No tuve vocación hasta que decidí sacarme una señal de stop a mí misma y no dejarme pasar hasta haber encontrado la solución a ese problema. Y lo llamo problema porque para mí lo era, cambiar de trabajo y de intereses a menudo no tiene por qué tener nada de malo de por sí y hay quien hace de ello su modo de vida de forma muy natural y emocionante. Si hubiera sido mi caso, no habría tenido que seguir buscando con la constante sensación de insatisfacción pegada al pecho.
DEBSLETTER del
26 comentarios