No se por qué, mucha gente cree que soy un ser superproductivo y megaeficiente. Quizás lo fui, hace unos años, cuando creía que lo único que importaba de mí misma era mi trabajo y los resultados que obtenía. Pero hace mucho que dejé de exigirme tales hazañas y en realidad mi vida es bastante como la de cualquiera: siento que no llego a todo, que no hago nada, que no aprovecho el tiempo, que tendría que hacer más y que todo el mundo hace más y mejor que yo.
¿Te suena de algo? Si es que sí, hoy tengo el mejor consejo que nadie va a darte para superar esta adicción a la hiperexigencia. No te va a gustar, no es nada cuqui ni lo vas a querer poner en una postal para verlo en el espejo cada mañana. De hecho, igual hasta te molesta.
Si lo pones en una palabra agradable, lo llamarás priorizar. Si no te importa ser cruda como yo, lo llamarás por su nombre: renunciar. Suena drástico, pero no lo es. Es la realidad.
Para que algo entre en el (poco, seguramente) tiempo que tienes disponible, algo tiene que salir.
Dale al play y saca la agenda.

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¿Eres de las que sienten incomodidad con la palabra “renunciar”? ¿Te parece muy radical? ¿O la abrazas como lo que es, una oportunidad de poner orden en tus actividades y elegir a qué prefieres dedicar tu escaso tiempo libre?
Un abrazo,
Gracias Deb!
Como siempre un buen soplo de realidad y de sentido común. Todas aspiramos a todo y todo es imposible. Las horas son las que son y si no te centras en concretar y priorizar en algunas pocas, no haces nada realmente, que es lo que me pasa a mí habitualmente cuando me dejo llevar por mis mil intereses de los más variados… Pero es que como dices tú, el día tiene 24h y de esas, las horas para ti y tus “cosas” son muy escasitas, así que no nos volvamos locas y mejor hacer una lista de prioridades.
Besitos y me encantan estos audios tuyos!
Ana
Gracias a ti Deb por compartirte
Gracias, gracias!!!!
👍
Wow, te pude escuchar mientras hacía cosas de la casa, atendía algunas peticiones de mi hija, etc. Qué maravilla, lo digo en serio, haber encontrado esta “patada“ para entender lo que es priorizar y no sentirme tan culpable de no lograr varias metas como mujer, madre, esposa, profesionista y humano.
Voy a priorizar más, voy a renunciar sin culpas.
Gracias, Deb. :-*
A mí la palabra “renunciar” me genera cierta culpa , como si no hubiera sido capaz, y a la vez me libera. Porque cuando renuncias a algo, como bien dices, es porque has elegido dedicarte a otra cosa, y cuando se elige con corazón, se libera algo dentro de ti. Me ha gustado mucho tu audio :) Un abrazo, Áurea
Gracias Deb! Una reflexión super necesaria.
Esa frustración por querer hacerlo todo y no tener tiempo es completamente necesaria, es un ejercicio emocional.
Y como sabemos si el ejercicio de sentirse frustrada está dando sus frutos, como quien entrena la fuerza para levantar pesas? Porque esa fatiga emocional que te provoca la frustración será cada vez menos intensa, menos frecuente, menos duradera y la podrás controlar mejor. Y tachán! Bienvenida a la etapa de la paciencia y la renuncia!
Un podcast especialmente interesante, Deb. Me he sentido identificada, además, porque aunque mi hija tiene ya 9 años, los comienzos fueron duros por muchas razones, algunas externas y otras internas. Y también me exigía mucho, y me exigo, pero con el tiempo he ido llegando a la conclusión de que casi ninguna de esas exigencias era en realidad interna, respondía a cosas que de verdad quisiese hacer, sino que creía que “tenía” que hacer. Por lo que fuese: familia, trabajo, etc.
Creo que a veces nos cargamos de tareas y auto-imposiciones para no pensar. Para no pararnos a pensar porqué estamos haciendo esto o aquello, o qué es en realidad lo que queremos hacer. Creemos que hay un montón de necesidades a las que tenemos que dar respuesta (económicas, sociales…) pero no es del todo cierto, y nos solemos enfadar con quien nos cuestiona la necesidad real de todo ello, como si cuestionasen nuestro sentido de ser o nuestro derecho a ser aceptadas.
O al menos, podemos decidir cómo y de qué manera respondemos a ellas, en lo que creo que es simplemente un ejercicio de auto-responsabilidad de la propia vida y de las que hemos decidido que dependan, de una forma u otra, de ella (hijos, familiares, etc.).
Claro que hay que renunciar, no veo nada malo en ello. Y deberíamos preguntarnos a qué estamos realmente renunciando, y si es tan importante en ese momento de nuestras vidas para nosotras. Porque si no lo hacemos, quizás a lo que estemos renunciando no sea a un acto social cualquiera, sino a un tiempo para escucharnos sin el ruido externo. Y a eso no deberíamos renunciar jamás.
Hola Deb¡
Yo hace unos 2 años me di cuenta que mi problema no era (como creen muchas Personas Altamente Sensibles como yo y que yo también creía) que soy una dispersa, que como tengo muchos intereses tengo que prestar atención a todo, que me agobio porque tengo mucho que hacer pero del agobio no me centro en nada, que si hay mil libros, mil talleres que me interesan tengo que ir a todos, etc..
No, ese no era mi problema (no solo en cuanto a productividad, sino a tener la vida que quiero). Mi problema era que no sabía elegir, seleccionar, priorizar. E inevitablemente elegir unas cosas supone renunciar a otras.
La paradoja es que he encontrado más libertad en escoger unas cuantas cosas en las que centrarme, estar presente de verdad y comprometerme que en hacer muuuuuuuchas cosas sin estar presente de verdad, sintiendo que me pierdo cosas, que no tengo suficiente tiempo, etc
Gracias por el podcast, Deb
Tal cual…cuántas veces me encuentro presionándome en que “debería” poder tener más tiempo para esto o para aquello…cuando en realidad tengo lo justo (siendo madre, con mi familia cerca, un negocio, la ampliación de mi casa, dos perros y un gato…uf!) Para ir barajando soluciones a lo cotidiano y con suerte poder elegir si ese día dejo algo de hacer y visito a una amiga o duermo una siesta!!! Jajajaja
Creo que me enrrosco con el tema de ver otras “supuestas” vidas más felices y/o productivas, cuando me encuentro con mi cansancio y frustración, derivadas también de la propia exigencia! “DEBERÍA PODER” O “DEBERÍA QUERER TAL COSA”…Una idea que suele ayudarme a frenar un poco mis exigencias es que mi valía no pasa por la productividad…y quizás ni siquiera por el éxito…yo hoy valoro mi tranquilidad y mi descanso…gracias por tu audio Deb! Saludos desde Argentina
Yo ayer dije no y me sentó fantásticamente bien. tenía una de esas tardes apretadas y 2 horas para hacer todo lo que quería hacer, entretanto se me olvidó una reunión de la Junta directiva del club de mi hija, y cuando me llamaron para ver si iba a ir, dije que no iba, todo lo demás que era para mi casa y familia era mucho más prioritario que esta reunión en la cual sólo iba a participar no tenía nada que aportar y aún así dejé una cosa pendiente para hoy.
Sinceramente, me sentí tan bien que me di cuenta en el mismo momento de la importancia de saber decir no.
Cómo me gusta estos audios y tu honestidad Deb, gracias por compartirla una vez más :)
Es un tema curioso y necesario desde mi punto de vista. Necesario porque pocos lo tratan como decía, de manera real y sincera. Por otro lado, es curioso que a veces uno se exija tanto, ¿de dónde viene? ¿por qué se quiere llegar a todo y a tanto?. Pienso en una comida, en el momento de elegir tu menú… Si pides pescado, no vas a pedir también carne, ¿no?, si se pide un postre descartas los demás. Salvo casos puntuales como alguna celebración, nunca nos plantearíamos abarcar todo el menú…
¿Por qué esa culpa por decidir en otros aspectos de la vida? Siempre vamos eligiendo, priorizando, descartando, renunciando… cada cual que escoja el término, pero es así, y no pasa nada, es disfrutar también de esas elecciones, pues elegir una cosa pero estar mirando justo todas las otras opciones nos impide precisamente disfrutar de lo que sí tenemos delante.
Quizás el error es “compararse” con gente que no está en tu situación, una madre con 3 hijos tendrá obviamente menos tiempo, y es lo normal… no hace falta buscar lo que le “falta” a esa otra persona que crees que lleva una vida más bonita o mejor, quizás lo suyo sería replantearse por qué nos da envidia esa persona, qué podríamos cambiar o mejorar de nuestra vida, qué admiramos de esa persona y no por ello menospreciar la nuestra… Algo un pelín más constructivo quizás.
No hace falta hacerlo todo, y eso está muy bien, no pasa nada. Hasta los deportistas eligen, no pueden ser geniales en todo, eligen algo y siguen ese camino. Creo que quizás falta normalizar todo esto, disfrutar más de lo que se tiene, poder hablar y compartir los días malos sin juzgar a nadie, dejar de ver esas vidas pinterest y buscar las reales, las nuestras, las de los vecinos… En fin, que me he enrollado mucho. Sólo quiero felicitar a tod@s los que estamos aquí, pues ya el hecho de estar es signo de que estamos viviendo, que no es poco ;)
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias por tu Debsapp! Me encanta! La escucho todas las semanas y siempre tienes ideas importantes que aportan mucho, o nos recuerdan como en este caso, que hay que priorizar para no volverse loca 😊.
Mil gracias!!!!
Hole Deb,
Hace rato que no tengo tiempo para leerte, ni a otros tantos blogs que fueron mi inspiración.
Pero, como nada es coincidencia, precisamente este email me llamó la atención y pude escuchar tus apreciaciones sobre las exigencias de la vida de hoy y tu enfoque de productividad..
Justamente, después de años de dar vueltas en el mundo de las ideas, hace casi 2 años he empezado a escribir sobre mujeres y para mujeres. Por hora, apenas me alcanza para IG y FB. Nada de blog, ni e-mails, ni grupos. Pero con mucho sacrificio y la incredulidad de todos que me cercan, he estado contribuyendo de alguna forma con otras mujeres cuestionadoras como yo.
Estoy dando pasitos de bebé en un proyecto paralelo, después de años de espera, de la crianza de 3, habiendo cruzado la barrera de los 50 este año. Continuo, exactamente como antes, estirando el tiempo y dividiéndome entre tantos platos girando, tal cual malabarista de circo..
Creí, cuando eran pequeños los chicos, que seria una renuncia de corto plazo, sin embargo, han crecido, salido de casa, y el tiempo solo sigue acelerándose cada vez más, con la presión extra, de saber que cada vez me queda menos, menos tiempo… nadie sabe hasta cuando estaré dando vueltas por aquí.
Así, que hay que concentrarse en renunciar… y como cuesta, después de tantas renuncias que involuntariamente nos hemos sometido, como mujeres, en la vida…
Un beso, y si te puedo dar un consejo, disfruta de tu niño, que antes que te des cuenta, ya estará saliendo de tu casa y viviendo su propria vida. Lo que no deja de ser una alegría también, de cierto modo!