Cuando subo en atracciones de feria, de esas altas y no sé si muy seguras, pienso que es posible que muera.
Cuando voy en coche o en moto y me llevo algún minisusto, pienso que es posible que muera.
Cuando veo por la tele accidentes de avión, barco o tren, y luego me subo yo a alguno, pienso que es posible que muera.
Cuando alguien muere o se pone enfermo (persona, animal o planta), pienso que es posible que yo también enferme o muera en cualquier momento.
Muchas veces veo insectos o animales pequeños morir. A veces se ahogan en la piscina, a veces se los comen otros animales, a veces los piso sin querer mientras camino. A veces aparecen ya muertos, quien sabe por qué. No sé cuánto han durado. No sé si era su hora o no, si han tenido vidas largas o injustamente cortas.
Nunca sabes lo que te va a tocar a ti.
…
La idea de la muerte me ata a la realidad. Me recuerda que mi tiempo es finito, y que no sé cuándo va a terminarse. No me hace volverme impaciente, no me pongo frenética tratando de luchar contra un destino que no sé cuál es. No me impulsa a la acción loca. Me conduce más bien a la acción meditada.
Pensar que moriré me hace querer hacer lo que hago con más significado. Me hace querer detenerme a pensar (qué incongruente, querer detenerte a pensar cuando te das cuenta del poco tiempo que te queda) para hacerlo todo con más intención.
Lo que sucede es que después, en cuanto la vida retoma sus rutinas y dificultades, sea en un ratito o sea en unas horas o al día siguiente, esta sensación queda relegada al fondo del cajón y vuelvo a los mecanismos habituales: correr, sufrir, preocuparme, tirar el tiempo en tareas que no me hacen feliz, dar vueltas a cosas que no merecen ni un segundo de mi pensamiento… lo de siempre.
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Vivir aquí, en medio de la nada, ha ido logrando que poco a poco sostenga más la conciencia de las cosas que me importan, y voy haciendo progresos para intentar llegar al punto de, cuando muera, saber que estaré contenta de haber vivido la vida que he vivido, que estaré satisfecha con el trabajo que he hecho, con la forma en la que he llevado mis relaciones personales, con lo que he dejado atrás.
No necesito que me recuerden, ni dejar nada que me sobreviva, no necesito nada más que haber vivido un tiempo consciente y pleno. Quiero que mi alma se vaya en paz y tengo miedo a que el momento llegue de repente (como les llega a esos insectos que pisamos, como les llega a tantas personas sin avisar) y yo no haya llegado a entender del todo cómo va esto de la vida. Siempre demasiado preocupada, siempre demasiado reflexiva, siempre demasiado adecuada, siempre demasiado correcta, siempre demasiado prudente, siempre demasiado aburrida.
Pero “todo pasará”, hasta nosotras pasaremos. Y no es un pensamiento oscuro, al menos no para mí (siento si la idea de la muerte a alguna le pone nerviosa y se ha agobiado al leer esto). La muerte para mí tiene toda la luz de la única verdad inmutable que existe, ya que lo único que sabemos seguro sobre nuestra vida es que moriremos.
¿Por qué nos esforzamos en ignorarlo? ¿Por qué actuamos como si fuéramos eternas o fuéramos a tener miles de oportunidades?
…
En mi vida anterior —me refiero a mi vida antes de tener mi propio negocio, no a una vida literalmente anterior— lo que más nerviosa me ponía era pensar que quizás me moría y no había logrado encontrar lo que quería hacer con mi vida. Que podía morirme sin haber montado mi empresa. Que podía morirme sin haberlo intentado, sin haberlo dado todo. De verdad, me preocupaba mucho. Cuando llegaba mi cumpleaños me caía como una losa porque me hacía sentir que mi tiempo menguaba y mi destino no avanzaba. No venía. No llegaba. Más bien, que no lo estaba yendo a buscar.
Desde que tengo mi negocio tengo otra sensación, y los años me van cayendo diferente. Yo quería encontrar mi vocación y hacer de ella un negocio rentable. Lo hice, y el reloj pareció empezar a tener minutos más largos. Cuando empecé a ir a terapia y entendí quién era y cómo quería vivir realmente, aún conseguí más lentitud.
…
No sé cual es tu manera de ir parando el reloj, no sé cuál es tu manera de hacer que los minutos sean dobles. Pero si hay algo ahí que estás deseando ir a buscar, deberías salir ya mismo a por ello. –> Twitéalo!
El momento de hacer lo que quieres hacer es este. Coged las rosas mientras podáis, que decía Robert Herrick.
Un abrazo,
El mejor artículo que te he leido Deb, reflexivo y necesario. Enhorabuena!
Gracias, Mar! ^_^
Hola Deb!
El de hoy ha sido un texto genial, con tus palabras me has hecho soltar la lágrimilla y sonreir unas líneas después.
Quiero agradecerte la puerta que nos abres a la reflexión. Para mi, por suerte, es un tema en el que he pensado muchísimo por circunstancias parecidas a tu intoxicación pero que duro algo más en el tiempo, haciendome pensar y pensar y despues valorar y valorar y ahora haciendome aprovechar y aprovechar :)
Gracias también de paso, por “El ideatorio”, una maravilla! Gracias por haberte encontrado linda!
A ti, por leer y por hacer “El Ideatorio”, espero ver pronto un enlace a una web en tu firma!! :)
¡Hola Deb!
A mi la idea de la muerte no me agobia pero si me da pena que la vida se tenga que acabar. No me entristece, pero si que me gustaría mucho que no pasara tan deprisa…..
No podemos hacer nada contra eso, pero como bien dices, si que está en nuestra mano hacer los cambios necesarios para vivir con más sentido.
Pero a veces cuesta tanto….. Es tan fácil dejarse llevar por el ritmo de vida que tenemos y seguir posponiendo lo que sabes o intuyes que deberías cambiar….
Lo que puede parecer desidia quizás sea un mecanismo de defensa, un no querer tomar conciencia plena de que no sabemos cuando llegará el fin, un poner excusas para no asumir riesgos porque ya habrá tiempo….
Saludos!!!
Claro, pasa deprisa justamente porque nos dejamos llevar por el ritmo de vida… Ahí está (quizás, no sé) el secreto: vivir más conscientemente alargando así los minutos :)
Mua!
Hola, Deb!
Es curioso, porque yo tengo esa sensación del “todo pasará” cuando voy en coche. Desde la ventanilla todo se ve más pequeño: las ciudades, las montañas… las personas. Y pienso que hasta los que ahora son nonagenarios e incluso centenarios fueron, una vez, niños. El mundo sigue ahí, imperturbable, y somos nosotros los que lo vamos pasando de mano en mano, independientemente de a quién pertenezcan esas manos…
Como tú, creo que no se trata de dejar algo que los demás recuerden. Se trata de hacer algo con sentido AHORA. Da igual si en el futuro es recordado o no: si aporta valor en estos momentos, estaremos cambiando vidas, aunque nuestros nietos o los nietos de esas vidas no se acuerden o no lo sepan. La revolución más bonita es la silenciosa.
Un abrazo y gracias por este artículo.
Irene
Totalmente de acuerdo, Irene! Gracias por tus buenísimas aportaciones! :)
Reflexión profunda y necesaria hoy en día más que nunca, que se evita hablar de ella e incluso es de mal gusto.Totalmente de acuerdo contigo, si se tiene presente la muerte en contraposición la vida se intensifica, la aprovechas y la valoras más.
Vienen bien recordatorios de vez en cuando, que la verdad es que a mí siempre se me olvida…! Un beso, Irene!
Hola, Deb.
Espero que estés mejor de la intoxicación del fin de semana. El tema de la muerte suele ser tabú porque pone un final irremediable a la existencia. Emile Cioran, filósofo pesimista francés, en Adiós a la filosofía clasificaba a los humanos en dos tipos: aquellos que aceptaban la muerte y que vivían más intensamente sabiendo que había un final; y los que no la aceptaban ni la nombraban y por ello vivían con miedo buscando otro tipo de explicación más allá de la muerte. Fue una reflexión que leí de adolescente y me marcó bastante.
Cuando la salud empeora hace que tengamos conciencia de aquello de lo que normalmente no lo tenemos o, mejor dicho, de lo que nos hemos olvidado porque todo estaba bien. Son como resortes que invitan a vivir más intensamente. ¡Carpe diem y a disfrutar de cada instante de la existencia!
Un saludo enorme.
Sí, gracias, ya recuperada!
Como siempre, aportando referencias interesantísimas, jolín! No me falles nunca en los comentarios que me quedo sin el toque Gala y es como que está cojo el artículo!!! :)
Un abrazo graaande!
Durante toda mi vida he pensado muchísimo en la muerte. He pasado por varias fases: la fase romántica adolescente, la fase hipocondríaca cuando me di cuenta de que REALMENTE soy mortal, la fase de “Prefiero no pensar en eso” e ir a la carrera a todos lados, y la fase actual, en la que soy consciente de que las pequeñas arrugas y las pocas canas se convertirán en muchas arrugas y pelo blanco, o no, porque también podría morir mañana…
No da miedo la muerte en sí sino morir sin haber vivido. Así que suscribo totalmente tu argumento y lo que dijo Robert Herrick.
Bueno, pues ahí estamos, ni en la fantasía ni en la negación, en la realidad. Somos mujeres equilibradas (a ratos!) ^___^
Mua!
No me da miedo la muerte, pero no me quiero morir. Ni en mis peores momentos he podido creer que era una salida. Me gustaría parar el tiempo muchas veces y otras me arrepiento de querer que pase deprisa (como cuando hago algo que en realidad no me gusta). Es un tema delicado, que me hace pensar en como desaprovechamos o nos comemos la vida.
Ahora estoy encontrando mi camino; esperando ser madre en algo más de tres meses, luchando por algo en lo que confío y me motiva y viviendo cada día con menos prejuicios. Y espero que el día que me tenga que marchar, lo haga orgullosa de como he hecho las cosas.
¡Feliz martes!
Qué bonita esa sensación de tener las cosas colocándose a tu alrededor y el camino haciéndose agradable, ¿verdad? Feliz maternidad, Arantxa! Que te traiga muchos panes de muchas clases debajo del brazo! :)
Me gusta el tema de hoy.
Últimamente estoy dándole vueltas a la idea de “eternidad”, en el sentido de que tu y yo somos más que tu y yo, somos parte de algo más grande, pequeñas expresiones de un universo inmenso e inabarcable. Y como tales, más que tener una oportunidad, más que ser una posibilidad, creo que tenemos el “deber” de usar nuestro despertar para desarrollar todos nuestros dones y capacidades. En un mundo de zombis necesitamos ejemplificar qué significa despertar para que otros también se intriguen, igual que lo hicimos nosotras en su momento. E igual que lo hacemos constantemente, porque despertar no es algo que se hace de una, no es algo cualitativo, es algo que vas avanzando y conquistando, y cada vez puedes ver un poquito más.
Espero que te encuentres mucho mejor, no hay nada como una noche terrorífica para sacudir tu perspectiva y que te den más ganas de comerte el mundo :-)
Un abrazo!
Uy, sobre la cosa del universo y nuestra pertenencia a él y demás teorías cuánticas se ha discutido mucho en esta casa! A Arieh le encanta el tema! :)
Mua!
Muy bonito tema para reflexionar… Yo creo que cuanto más plenas son nuestras vidas menos le tememos a la muerte. Cuando realmente eres feliz y haces todo lo posible para seguir siéndolo, y tienes mil motivos para agradecer a diario te tomas la muerte certera con serenidad. Eso sí, a lo que siempre le he tenido miedo, y sigo teniéndolo es a una muerte traumática y dolorosa…no a la muerte en sí (ya que creo que es una transición a otra realidad..pero bueno, ese seria otro tema..). El dia que llegue el momento me gustaria que fuera en paz, y rodeada de amor. Cerrar los ojos y descansar…. Feliz Martes a todas! Gracias Deb.
Eso, que venga durmiendo, como decía mi abuela <3
Muuua!
Yo, al contrario de lo que leo, nunca pienso en la muerte. Y menos de manera cotidiana o en mi vida diaria. No me lo planteo al matar un mosquito ni con los terribles atentados de este fin de semana.
Sin embargo, ahora que me haces pensar en ello lo que siento no son unas ganas terribles de vivir o de aprovechar el tiempo. Lo siento, tampoco me siento identificada con esa parte.
Por primera vez en mi vida pienso que si me muriera ahora mismo, de repente, de golpe, sentiría un gran alivio. Si me dijeran hoy cuando me voy a morir también sentiría paz y tranquilidad. Lo único que no quiero es que sea ni largo ni doloroso. Tampoco me apetece tener que explicarlo, por ejemplo, a mis niños.
Pero como es irremediable, sería un alivio pensar: ya esta. Se acabó. Hasta aquí.
A lo mejor me falta motivación vital en general ¡Yo que sé!
Hombre, un poco de algo te debe faltar, porque sentir alivio ante la idea de morir yo diría que implica que debes sentir en tu día a día un peso insoportable sobre tus hombros, y eso sí valdría la pena mirarlo con atención y cariño :)
Yo siempre dejo la dirección de mi hermana que es la que sabe de estas cosas, por si a alguien le viene bien: http://www.mama-om.es
Un abrazo enorme, Inma!
¡Fantástica reflexión!
Y es que es un tema tabú para demasiada gente. Como si creyeran que eso no les va a pasar a ellos, ni a los suyos. Como si, por hablar de ello, fuesen a acelerar el proceso. Como si al mencionar la muerte, ella sintiera nuestra llamada… En fin, aparte de creencias y supersticiones. Como tú bien dices, es lo único que sabemos con certeza que ocurrirá en nuestra vida. Lo demás es una sorpresa a cada segundo. Aprovecho para recomendaros una peli extraordinaria que vi ayer y que trata, con mucho cariño y humor, todo aquello que rodea a la muerte; “Truman”.
Yo tuve que perder a mi hermano con 20 añitos, para empezar a entender todo eso que tú también has explicado en tu artículo. Fue un tiempo después, cuando conseguí salir de esa pesadilla de la que no podía despertar, porque creí que era un mal sueño y que no era real. Fue entonces, cuando empecé a vivir con plenas facultades todo aquello que sucedía a diario. Fue a través de tanto dolor cuando comencé a disfrutar de cada bocanada de aire como si fuera la última. Cuando entendí que era necesario decirle a los tuyos cuanto les amas, les admiras, les respetas, y cuántas vidas querrías vivir con ellos.
Fue al comenzar a vivir mi vida de forma consciente y plena que entendí lo maravilloso que es disfrutar de este regalo. Y desde que entendí todo esto y pude tomar las riendas de mi vida, siempre que puedo les recuerdo a mis seres queridos que cuando llegue mi hora, deben pensar en todo lo que he reído, querido, disfrutado, viajado, saboreado y vivido de forma plena y consciente. Porque yo de esta vida, me lo llevo todo puesto.
Gracias por tratar todos los temas con tanta naturalidad, se necesita gente que hable abiertamente de todo como tú lo haces.
Un fuerte abrazo
Tiene que ser muy duro perder a alguien de esa forma, yo, la verdad, todavía no he tenido que pasar un duelo (solo por mis abuelos, pero eso es ley de vida y parece que cueste menos), pero a la vez conozco bastantes personas que han usado ese dolor tan tremendo e injusto para impulsarse a ese aprendizaje que tú misma cuentas y dar la vuelta a sus propias vidas. Es hermoso, de hecho me parece casi una forma de honrar la muerte, de hacer que de alguna forma, “sirva” para algo.
No sé si digo tonterías porque evidentemente no he estado en esa situación, pero es lo que he pensado al leerte :)
Un beso, Mara!
Me gusta mucho tu reflexión Mara, eres fuerte y eso se nota. Estoy totalmente de acuerdo con Deb cuando dice que a veces, es desde el dolor más profundo cuando se inician los despertares más auténticos y significativos de la vida.
Una abrazo fuerte
Teresa
Mucho menos oscuro de lo que esperaba, menos mal. Me ha hecho reflexionar sin tener miedo.
Lo de los cumpleaños me pasa, me sigue pasando, porque aún no sé qué quiero ni hacia dónde ir ¿es posible que podamos hacer múltiples caminos al mismo tiempo? Por más que lo busco no encuentro “mi gran pasión”, pero sigo buscando.
Gracias mi niña, besos muchos
No sé si es posible hacer muchos caminos, más bien creo que a la vez no, quizás uno después del otro sea lo más natural… ahí está tu gran cacao, Aya… quizás tu camino sea simplemente explorar el mundo, o entenderte un poco mejor, o vete a saber (solo tú tienes esa respuesta). No tiene que ser una “gran pasión” tampoco, puede ser algo pequeño que sea importante para ti y donde puedas poner toda tu energía. Y primero ser una cosa y luego convertirse en otra, pero todas a la vez rondando en la cabeza debe de resultar muy cansado, ¿no? :) Muuuua!
El Club de los Poetas Muertos es una de mis películas favoritas. Deberíamos pensar con más frecuencia en la muerte, para darle a las cosas la importancia que realmente tienen. Y no sólo en la nuestra, sino en la de nuestros seres queridos también.
Yo antes también me desesperaba al ver pasar el tiempo y no saber que hacer con mi vida o no poder vivir de ello. Pero que quieres que te diga, no era feliz así, por lo que decidí no obsesionarme y disfrutar del camino.
¡Hakuna Matata!
Jo, ojalá hubiera sido tan fácil para mí como tomar la decisión de dejar de agobiarme y conseguirlo! :) Mua!
Hola Deb,
Seguramente somos muy distintas o quizá no, no lo sé y tampoco importa. Lo que sí sé, es que en ocasiones te leo y me leo.
Tampoco sé qué es en realidad la muerte, pero te digo y me apremia el soltarlo, que la necesidad que mi alma tiene de encontrar un sentido a la vida es mucho más acuciante que encontrar un sentido a la muerte, posiblemente porque ambas están intrínsecamente unidas.
Mi vida como la de tantas y tantas personas ahora mismo es un bucle, gira y gira en torno a las mismas cosas, a un idéntico patrón que conozco y que no me gusta. Me gustaría pensar que estoy haciendo algo por salir de él, pero no lo tengo muy claro.
Yo, al igual que tú, soy persona reflexiva, en mi caso y en ocasiones hasta el agotamiento.
Aprender es una de mis premisas. Aprender el Carpe Diem ansiado, ajustar mi reloj con todos sus segundos para que no pasen rápidos, insulsos y sin contenido. Qué difícil me resulta Deb, pero que m a r a v i l l o s o si lo consigo.
Un gran abrazo
Teresa
Cuando realmente haces cosas para salir del patrón lo sabes, y lo sabes porque son tremendamente incómodas pero poco a poco lo recolocan todo y vas notándote mejor en tu propia piel, te lo digo por experiencia! :)
Un abrazo, Teresa!
Pues ahí estamos Deb
Las reflexiones acerca de la muerte son hechas en vida. Yo creo en Dios y sé que si él te permite seguir viviendo también es porque algo más hay que hacer en esta tierra. Me alegro que estés viva Deb, que te hayas recuperado de tu enfermedad y que hayas escrito este texto que nos hace reflexionar a todas acerca del sentido de nuestra vida y de buscarlo ahora y no dejar pasar más tiempo.
Gracias Karina! <3
Excelente artículo! como siempre. Muy reflexivo. Lo que más me gustó es cuando decís: “Siempre demasiado preocupada, siempre demasiado reflexiva, siempre demasiado adecuada, siempre demasiado correcta, siempre demasiado prudente, siempre demasiado aburrida”. Y queda flotando la pregunta de si eso te hace feliz. Cómo dices, debemos vivir el día, vivir el hoy. El pasado ya se fue, y el futuro no podemos manejarlo. Solo tenemos el presente, el hoy. No lo desaprovechemos.
Claro, Melisa, justamente las cosas que dejaría de ser si tuviera más conciencia real del presente y de la fragilidad de mi existencia :) Un abrazo!
Bravo! Exactamente así lo pienso, aunque no lo digo porque la muerte es un tema incómodo que debería dejar de serlo, es parte de nuestro día a día aunque duela y quizás si estuviera más presente no lo haría tanto.
Cada día más aquí, gracias Deb!
Eso, cada día más aquí! ^_^
Hace unos años murió una amiga de cancer, dias antes de morir, sabiendo que ya se iba, le pregunté que había que sacar de aprendizaje de esa situación, y me dijo que había que dedicar nuestro tiempo a lo más importante. Tú hoy lo explicas muy bien, eso que nos apasiona, que hace que nuestro tiempo empiece a ser más largo, lo que tiene sentido y significado. Así que la fórmula existe, está ahí, lo que tenemos que hacer es decidirnos a Vivir.
La pena es que nos cuesta mucho aplicar las lecciones a no ser que estemos en un momento verdaderamente límite… somos así la mayoría, no sé por qué! Un abrazo, Katy, gracias por participar!
Gracias, a ti y a las que han comentado
Lúcida y profunda.. como siempre
Algunos días más que otros, también hay que decirlo ;)
Gracias Erika!
Recoged las rosas mientras podáis:
http://imagenesquemecuento.tumblr.com/post/96532743086/recoged-las-rosas-mientras
Hoy sí que te leo y me leo (mi diario personal da fe de ello). Pienso mucho en la muerte, sin agobios, sin depresión, de manera natural, en las mismas situaciones que describes. Y creo que lo mejor es aceptarla; es parte de la vida, de la Naturaleza. Sin verla como algo negativo, sino estimulante.
También me encanta la parte que escribes “demasiado correcta…” etc. ¡Encontrar el balance, (o romperlo del todo) es lo difícil!
De nuevo, gracias.
Y otra cosilla… Acabo de leer una frase que puede ser adecuada para este tema: “La mala noticia es que el tiempo vuela; la buena, que tú eres el piloto” (Michael Althsuler)
Hola Deb!
El artículo de hoy me llegó al corazón. Sobre todo porque he perdido a mucha gente de mi familia y en circunstancias muy feas: accidentes, enfermedades terminales e incluso suicidio. Esta última muerte fue la que más me marco, la que me hizo pensar suyo estaba disfrutando realmente de mi vida.
Creo que cuando pierdes a alguien , o a muchas personas como es mi caso, ves a la muerte como el siguiente paso, es como algo que siempre está ahí. No es mala, es simplemente un hecho.
Todas y cada una de estas muertes me han enseñado que está es mi vida y que tengo que luchar por hacer lo que yo quiero, por dejarme guiar por mis instintos y que cuando llegue la hora decirme a mi misma: “Que bien! No te has perdido de nada! Que bueno que lo intentaste!
Desde hace muchos años mi única regla en la vida es hacer siempre lo que yo quiera y descubrirme a mi misma en el camino.
Abrazo!
Me ha gustado mucho leerte, Deb. Como le pasa a mucha gente, yo he necesitado una crisis en mi vida para despertar a una realidad más consciente. He encontrado la motivación a través de llevar un estilo de vida más saludable, más orgánico y natural. Con los cambios que he introducido, ahora siento mucha más energía y vitalidad que antes y muchas ganas de disfrutar de la vida y de los pequeños placeres cotidianos. Siento también la necesidad de compartir todo esto que estoy experimentando y que tan bien me está viniendo y, por ese motivo, he comenzado a escribir mi blog http://www.tuversionsaludable.com
Esta es la forma que he encontrado de, como tú dices, dilatar mi tiempo, enfocándome en esta nueva pasión y en este estilo de vida más pleno y consciente. Lo que me recuerda el chiste de “Doctor, doctor, y si hago todo esto viviré más? No sé, pero se le va a hacer de largo…” ;-)
Hola Deb, te acabo de descubrir por medio de otra web ( imperfectas.com).. Sólo decirte que gracias por tu artículo, ¡¡¡¡ gran artículo¡¡¡¡ me viene en unos de esos días que te planteas tantas cosas, cosas tan efímeras como qué lugar tengo yo en en la vida.. y que camino seguir.. Te aseguro que ha sido una gran vitamina para mi alma, en un día especialmente extraño.. Gracias, gracias.. Y a partir de ahora tienes una fiel seguidora…