacer cosas por ello, me motiva enormemente, me emociona, me ilusiona, pero… Le dedico las horas libres que me quedan del otro trabajo.
Voy escribiendo esto y me entristezco, me dan ganas de parar, de tomar alguna decisión: O UNA COSA O LA OTRA.
Pero luego pienso, que el “intento de negocio” también lo he creado para darle una seguridad a mis hijos, por si el día de mañana me falta un sueldo cada mes, no quedarme parada sin trabajo. Lo que pasa es que quizá me estoy perdiendo los mejores años de mis hijos (ahora tienen casi 3 años).
Y lo que más deseo, es ¡que me echen del trabajo!. (Me siento egoísta dada la situación de tanto paro que hay).
Gracias por el desahogo.
Completamente de acuerdo con todo lo que han dicho las compañeras.
Y veo la purita contradicción en las respuestas a las dos preguntas. A la primera todas dicen que al no estar atadas a un horario y ser trabajos más o menos creativos, pueden compaginarlo con su vida personal. Sin embargo en la segunda casi todas se lamentan de que, pese a no tener un horario, trabajan más horas que cualquiera que lo tenga. Añado: Infinitas más, y noches sin dormir, y un año entero sin acudir a un solo cumpleaños (como fue mi caso). Alguien pregunta si no es posible trabajar en lo que te gusta y conciliar… pues cuando el negocio es tuyo y aspiras a que te mantenga económicamente… complicado. Cuando ya llevas unos añitos puedes empezar a arañar días para ti, incluso fines de semana enteros WOW!!!! pero de lunes a viernes trabajas como una mula más horas que el reloj a cambio de robarle tiempo a la familia. Y cuando te acuestas a las dos de la mañana tu cabeza sigue pensando. Otra cosa es que el dinero de tu proyecto sea algo para “complementar” otro sueldo fijo. También depende del sector en el que hayas emprendido. En fin… muy complicado esto de conciliar, sobre todo los dos primeros años.
Me están encantando los reportajes de ágora!
También los comentarios de las lectoras aportan un montón!
Yo resumo para mi vida: “ni un paso atrás”.
Trabajé en mil cosas que no me han gustado a lo largo de los años, con el objetivo claro clarísimo de poder mantener a mis hijos. Hoy ellos son grandes, ya no dependen de mí y desde ya hace casi un año (ohhhh, no lo puedo creer!) sólo me dedico a mi pasión.
El trabajo fijo (en una cafetería de la familia, y que fue el último), me permitió además, viajar un poco, y más que nada, solventar mis “quehaceres artísticos”. Fue una plataforma que sustentó, por ej muchos de los cursos que he tomado y que hoy son la base de mi trabajo.
Respondiendo a las preguntas: Mi trabajo de encuadernadora y artista del papel (!!!) es lo que deseo hacer. Sentirme todo el tiempo en medio de un proceso creativo, con caos incluido, es lo que me satisface. No tener que responder a horarios ajenos, disponer de mi tiempo, aunque ese tiempo sea a menudo de 24 horas para algún pensamiento o proyecto, es lo que me place.
Qué renuncias hice? Quizá a la tranquilidad que te da saber que en cada quincena llega tu dinero fijo. A los ahorros que había logrado hacer para los viajes, por ende: menos viajes. Aún así, no me quejo. En el año pasado hice uno de los más soñados desde que llegué a este maravilloso México, en mes y medio regreso a Argentina por 40 días, donde daré cursos (nueva manera de viajar!!!!), y mañana, sí! 5 días al desierto con amigas! Mejor no pienso en renuncias, casi no las hay!
Me están encantado esas preguntas y las respuestas que dan estas grandes mujeres.
Personalmente, abandoné mi vida como farmacéutica adjunta, para emprender desde casa en el mundo de la cosmética, para después añadirme la creación y gestión de una tienda online de complementos y un Blog y Podcast sobre marketing.
Me siento feliz de poder levantarme día a día para hacer lo que me gusta y poder ganarme la vida con ello y en este momento poder ser la única fuente de ingresos de mi familia.
Para mi, el trabajo por cuenta propia es mucho más seguro que el contar con un trabajo “fijo” porque por desgracia, cada vez lo es menos.
Trabajo de Lunes a Domingo, de la mañana a la noche, tomando mis descansos cuando me apetece y puedo y combinandolo con el cuidado de mi casa y mis dos hijos.
Simplemente, soy feliz!
Bueno, parece fantástico y lo es. Todas tienen algo que decir y aportar. Es como si fuera un cuento de hadas. No todo es camino de rosas, pero lo parece. Claro está, que también se medita al escribir y se escogen bien las palabras.
emprender es durísimo, requiere energía vital y temporal (de reloj), inversión económica y muchos quebraderos de cabeza.
Mi proyecto duró dos años y medio. Luego llegó la decisión de decidir si era viable o no. Y ahí se resume todo. En mi caso, no lo fue. Pero aprendi mucho. Ahora sé lo que no tengo que hacer. Y es posible que también en aquellos momentos me encontrara sola. Quizás hubiera dado con páginas como estas (he curioseado la de las encuestadas), y hubiera seguido. Ahora, es otro tempo. Y en este espacio de OyeDeb tal vez vuelva a intentarlo. Sin dinero y algo de ideas creativas. Verdaderamente no lo sé.
Lo que si puedo decir, es que lo intente. Me arriesge y lo intente. Otra cosa es que no haya funcionado. Así es la vida.
me encantan estas preguntas con sus respuestas!
el año pasado me tiré a la pileta con mi emprendimiento, renuncié a un pésimo trabajo y puse toda mi creatividad y mi energía en hacer lo que me gustaba con un formato que pudiera ser comercial. Y lo hice completamente sola.
Diseñar, armar el producto, promocionarlo, venderlo, hacer el packaging, el marketing, etc, etc,etc y encima divorciada y con dos hijos fue demasiado.
El producto gustaba pero no llegaba a ganar lo suficiente, no soy buena vendedora.
Creo que como se dijo en algún lado hay que conocerse y respetarse… que es lo que una sabe hacer, que es lo que puede hacer, que es lo que quiere hacer y buscar a alguien que complete los huecos donde simplemente no somos la persona indicada.
Yo todavía no lo pude hacer, y lo que es peor me quedó una especie de miedo, no se me ocurre otra palabra, y tengo el proyecto parado y estoy buscando un trabajo que me de un poco de seguridad aún sabiendo en el fondo de mi corazón que el emprendimiento tiene posibilidades. :(
Te acabo de conocer, literalmente hace unos minutos. Y me encanta lo que compartes. Ya estoy respondiendo a las preguntas… :)
El trabajo duro, con dosis de entusiasmo, confianza y constancia se convierte el sueños hechos realidad. un besico