A raíz de la primera entrega de DebsApp que, jolín, triunfó más de lo que jamás hubiera esperado (veo que os llega mucho y además os es más práctico escuchar que leer —aunque, qué queréis que os diga, yo no me rindo con la escritura y cuando recupere algo de tiempo volveré a daros líneas escritas, por más que eso os “obligue” a estar delante de la pantalla un poquitín más de rato—), he decidido continuar con el experimento y con la temática que se abrió en ese primer episodio y contarte, esta vez con algo más de detalle, cómo funciona para mí la naturaleza como terapia.
Al grabar ese primer episodio me di cuenta de que yo siempre decía que había dos cosas que habían sido claves en mi crecimiento personal y mi reencuentro conmigo misma, una era la escritura y la otra era la terapia. Sin embargo, me estaba olvidando de algo más: ¡la naturaleza! Gracias al DebsApp me di cuenta de que ese taburete tenía tres patas y no únicamente dos: mis herramientas para estar mejor son la naturaleza, la escritura y la terapia.
Así que he pensado profundizar un poquito más en cada una de ellas y hoy, por continuidad, le toca a la naturaleza.
¿Quieres saber qué hago exactamente para poder usar su poder terapéutico sin necesidad de abrazar ningún árbol (cosa que nunca he sentido necesidad de hacer, la verdad)?

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Ha sido agradable escucharte y he encontrado mucha verdad en las cosas que decías. Es interesante esto que haces, considero que puede ayudar a las personas (entre las que me incluyo) porque no deja de ser una especie de terapia/meditación guiada. Creo que es algo muy positivo y que merece la pena escuchar.
Genial Deb, que interesante, es un gustazo escucharte!! Gracias!
Me ha gustado mucho. Y me parece súper bonito cómo vives todo, como lo que explicas de qué te conectas para hacer fotos. Me da que pensar que el resto a veces podemos ir demasiado con el piloto automático y nos dejamos de sentir cosas. A la vez, también nos enseñas. Bravo.
Un abrazo, Verónica
Un placer escucharte Deb, me transmites mucha sensibilidad y cercania..Me encanta este formato!
Un abrazo!
Pamela
¡Muy interesante, muchas gracias, Deb! Leerte u oírte (me encantan ambas, me alegra leer que seguirás escribiendo cuando puedas) es a veces como seguir leyendo una novela en la que nos descubres qué le va a pasar el personaje principal, que a la vez soy yo, porque en muchas cosas me siento muy reflejada y aún no lo he descubierto de esa forma tan clara. Es precioso lo que describes.
Ya te he comentado alguna vez que me gusta leerte y escucharte porque tenemos muchas cosas en común y cada vez que te “desnudas” descubro más. Me ha gustado escucharte decir que no eres capaz de ser tu delante de la gente porque a mí me pasa igual y pensaba que era algo muy loco mío, de hecho, la necesidad de conectar conmigo me ha llevado a aislarme cada vez más hasta el punto que creo que me he pasado… 😜
Wowww! Como nos cuesta desnudar nuestro interior y cuanto compartimos cuando lo hacemos, porque es así como podemos ver cuanto tenemos en común con otras personas, y que no somos tan raras ;)
Para mi no hay mejor manera de empezar el día que caminar por el bosque con mi perra, pero también es cierto que hay que poner consciencia en ese momento, porque sino es como pasear por las ramblas.
Mi mayor momento de conexión fue en lo Picos , sola, sintiéndome muy pequeña pero formando parte de todo.
Un graaan abrazo!
Hola Deb!
Vaya por delante mi agradecimiento por tu trabajo, por mostrarte, por exponerte; me gustaría tener la mitad de tu valentía. Quiero decirte que me llama la atención (lo dices en este audio y te lo he escuchado más veces) cuando dices que no eres nada espiritual o que temes que lo que dices suene místico, espiritual, etc. La verdad, siento que decir eso es como decir que no eres mamífera. Todos somos espirituales, al igual que todos somos mamíferos. Quizás durante mucho tiempo te has identificado con otras aristas de tu ser, pero eso no significa que no seas espiritual. Para mí es evidente esa faceta tuya. Quizás se trata de zambullirte en “ese lugar” por mucho miedo o prejuicios que se tengan.
Gracias Deb. Un abrazo!!
Hola Deb. Me encantan estas Debsapp ;)
Yo soy psicóloga de personas altamente sensibles (PAS), y todos en general tenemos mucha necesidad de naturaleza (yo también soy PAS) para conectarnos con nosotros mismos. Muchos de nosotros vivimos esos encuentros con la naturaleza como algo casi (o sin el casi) espiritual.
Muchas veces he pensado (y esto es muy típico en PAS) en retirarme a una montaña en plan monja budista, pero luego necesito también la estimulación de la ciudad, de la gente y a veces es un poco complicado mantener ese equilibrio entre aburrimiento y saturación, entre naturaleza y ciudad.
A mí me ha pasado siempre eso que cuentas de que te es muy difícil conectar con la dicha y dejarte emocionar si hay alguien delante, hasta este año que he conocido otras personas altamente sensibles en la asociación donde estoy. Muchas de nuestras quedadas son o en parques o si podemos en la naturaleza saliendo de la ciudad. Y más de una vez cuando estamos en un sitio bellísimo y está anocheciendo, nos paramos y hacemos unos minutos de silencio para quedarnos ahí presentes empapándonos de la belleza del paisaje.
MariaGgomez
Pero cómo llevar la naturaleza a tu día a día en una caótica ciudad? Me fui unas semanas a unas muy esperadas y necesarias vacaciones en una playa virgen, sin televisión, sin celular y he querido mantener esa paz, esa buena vibra, esa energía, la tranquilidad, pero es tan difícil vivir relajada en la ciudad, lidiar con la gente que esta en un mood totalmente alterado, el trafico, el transporte, el trabajo.
Y nuestro primer pensamiento al regresar fue, vayámonos a vivir a la playa, obviamente por querer salir de la rutina, del caos, ya nos habíamos montado en la cabeza planes de comprar una casita bueno hasta un negocio para sobrevivir pero también se que viviendo allá llegaría un momento de querer mas, querer moverte, hasta aburrición por que a final de cuentas por algo vas de vacaciones a ese lugar, creo que perdería toda esa magia haciéndolo tu rutina, así que no jajaja lamentablemente no es la opción.Y aun sigo buscando el equilibrio entre la ciudad y ese pueblo mágico.
Sigo escuchándote Deb! un abrazo!
En cada época de mi vida me centré en leer sobre el tema que me era más cercano en esa época. Y ahora que adopté una perrita whippet, me da por apartar el ordenador y salir a pasear a las sierras de alrededor durante horas. ¡Es maravilloso el caminar en silencio!
Cuando una está despierta, te llegan post como este mientras tu perrita te está calentando los pies ☺. Gracias Deborah por tan lindos pensamientos.