Este octubre hicimos nuestros ocho días de vacaciones. Todo el verano viendo a gente yéndose a la otra punta del mundo y finalmente en octubre decidimos hacer unos días de pausa y salir de casa. Pero no fuimos a una isla lejana, ni a ningún sitio exótico. Alquilamos una autocaravana en la que subimos a los perros y cuatro cosas de ropa y de comida (¡y unos cuantos libros!) y nos recorrimos la zona norte de Catalunya. Empezamos por la Vall de Núria, seguimos por la Cerdanya, seguimos por la Vall de Bianya, continuamos por la Vall d’Assua, luego la preciosérrima Vall de Boí y el Parc Nacional d’Aigüestortes i Sant Maurici y terminamos, ya volviendo hacia casa, haciendo parada en la zona volcánica de la Garrotxa.
Es un viaje precioso que hubiera necesitado un montón más de días para hacerse en condiciones, y nosotros (yo, especialmente) tendríamos que haber estado más en forma para poder hacer muchas más rutas a pie y subir a más montañas y más lagos. De todas formas, volveremos. Eso seguro. No tenía idea de que las montañas de cerca de casa fueran tan maravillosas.
Estuve pensando en la manía que tenemos de conocer el mundo sin pararnos a conocer lo que nos queda al lado. Esa cosa tan cutre de mirar siempre con ojos de deseo lo que está más lejos y parece más importante y da más estatus, pero mirar con poca emoción lo de casa, lo de cerca, lo nuestro. Es lo mismo que nos pasa cuando creemos que todo el mundo es muy guay y nosotras unas perdedoras. O… en fin, hay millones de ejemplos.
Uno de mis sueños de toda la vida es recorrer España. También quiero recorrer Estados Unidos y Japón y los países nórdicos, pero, desde luego, quiero conocer España y todos sus pueblos, todos sus parques naturales, todos sus montes, todas sus costas, toda su gastronomía, todo su esplendor.
Y no lo hago por nacionalismo (que no lo siento en absoluto), lo hago por esa misma sensación que tenía desde niña cuando quería conocer a todos los vecinos de mi escalera y unirme a la asociación del barrio. Esa misma sensación de extrañeza que me invadía cada vez que, ya de mayor, iba a vivir a un piso nuevo y me daba cuenta de que no sabía absolutamente nada de la gente que me rodeaba.
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El conocimiento empieza por uno mismo y sigue por lo que se tiene cerca. ¿Por qué saltar escalones sin ton ni son? Es muy excitante y renovador ver perspectivas muy distintas, conocer mundos lejanos y exóticos, eso es así y nadie nos lo puede quitar. A mí, desde luego, me encanta ir a lugares remotos. Pero, ¿no es enriquecedor conocer nuestro alrededor y entender de dónde hemos salido? No por una cuestión de patria, ni de raíces, sino de sociedad inmediata. Se puede entender mucho de uno mismo aprendiendo de la familia, de los amigos y del entorno en el que nos hemos movido.
El anterior viaje que hice, el año pasado, fue en soledad y estuve en Islandia. Realmente diferente en apariencia pero no necesariamente más revelador, ni más emotivo, ni más espectacular. Si fue más revelador, más emotivo y más espectacular es porque era la primera vez que viajaba sola y a eso se le asocian un montón de cosas a nivel personal. Pero esta vez era la primera vez que iba en autocaravana y era la primera vez que viajaba con los perros, cosas también emocionantes. En esta ocasión me ha dado la sensación de que lo verdaderamente interesante de los viajes es lo que te encuentras dentro, no lo que ves fuera.
Lo verdaderamente interesante de los viajes es lo que te encuentras dentro, no lo que ves fuera.–> ¡Twitéalo!
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Este mes me estoy dedicando a hacer un poco de investigación/inspiración/placer para el libro que estoy escribiendo en el que narro mi viaje por Islandia (y en el que, si te apetece, puedes participar y seguir el proceso creativo a cambio de comprar el libro ahora, antes de que lo termine). Para ello tengo previsto hacer varias cosas, pero he empezado por leer a otras mujeres escritoras que han narrado en primera persona sus viajes. Por cierto, que si tienes alguna sugerencia de autora interesante que haya hecho diario de algún viaje, será bienvenida. Puedes dejarla en los comentarios y así nos enteramos todas. Recién acabo de terminar los dos primeros libros que he elegido y, la verdad, estoy gratamente sorprendida.
Pedí en la biblio de mi pueblo dos best sellers, ambos con su propia película (una me gustó mucho y la otra más bien poco). Uno es el “Come, reza, ama” de Elizabeth Gilbert. El otro es el “Salvaje” de Cheryl Strayed. La primera peli fue como buah, la segunda como wow. Y ambos libros han sido un wow. Muy bonitos. Muy de verdad. Ojalá yo pudiera llegar a eso, no a sus superventas, sino a ese nivel de frescor y profundidad emocional a la vez. Voy a esforzarme por conseguirlo, eso seguro :)
He querido dejaros los enlaces porque cuando los leía pensaba “esto lo tienen que leer más mujeres y ojalá más mujeres hablasen así, con esa honestidad, de sus vidas”. Así que aquí estoy, compartiendo dos libros de esos que los intelectuales rechazarían solo por lo que les precede. Pues bueno, los intelectuales se pierden muchas cosas bonitas de la vida por prejuicios. No seamos como ellos. Probemos antes de juzgar y a ver qué pasa.
A final de la semana pasada escribí a todas las personas que ya se han apuntado para hacerme compañía en mi viaje literario desde el principio y les contaba más cosas sobre estos y otros libros y sobre lo que me está pasando últimamente con la escritura, así que si quieres unirte serás muy bienvenida (te llegarán todos los mails que he ido mandando desde que arrancamos, así que no te perderás nada) y si no te apetece pues ya dejo el tema aquí, así que no sufras, puedes seguir leyendo :)
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Ay, también quería contar que el otro día me escribió un whatsapp mi amiga Mery contándome que parecía que estuviéramos conectadas, porque el título de su nuevo album con su grupo Mery Lemon se llama “La gente del hielo, pueblo feroz”. Ambas hablando de hielo y frío en nuestros proyectos creativos :) No sé si tenéis el placer de conocer su música, pero se han lanzando a la aventura de crear un disco por segunda vez, y este tiene un tono mucho más oscuro que el anterior. Creo que Mery (quizás porque es Acuario como yo) está haciendo el camino hacia la oscuridad y el descubrimiento de las sombras de una forma muy similar a la mía, a esto que habéis estado viendo esta temporada en Oye Deb. Y además, como yo con Ísland, también te ofrece la posibilidad de colaborar en la creación de este proyecto. Yo, obviamente, ya he puesto mi granito de arena con todo el amor del mundo. A ver si te resuena (dale play al vídeo que tienen dentro y verás lo salá que es, que también tiene raíces andaluzas como yo, ¡pero a ella se le notan enseguida!) y si te animas a echar algo al bote Mery y todo su grupo de maromos te harán la ola.
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Mientras estábamos de viaje tuve que grabar un vídeo sobre la escritura para un evento online. Ya sabes que la escritura es mi forma de conectar conmigo misma y con mi creatividad, de hecho, es mi forma preferida de meditación y autodescubrimiento.
Pero lo que quería compartir es lo que pasó con la grabación del vídeo. No sé si sabes que yo ODIO hacer vídeos. Odio verme en la imagen (así que Arieh los monta siempre y no le dejo casi ni que me los enseñe), no porque me vea fea o algo así, sino porque me veo extraña. Como si no fuera yo. Como si mi voz no fuera la mía y mis gestos no fueran los míos. No me gusta esa sensación y trato de evitarla. Por ese motivo, cuando grabo algo, estoy de muy mal humor, muy tensa. Este vídeo en concreto lo grabamos mientras estábamos de viaje, pero no teníamos electricidad así que no podíamos entretenernos demasiado o se nos iban a acabar las baterías de todos los aparatos. Entre esa presión, la presión del ambiente —ruidos de coches pasando cada dos segundos, visitantes espontáneos que me interrumpían, la luz que se iba yendo por minutos— y la presión de mí misma —que me equivocaba constantemente, que sentía vergüenza y me agobiaba un montón— la grabación fue un desastre.
Al terminar me di cuenta de lo de siempre, una vez más. Qué paradójico era estar hablando de algo tan feliz como mi relación con la escritura personal, y contando a los futuros espectadores la maravilla de conexión emocional que generas contigo misma cuando escribes sobre ti, y hacerlo desde esa actitud de agobio monumental, completamente desconectada de lo que estaba haciendo.
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En ese momento no pude evitarlo, porque aún no estoy lo suficientemente entrenada, pero desde luego he tomado nota. Y eso no significa que no vaya a hacer más vídeos nunca más para evitar el mal rato (al contrario, cuanto más practique menos lo odiaré y mejor se me dará), sino que las condiciones en las que suceda la grabación de esos vídeos tienen que ser muy específicas para que yo pueda “entrenar” con comodidad y sin presión añadida.
Porque al final creo que no se trata de esquivar las cosas que nos sacan la incomodidad, sino de hacerlas con la máxima comodidad posible.
Por ejemplo, tampoco me siento cómoda hablando en público y por eso casi nunca —salvo excepciones— me veréis dando charlas por los congresos y las conferencias. No tengo alma de rockstar, lo mío son los grupos pequeños y las relaciones individuales. O quizás sí que tengo alma de rockstar pero aún no he sabido verla, quién sabe dónde me llevará la vida. El caso es que no me lanzo a lo kamikaze a dar charlas para vencer el miedo a dar charlas, obligándome así a pasarlo superfatal con una terapia de choque ultraagobiante. Lo que hago es empezar por situaciones en las que tengo que hablar delante de más de una persona y en las que puedo sentirme cómoda y voy viendo cómo lo hago, cómo me siento, cómo reacciona el “público”… La semana pasada, sin ir más lejos, la marca de cosmética Clinique me invitó a sus oficinas en Madrid para dar una masterclass a las tres ganadoras de un concurso que habían convocado y aunque había más de tres personas en la sala y a la vez estaban haciendo fotos y vídeo logré sentirme muy cómoda con lo que estaba contando. También, en lugar de estar dos horas hablando sin parar con un guion preparado (cosa que no me gusta nada), hice una sesión muy práctica e improvisé el contenido que iba surgiendo entre medio. Total, que me fui muy contenta y sintiéndome con un poquito más de experiencia en el mundo de las charlas.
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Este agosto me llegó otra oferta a la que estuve muy tentada de decir no y que finalmente acepté. La marca de camisas Brava sacaba su línea para mujeres y me proponían hacer de modelo para el shooting, junto a otros emprendedores y gente creativa, ninguno modelo profesional. Cuando vi el mail me partía de la risa y de la incredulidad. Digo, esta gente no tiene ni idea de que las cuatro fotos que hay mías por ahí o me las he hecho yo o me las ha hecho alguien que ha tenido que insistir MUCHO para encontrar un disparo en el que no tenga cara extraña.
A modo de ejemplo, la fantástica foto de la cabecera nueva de Oye Deb es un autorretrato que me hice un día cualquiera, recién llegada de tomar algo con los amigos, antes de desmaquillarme y lavarme los dientes, en el baño de nuestro último piso de Barcelona. De este palo voy. Muy profesional todo.
Lo mío con las cámaras es una historia compleja. Cuando hay alguien más delante se me pone cara de idiota. Ya digo que lo mío son los autorretratos, es la única opción. Pero no me estaban proponiendo eso: querían que fuera a pasar un domingo a Barcelona con un montón de gente mientras una fotógrafa famosa (a la que yo seguía locamente en Instagram) me hacía fotos y sin haber pasado previamente por maquillaje y peluquería, todo así a lo natural. Dije que no, primero. Luego tuve que decir que sí porque vi que Ramón —el organizador del cotarro— no iba a parar de insistir. Dije que sí porque pensé que sería una buena forma de entrenarme. Dije que sí porque aceptó que en lugar de llevar una camisa de mujer me pusiera una de hombre (que son las que yo llevo siempre en mi vida normal). Dije que sí porque me dijo que venía Lola también a hacer de modelo y que encima haría el catering. Dije que sí porque quería conocer a Martina (vivo secretamente queriendo ser modelo de Luna de Marte aunque no tengo el perfil en absoluto). Dije que sí porque no me pagaban y eso significaba que lo podía hacer todo lo mal que me saliera. Vamos, que no tenía obligación de salir bellísima, era su propio riesgo llamarme a mí para posar :)
Total, que si queréis camisas chulas para hombre y para mujer, Brava tiene lo que os hace falta. La mía (aunque en la foto no se aprecia bien) es la #fixedgear, con bicis, muy discretita como me gusta a mí. Pero las hay para todos los gustos.
Y cuento todos estos “trapos sucios” y “visiones desde el backstage” para que podáis ver que una no nace enseñada y divina, que todas tenemos nuestros puntos flacos (además de nuestros puntos fuertes), pero que si hubiera alguna clave, ésa sería simplemente tratarnos con cariño y amabilidad y poner empeño en crear las condiciones desde las que podemos crecer, poco a poco, con comodidad. Lo contrario a lo que hice yo con el vídeo hace unos días ;)
También ha habido muchas propuestas estos últimos meses a las que, con mucha pena, he tenido que decir que no. Porque no me gusta pasar malos ratos porque sí. Porque todavía no es el momento. Porque no había comodidad en ellas.
Quizás la pregunta a hacerse sería ¿cómo puedo enfrentarme a esto que tanto me cuesta de la manera más cómoda y amable posible?
En eso consiste también encontrar tu fórmula para emprender y para vivir. En eso consiste adaptar el trabajo a ti y no adaptarte tú al trabajo.
En eso consiste tener una vida buena.
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Y antes de acabar, te recuerdo que lo que sí hago con la máxima comodidad, sin ningún miedo y con mucho disfrute es escribir, y que esta temporada ya llevamos unos cuantos artículos que puedes repasar o leer si todavía no has tenido oportunidad. Empezando por ese en el que te animaba a dejarte ver más y a marcar nuestra vida, o por ese otro en el que te contaba que aprender a emprender es la mayor excusa para no emprender, o el de los errores también suman y no hay que temer cometerlos, o el de que tu negocio no le importa realmente a nadie pero lo que de verdad les importa es esto, o el de cómo vas a saber quién eres y quién va a decidirlo, ¿tú o los demás?
Y de bonus track uno que no he escrito yo pero que podría firmar con tranquilidad. Se llama “Cómo escapar del life-hack” y dice, entre otras perlas llenas de ironía:
“¿Quieres atraer público? Escribe un artículo titulado: “19 formas de optimizar tu productividad”. Hazlo SEO friendly, corto y pon una foto llamativa al inicio. Si es inspiradora, mejor. Nunca expongas el tema en su totalidad, tienes que dejar siempre margen a poder decir más de lo mismo para darle a tu público habituales dosis de la droga repetida que quiere leer.”
Ya ves que ninguno de mis artículos se parece en nada a lo que describe Victoria en el suyo. No sabes lo feliz que me hace. De eso sí me siento orgullosa. No de mis fotos y mis vídeos ;)
Te espero la semana que viene y abajo en los comentarios, donde puedes dejar referencias, recomendaciones, opiniones y lo que te plazca.
Un abrazo,
Deb, te recomiendo Amor América de Maruja Torres, es su viaje en tren por América Latina, del sur de Chile a México. A mi me encantó cuando lo leí y es algo que tengo pendiente hacer algún dia ;-)
Es América, como era antes y como la vivió Maruja.
Gracias, apuntado! Tenía muchas ganas de leer a Maruja Torres y todavía no había encontrado la excusa! :) Mua!
Hola Deb, estoy muy de acuerdo contigo en el hecho de que la huella que te deja un viaje no depende tanto del destino que hayas elegido sino como te has sentido tu. Puedes viajar a un sitio fantástico pero si tú no te has encontrado “bien por dentro” nunca tendrás un buen recuerdo de ese lugar. Pienso que en los viajes lo que percibes de tu entorno siempre es subjetivo, todo pasa por un filtro que es variable ¿no te parece?
Saludos.
Sí, como la vida en general y lo que nos pasa en cada momento, estemos de viaje o en casa viendo la tele! :) Beso, Eva!
Me ha encantado este post tan… tú. Además, estoy 100% de acuerdo con lo que dices de los viajes a sitios recónditos. Mi abuela siempre se reía y decía que el santo cuanto más lejos más milagroso.
De libros te recomiendo, “Hijos de Torremolinos”, aunque técnicamente no está escrito por una mujer, sí hay capítulos que la narradora es femenina. A mí me gustó mucho.
¡Un abrazo!
Qué chula la frase de tu abuela <3 El libro lo apunto también, a ver si lo pueden conseguir en la biblio!
Beso!
Hola, Deb.
Siento en esta ocasión no poder recomendarte ninguna lectura sobre diarios de viaje, aunque creo recordar que Tolstoi escribió uno sobre sus viajes en el norte de Rusia, pero no es mujer.
Hablar en público siempre produce un poco de incomodidad y es normal que suceda, pues uno se expone a que lo vean los demás. Es importante, como mencionas, reducir al máximo la incomodidad: entornos cálidos, preparación con anterioridad del discurso, dejar espacio a la improvisación y, sobre todo, no pensar nunca que el público es tu enemigo, sino tu amigo. Como dice Alberto (mi padre y socio en el blog) al público no se le vence, se le convence. La verdad es que tengo la inmensa suerte de que, cuando he tenido que exponer un discurso ante el público o he grabado algún vídeo, siempre he podido contar con la preparación y con la mirada (siempre más benévola que la mía) de él. Me ha dado consejos con los que logré que la exposición saliera natural dotando al discurso de márgenes de descanso y de puntos culminantes. No es sólo lo que se dice, sino cómo se dice (el ritmo, los movimientos corporales, las pausas…).
En fin, se trata en definitiva de reducir al máximo la incomodidad.
¡Muchísimas gracias y mucha suerte con Island! Un abrazo enorme.
Sí, la preparación hace mucho y saber cómo prepararse también, al final lo que va sumando es que vayas cogiéndole práctica y más práctica (si no tienes un talento natural gigante ya de entrada, lo que no es mi caso, desde luego!) Mua, Gala!
Hola Deb, te voy a recomendar dos viajeras que personalmente me encantan: Aniko Villalba (www.viajandoporahí.com + escribir.me) y Carmen Teira (www.trajinandoporelmundo.com). Bueno, y una más :-p Laura Lazzarino (www.losviajesdenena.com). Un abrazo
Lety… mil gracias por la recomendación de escribir.me, ¡me ha encantado! :-)
Gracias!!!!!! Todo el mundo me recomienda a Aniko estos días, voy a tener que meterme a fondo! :)
Holaaa! Como siempre, me flipa lo que escribes.
Ya me ha pasado varias veces que cuando me atasco a la hora de escribir para mi blog, te busco entre mi correo y te releo y después llega mi calma, me centro y sale lo que quiero escribir y no lo que debería.
Aprendí en tu blog, que yo y mi proyecto son míos. Y que por mucho que me sienta pequeña al lado de mis compañeras, cuando me centro en mí los artículos son mejor recibidos.
Este es mi recordatorio diario, me guío por mi instinto. Aprendo y estudio todos los días y luego lo paso por mi filtro.
Gracias por no cortarte y ser tan sincera. A mi me sirve de mucho.
Ahora mismo, no recuerdo ningún libro de viajes. Yo he hecho tres viajes sola. A la India, a Finlandia y el Camino de Santiago y estoy totalmente de acuerdo en que lo que supuso el viaje para mí, no se quedó en la cámara, sino dentro de mí. A partir del primero me empecé a ver de otro modo.
Hice un blog del de Finlandia. Un día antes de salir, el amor de mi vida me dejaba.
Así que con ese fondo descubrí el país de los lagos.
http://www.ahoraelnorte.blogspot.com
¡gracias!
P.D.Ahora vivo con el segundo amor de mi vida
Qué maravilla Doris, me gusta cómo escribes en tu viaje a Finlandia, tuvo que ser una aventura :-)
Me encanta tu proyecto, es una bonita historia.
Un abrazo!
Gracias, Doris! Jolín, no sabes la ilusión que me hace lo que me dices :)
Y qué bien que el primer amor te dejó para que pudieras encontrar al segundo y pudieras también vivir Finlandia de esa forma tan especial ;)
Muuua!
guapa fotogenica ;) Besos
<3 <3 <3
Me encantan estos post batiburrillo, es tan reconfortante saber que hay más gente así :-)
Mi recomendación de libro es “Corazón de Ulises”, de Javier Reverte, que no es una mujer, pero es un libro de viajes absolutamente fascinante.
Este año estoy descubriendo que para la vergüenza, lo único que me funciona es hacer lo que me da vergüenza. Pasar ese momento incómodo, sin creerme mucho los pensamientos que me surgen sobre el tema. Y disfrutar del “lo hice”, que es una sensación maravillosa.
Un beso grande!
Vuelvo con otro libro curioso. El peor viaje de nuestras vidas, con 13 autores, entre ellos Cristina Morató, Rosa Regás y Carmen Sarmiento.
Y un artículo de Lola Hierro. Cosas que aprendí viajando sola: http://verne.elpais.com/verne/2015/07/22/articulo/1437557459_820629.html?ref=rss&format=simple&link=guid
Otro abrazo!
Apuntados todos, gracias, Silvia!
El artículo ya lo leí en su día. Me gustó mucho lo de llevar gafas de sol, auriculares y anillo de casada ;)
Hola Deb!
En los últimos años he viajado bastante, este último he estado lo más lejos que podía (las antípodas y luego Japón), han sido dos oportunidades que se han presentado ante mí, dos lugares que jamás creí que iba a visitar, uno de ellos el sueño de toda mi infancia. Han sido viajes importantes para mí, no por lo que otros vean o piensen, no porque alguien pueda sentir envidia, sino porque he aprendido muchas cosas del mundo, pero sobretodo de mí misma. No me importa si alguien piensa que podía haberlo hecho aquí al lado, porque personalmente no planifico mi vida hasta ese punto. Antes tenía miedo de salir fuera, lo digo con sinceridad, creía que no podría asimilar o afrontar situaciones que pudiera encontrarme lejos de casa, hasta que se me presentó la primera oportunidad increíble: una boda en la India. Dije que no, la India generaba muchas dudas e imágenes preocupantes en mi cabeza, tenía miedo de ver cosas que no fuera capaz de procesar. Mi familia me empujó a ir, como algo que te ocurre una vez en la vida, y un mes después estaba en el avión rumbo a lo terriblemente desconocido. Fue un punto de inflexión en mi vida, fue increíblemente maravilloso y a la vez horrible e indeseable. Expuso muchas cosas mías al aire que no fui capaz de ver hasta que volví, cambió mi perspectiva y me hizo más humilde (o me hizo consciente de cuando no lo soy). Un viaje así creo que tendría que hacerlo mucha gente, pero no por el itinerario, no por el tiempo, no por la estación, sino por el viaje interno, por la provocación inevitable.
Esta claro que da igual que vayas lejos o te quedes por aquí cerca, que todo depende de ti, que todo depende de tu predisposición a ser vulnerable, a encontrarte contigo y a ser consciente de lo que ocurre por dentro (sea positivo, negativo o neutro).
Con lo de los vídeos y las fotos parece que hables de mí. Yo soy la que hace las fotos, la que nunca sale y cuando salgo prefiero hacerlas yo, tranquila y sola. Estoy de acuerdo contigo, es absurdo forzarse a hacer algo en malas condiciones para ti. Es tu negocio, es tu vida, y debe ser adaptado a ti, hecho a medida. Desde cómo te comunicas con la gente, a qué red social usas, todo tiene que ser reflejo de tus fortalezas, no de la norma o de lo que alguien dice que debemos hacer. Como tú, me van más los pequeños grupos, sobretodo el uno a uno.
Gracias por ser tan sincera y compartir estas pequeñas cosas, es valiente y auténtico y eso es lo que al final queremos, no? La verdad, la substancia, la conexión. Un abrazo!
Ay, a mí con India me pasa lo mismo, no me atrae mucho en parte porque pienso que no podré soportarlo y me pasaré el rato llorando. Si ya lloro con chuminadas sin importancia todo el día… :)
Pero sí, los viajes tienen el poder de cambiarnos y hacernos conscientes precisamente porque nos hacen salir del entorno habitual y la comodidad habitual. Por eso a veces cuanto más lejos y más raro, mejor para sacudirse. Depende de lo que andes buscando.
Muuua!
Estoy segura de que eres una tía fuerte :-)
Ayer vi la entrevista que Marie Forleo le hizo hace un mes a Elizabeth Gilbert y como tú ya lo habías dejado caer aquí me ha terminado de picar el gusanillo. No suelo leer bestsellers sobretodo cuando los lee todo el mundo tanto tiempo y parece obligatorio. No es que me crea más, es que me aburre antes de empezar, pero mira tú por donde que me voy a leer “Come, reza, ama” (años después) y también su último libro “Big magic” que tiene una pinta…….
Si no has visto la entrevista te la recomiendo, me ha gustado mucho esta mujer, muy inspiradora y genuina. Un beso!
Tienes toda la razón con que, a veces, nos empeñamos con hacer el viaje del siglo yendo súper lejos y al final hacemos una escapadita a la provincia de al lado y, no solo flipamos en colores, sino que nos lo pasamos genial :) Todos los viajes vienen muy bien para abrir miras, sean con pareja o amigos, pero para mí es un básico viajar sola, al menos una vez al año. Aunque sea eso, al pueblo de al lado. Escucharme y eliminar absolutamente todo el ruido del día a día para captar con claridad lo que hay dentro de mí. Ole por esos viajes reveladores y en soledad! Un besazo
“Escucharme y eliminar absolutamente todo el ruido del día a día para captar con claridad lo que hay dentro de mí”. Si nos damos cuenta, eso lo podemos hacer hasta sentadas en nuestro escritorio. Todo lo tenemos dentro.
Beso, Marta!!!!!!
adoro estas “debsletters”, llenas de reflexiones, enlaces, sugerencias… me gusta, porque reflejan cómo eres, como somos las que te leemos, y sobre todo, porque siempre descubro cosas nuevas, a partir de los enlaces.
Me apunto los libros y ahora visito el post que enlazas al final.
Un beso y gracias!
^____^ Gracias a ti! A mí me encanta escribirlas!
Libro: ‘El mejor lugar del mundo es aquí mismo’. Si no lo has leído ya, te gustará, mucho muchísimo, ¡lo se!
http://www.casadellibro.com/libro-el-mejor-lugar-del-mundo-es-aqui-mismo/9788479536886/1222428
Apuntado! :)
No sé si conocerás el blog viajando por ahí. Te recomiendo su primer libro: “Días de viaje” y quizás también te inspire su otro blog escribir.me
Me lo han recomendado bastante últimamente, así que lo leeré sin falta! Gracias!
Deb,
Gracias por la Debsletter… te envío un enlace-propuesta de lecturas. Es del blog de alguien a quien sigo desde hace tiempo y que me parece, igual que tú, muy especial.
Una abraçada,
https://kaninnos.wordpress.com/2014/09/25/los-libros-de-framheim/#more-448
Gracias, pinta muy bien!!!! :)
Me ha gustado esta mezcla de artículo-debsletter ;-)
Y ya que preguntas por mujeres viajeras, no puedo dejar de recomendarte a la mujer más loca, profunda, sensual y espiritual a la vez con la que me he encontrado nunca (literariamente, claro): Isabelle Eberhardt.
Creo que también influyó el que encontré sus libros con 20 años, otra época para mí, hoy seguramente no me habría impactado tanto.
De sus relatos destaco “Yasmina” (un cuento, recopilado en un volumen llamado “País de arena”) y también escribió un libro autobiográfico de viajes por el desierto titulado “Hacia los horizontes azules”
No obstante, a mí lo que más me gusta de Isabelle Eberhardt es su biografía, que es mucho más intensa que cualquiera de sus relatos. Vivió en Ginebra donde fue instruida antes de los 18 años hasta un punto que a mí me dan ganas de llorar (ya hablaba y escribía árabe y ruso por aquella época, y sabía medicina). Atraída por el Islam, se instaló con 20 años en Argelia con su madre; ésta muere al poco y queda ella sola que vive vagando por todos lados disfrazada de hombre (la mayoría de las fotos que se conservan de ella es con el atuendo masculino). Vive en el desierto, se enamora y casa con Slimane, es exiliada varias veces, tiene muchas aventuras amorosas y a la vez una fe islámica muy profunda… Bueno, qué voy a contar más, mejor descubrirla. De hecho, uno de mis sueños raros de esta vida sería visitar la tumba de Isabelle en Ain Sefra, ver el sitio donde vivió.
Un abrazo a todas!
Hola Amparo!
Ya había leído un poco sobre ella, en el libro “Viajeras intrépidas y aventureras” de Cristina Morató, pero no había pensado en leer su propia obra, me lo apunto!
Qué sueño más chulo el tuyo, y no tan difícil de conseguir! Cuéntanos cuando vayas!! :)
Mua! Gracias por la aportación!!!!!
¡Anda Deb! ¡Ese libro también lo tengo yo! Me gustó mucho, pero la parte de Isabelle Eberhardt me pareció flojita y que daban una impresión demasiado superficial e ingenua de ella (bueno, quizás porque a esas alturas yo me había leído ya toda la bibliografía y la biografía de Isabelle y la “defendía a muerte” jajaja). Y sí, tampoco es un sueño taan difícil de cumplir… os contaré. Un besazo.
Hola Deb!
Me siento tan identificada con tus artículos!!! y también pienso que no soy solo yo la que se siente así, no me veo un bicho raro!
Las fotos también me gustaba hacérmelas yo, es donde mejor salgo, porque las demás, uffff!
Me ha gustado mucho eso que dices, que si hay que enfrentarse a algo que nos incomoda, que sea de la manera más cómoda posible, para qué sufrir, no? tengo pendiente lo del vídeo e intentar exponer mi proyecto, que aunque me apasiona, no soy capaz de ponerle las palabras en voz alta, y expresarlo al mundo, sólo escribiendo, que parece, sólo parece, que es más fácil.
Y sí, quiero conocer antes lo cercano, que lo lejano….:-)
Gracias por escribir así, un beso!
Carmen
Hola Carmen!
Tendremos que hacer un club de autorretratistas vergonzosas ^_^
Y lo del vídeo, pues haz como yo, escribe y luego lee y dilo un millón de veces en voz alta hasta que te salga medio normal, sin aspirar a normal del todo :)
Muuua!
Creo recordar que una vez dijiste que no harías publicidad ni mencionarías a ninguna marca porque no querías venderte y ahora con entradas como éstas te contradices, enhorabuena, te has convertido en una más del montón que escribe un blog dedicado a mujeres emprendedoras con anuncios en sus entradas.
Me parece genial que te contacten las marcas, porque a cualquiera que tenga un blog le llueven las ofertas, y si dijiste que no y luego que sí será porque te ofrecieron más dinero como a todos, pero ni las cremas ni las camisetas tienen que ver con el tema de tu blog, por mucho que te haya gustado el talonario y los regalos de ambas, pero claro, es tu espacio y tú decides los temas a publicar.
Espero que la siguiente entrada sea mejor y más productiva que ésta.
Pues menudas ganas me das de contestarte como te contestaría en la vida real en vez de tener que seguir las normas de la educación a las que me debo en esta mi empresa :)
En fin, sin que tenga por qué darte ninguna explicación te la daré, así los demás también pueden leerlo.
Primero déjame destacar que lo que dices (amparándote en el bendito anonimato) no tiene ningún sentido y no hay por donde cogerlo, es decir, y lo voy a poner en mayúsculas para que se entienda NADIE ME HA PAGADO NUNCA NADA POR DECIR NADA DE SU MARCA EN NINGUNO DE MIS MAILS O ARTÍCULOS. Cuando lo hago es porque me da la realísima gana. Como hoy y como tantas otras veces. Pero vamos, que si alguna vez acepto algo lo haré encantada y sin ninguna vergüenza. No sé dónde está escrito que solo tengo permiso para vender lo mío o que está prohibido hacer publicidad a otras empresas.
¿Hay algún código del “buen blogger” que me he olvidado de consultar?
En el artículo de hoy en particular, la única marca con la que ha habido dinero de por medio es Clinique (a la que, por si no te fijas, que parece que no, no les he puesto ni siquiera enlace), y el dinero que me han pagado ha sido por ir a dar una clase, no por mencionarles en ninguna parte. Lo hago porque quiero y porque quería explicar algo al respecto. Las otras, nada. Cero. Res de res. Bueno, sí, los de la camisa me dieron la camisa que llevé en la sesión, porque no se la iban a llevar luego toda sudada y con maquillaje en el cuello. Por si te interesan los detalles, que veo que sí.
Pero bueno, ¿y qué si me pagasen o me inundasen la casa de regalos y me diera la gana cobrar por poner diezmil enlaces en cada artículo?
¿Por qué tendrías tú que venir a observar lo que yo cobro o no cobro y lo que dije o no dije? ¿Qué eres, la policía del Internet? ¿A qué te dedicas, a esperar a que alguien diga una cosa y luego cambie de opinión para venir a señalarlo?
¿Hay alguna norma que diga que una se convierte en “una del montón” escribiendo con enlaces afiliados o patrocinados? ¿Y qué habrá de malo en ser “una del montón”, que tan horrible te parece a ti?
Y si solo te interesan las entradas “mejores y más productivas”, quizás que dejes de venir por aquí. Yo voy muy en contra de lo mejor y lo productivo, no sé si lo habrás leído antes en algún otro de mis artículos, aunque supongo que sí porque veo que te guardas cada comentario mío con mucha atención.
Un abracito, venga. Que pases un feliz martes.
PD: A mí no me llueven ofertas de regalos ni de pagarme a cambio de enlaces, no sé a qué blogs te refieres pero vamos, aún no he tenido que rechazar ninguna. De hecho, un anuncio hago: si alguien quiere pagarme, que me escriba, por favor. A ver si voy a ser yo la más tonta de la blogosfera sin enterarme de la pasta que se mueve por aquí! :)
Venga, relájate que ya pasó (palmadita en la espalda), es tan solo un comentario como otro más, y hay que saber aceptarlos de igual manera sin necesidad de mostrarse agresiva : )
Cuando digo “productiva” me refiero a las entradas normales, me da igual lo que ganes, lo que te regalen y demás parafernalia, lo que no me ha cuadrado ha sido el hecho de leer una cosa y luego leer que si Clinique, que si Brava, Mery Lemon, etc, me ha chocado y quería dar mi opinión simplemente, no creo que haya nada de malo en eso, cada una piensa como quiere, pero gracias por aclararlo, aunque tu forma no haya sido la más adecuada.
Y tranquila que puedes insultarme si así lo deseas como si estuvieras en la calle de tu barrio, con respuestas como la que has dado ya me imagino el tipo de persona que debes de ser.
Gracias pero “abracitos” tuyos mejor no, se me vaya a contagiar el mal rollo que llevas hoy encima, jajaja.
Pedazo experiencia que debió ser lo de Islandia. Tienes razón en cuanto a los viajes, lo importante no es el sitio. Uno de mis viajes favoritos fue cuando nos fuimos unos días a Ibiza, cogimos la moto y nos dedicamos a ir de una playa a otra, ¿que nos apetecía ir a ver la puesta de sol a la otra punta de la isla? pues allá que nos íbamos, y esa libertad absoluta fue lo que más disfruté, sin duda.
Me parece muy chulo el proyecto de las fotos, la verdad es que yo no me lo pensaría, pero sin embargo lo de dar charlas…eso sí que me costaría un triunfo. Es más, tengo el mismo problema que tú y por mi trabajo cada vez tengo que dar más sesiones delante de más gente, asi que es algo que también estoy intentando mejorar este año…vencer la timidez y el miedo a ser juzgada… Y no veas cómo cuesta!
Es agradable encontrarse un post así que invite a reflexionar y simplemente hablar sobre lo que sentimos. Creo que es una especie de terapia ya simplemente con eso. Gracias!
Hola, Deb!
Está claro que, cuando viajas, creces si estás dispuesta a dejarte fluir y a aprender de lo vivido. Mientras tú estabas en Islandia haciendo tu primer viaje sola, yo estaba por el Benelux inmersa en la misma aventura: un viaje en solitario de tres semanas. Cuando viajas solo tienes mucho tiempo para pensar y yo, además, en ese viaje apenas había conocido gente además de los tres amigos que iba a visitar en el camino, porque necesitaba estar conmigo misma, así que pensaba el doble. Y en Ámsterdam me di cuenta de que quizás eso de pensar tanto no estaba tan bien. Recuerdo que estaba en el Voldenpark y me vine abajo porque, como en una iluminación, fui consciente de que estaba negando un montón de aspectos de mí misma que todavía no aceptaba y que evitaba afrontar. Pero después de llorar y de escribir en mi diario de viaje (que, por cierto, si quieres puedo pasarte el que escribí este año en la India; lo tengo transcrito al PC y puede que te sirva para tu proyecto. A mí también me encanta escribir) fue como si todo empezara de nuevo; fue una sensación muy extraña que todavía hoy no entiendo del todo, pero que me dejó renovada por dentro. Creo que en ese momento empezó todo un profundo cambio interno que ha desembocado, en cierta manera, en el proyecto de vida que llevo ahora, y que tiene al emprendimiento y a la libertad personal como protagonistas.
Yo estoy deseando tener unos ahorros más firmes (me he independizado, ¡otra aventura!) para hacer el siguiente viaje sola. Me gustaría que fuera el camino de Santiago, pero ya se verá.
Un abrazo, Deb, y gracias por tus artículos!
Irene
(Te dejo el comentario igual :)
Hola Deb,
me llamo Marina y encontré tu página hace un par de semanas porque yo también me estoy atreviendo a utilizar mi tiempo para crear y dedicarme a lo que me gusta en lugar de dedicar mi tiempo a proyectos que me son ajenos. En mi caso, esta decisión llegó durante y después de un viaje de catorce meses por Sudamérica en los que entendí muchas cosas de cómo funciona el mundo (conmigo y sin mí) y cómo funciono yo en todo ese engranaje.
Una de las cosas que hice durante ese viaje para ganar algo de dinero fue vender un libro artesanal con algunos de mis textos-diario del viaje. Habitualmente escribo en una página (el link está más abajo) pero después de pasar un mes en una casa libre donde había un pequeño taller editorial me animé a imprimir algunos de estos textos y sacarlos a la calle. Fue una de las cosas más hermosas que he hecho nunca :)
El caso es que he leído que estás interesada en diarios de viaje de mujeres y ese mail es básicamente para enviarte el mío (aquí hablo un poco de él, a Deb se lo envié por mail y si alguna otra lectora quiere leerlo puede contactar conmigo a través del blog) http://heyheyworld.com/lava-no-arde-1a-edicion-buenos-aires/
Te cuento también que estoy escribiendo (o re-elaborando, porque en realidad todo esto son textos de diario) la segunda parte, que cubre los últimos ocho meses del viaje. Tal vez te hace sentir un poco acompañada en tu propio camino con tu libro :)
También te recomiendo otros dos diarios de viaje demasiado bonitos. No sé qué tal fácil puede ser conseguirlos porque también son autoediciones. Uno es La Hija del Cambio, de Sol Iametti; el otro, Memorias de la Luz, de Magalí Vidoz.
Te envío un abrazo grande :) ¡Gracias por escribir y compartirlo!
De, te recomiendo “Las voces del desierto”, de Marlo Morgan.
Come, reza, ama me ha marcado bastante, se lo recomiendo a todo el mundo!!!
Hola Deb http://www.lapequecomeflor.com/ .
Lety gracias por compartir el blog de Carmen Teira, no la conocía y me he quedado enganchada en sus post.
Un abrazo desde la cuidad de Puerto cabello, en Venezuela, Bendiciones para ti.
Me da mucha pena (sí, pena de la de verdad, no es un decir) que puedas decir alegremente que quieres visitar Japón, Estados Unidos, los países nórdicos, y cuando dices que quieres visitar España tengas que justificarlo. Sé que no es algo personal, sino algo a lo que nos está llevando esta situación política. Como si España fuera el demonio y el solo hecho de decir que quieres conocerla te convirtiera en una hereje que merece la hoguera a no ser que justifiques tus motivos.
Hola María! Bueno, yo no pretendía justificarme en absoluto, pero es verdad que se ve como algo muy simple en cuanto a destino vacacional porque ahora estamos acostumbrados a grandes viajes exóticos y los que viajaban a la comunidad de al lado para la luna de miel eran nuestros padres o abuelos :) De todos modos, yo lo considero un gran viaje. Será por cosas que tiene España, si no te la acabas ni queriendo!!! :) Beso!