De todos los temas que quería tratar en la lista previa que me hice antes de empezar a escribir La Peor Emprendedora del Mundo (y eran muchos, luego se vio reducida a nueve, ya que muchos se acabaron juntando entre ellos de forma natural) el que siempre encabezaba el primer puesto era el que he tenido que elegir para empezar la temporada. Me guste o no, es mi tema estrella y es probablemente el que más me hizo pensar y llorar —llorar de todas las formas posibles— hasta que lo tuve ubicado, centrado y reconocido: mi vocación.
Desde entonces no lo he olvidado en absoluto, ya que año tras año he seguido pensando, investigando y creando contenido al respecto para El Ideatorio.
En las reflexiones que vienen a continuación he tratado de sintetizar los puntos más importantes, o las fricciones más interesantes, con las que yo misma me he tenido que enfrentar al respecto de la búsqueda de un trabajo a mi medida, de una vocación que parecía inexistente en mí. Y de la situación posterior al haber encontrado ese encaje tan supuestamente perfecto, al darme cuenta de que, posiblemente, ni siquiera era tan aleatorio: resulta que lo que hago viene directamente relacionado con algo que habita en mí desde mi más tierna infancia.
Me pregunto si tú también podrás encontrar algo similar en el análisis. ¡Te dejo con las 17 primeras ideas del episodio 1 de La Peor Emprendedora del Mundo :)
1 /
El trabajo, para la mayoría de la población adulta, no es negociable. Tenemos que trabajar para poder financiar nuestra propia existencia. Eso significa que pasaremos un número determinado de horas al día, a la semana, al mes, haciendo una actividad a cambio de dinero. Todas esas horas pueden vivirse como una elección o como una obligación. Lo segundo suele convertir la vida en algo penoso y sacrificado, dejando solo un pequeño margen de tiempo para hacer lo que consideramos realmente “vivir”. El trabajo, entonces, es lo opuesto a la vida, una espera en la que aguantamos la respiración y dejamos de ser nosotras mismas para hacer lo que es requerido a cambio del sueldo pactado.
Para poder vivir esas horas como una elección, la respuesta humana ha sido buscarle el mayor significado al trabajo, a nuestra ocupación diaria: ¿qué estoy consiguiendo con este intercambio, además de dinero? ¿Puedo sentir que estoy haciendo algo que considere valioso o que los demás puedan considerar valioso?
2 /
Algunos viven toda su vida deseando dedicarse a algo en concreto cuando tengan oportunidad. Algunos de ellos lo consiguen, otros no. Siempre nos cuentan la historia del niño que quería ser astronauta y llegó a la Luna (nos emociona). No se explica la de los tantos otros niños que querían ser astronautas y terminaron en cualquier otro lugar. Tampoco se explica la del que estaba en cualquier otro lugar y la suerte o la vida le puso delante la oportunidad de ir a la Luna y decidió cogerla (o rechazarla).
Así es como suele funcionar el tema de a qué te dedicas: la vida manda. Por eso nos emociona cuando alguien parece imponerse a lo que la vida le tenía preparado (aunque, sin ánimo de quitar mérito a nadie porque el proceso para todos suele ser complejo y lleno de pedruscos, justamente me parece que debía de ser eso lo que la vida le tenía preparado).
3 /
Si tenemos opción de elegir en qué queremos trabajar (por fortuna la mayoría en nuestra sociedad occidental tenemos algún poder de decisión al respecto, por más que la situación pueda resultar precaria en un sentido u otro) vamos a empezar por examinar en qué somos buenos o destacamos por encima de los demás y qué es lo que nos atrae de forma natural.
Dicen que todos somos buenos en algo, y suele ser verdad. Incluso los que parece que no tienen ningún talento apreciable tienen alguna característica personal que los hace relevantes. Esto tiene un lado oscuro y es que para la mayoría el descubrimiento del talento propio no suele ser tan natural e innato como podría parecer.
4 /
Hay casos de niños o jóvenes que encuentran su obsesión en lugares insospechados: a los 5 años hacen ritmos o melodías con cualquier objeto que tengan a mano, por más que sus padres no estén interesados en la música ni le hayan puesto jamás al alcance un instrumento real. Hay quien considera que esas inclinaciones son huellas de vidas anteriores. Hay quien simplemente considera que quizás esa sea su vocación para esta vida. Luego pueden elegir hacer algo “profesional” con ello o no.
5 /
En algunos de nuestros trabajos, la generosidad innata y el impulso de compartir se mezclan con la practicidad; decimos: he pasado por esto, he aprendido bastante sobre el asunto, deseo ayudar a los demás a pasar por ello de la mejor forma posible, por qué no ganar dinero a la vez. En esta época, ciertamente está de moda ser “maestra” de la propia experiencia.
6 /
El tipo de actividades u ocupaciones que buscamos para nosotros mismos tienen que ver directamente con las oportunidades o limitaciones que se nos ofrecen de pequeños.
7 /
Dime a qué te dedicas y te diré de qué careces (o has carecido) ¡Twitéalo!
8 /
Ese impulso se ve mucho más claramente en quienes se dedican a profesiones de ayuda al prójimo. Si observásemos sus infancias (y voy a ser aquí muy obvia con los ejemplos para hacerme comprender) lo veríamos con claridad: policías que han tenido necesidad de orden y autoridad o han crecido con ella tan metida dentro que es lo natural, bomberas que han sentido que tenían que ser heroínas rescatadoras y valientes para que se les quisiera, health coaches que han pasado graves problemas de alimentación o trastornos de autoestima, asesoras de imagen a quienes hicieron sentir feas o a quienes no les estaba permitido salir de casa vestidas de cualquier manera o sin “sacarse partido”… Ya digo, ejemplos que rozan el ridículo de la superficialidad pero que podrás detectar de forma más profunda y compleja mirando un poco en ti misma o a tu alrededor.
¿No siempre? No, no siempre. Quizás la que soñó con ser policía acabó siendo administrativa, pero su manera de ejercer su profesión siempre llevará dentro las semillas de comportamiento (y los talentos y habilidades que desarrolló siendo tan solo una niña) para hacer frente a una familia que vivió bajo ciertas condiciones. No te sorprenda que por eso siempre cumpla los plazos, que tenga el escritorio impoluto, que organice el trabajo de todo el mundo con verdadera eficiencia y autoridad.
De algún modo aparecerán las huellas de lo experimentado en la infancia y de cómo tuvimos que hacerle frente para sobrevivir y ser queridas.
9 /
¿Qué les gustaba de ti a tus padres? Una pregunta honda como un abismo.
10 /
Trabajar en algo que te permita ser amada: por los desconocidos, por tu familia, por tus amigos, por ti misma. ¿Qué te vas a permitir hacer? ¿Por dónde tienes que tirar para conseguir el tan ansiado amor? ¿Qué vas a estar dispuesta a sacrificar a cambio?
11 /
Si crecemos sin vocación o sin saber verla, duele. Llegar a adulta consciente de tus múltiples talentos sin estar aplicándolos a nada que hayas hecho, duele. Saber que quieres hacer algo más pero no saber qué es eso que podrías hacer, duele. Te hace sentir en una prisión, mientras desarrollas cualquier otro trabajo que solo cumple con su cometido básico: su dinero a cambio de tu tiempo. Esclava de tu propia incapacidad para ver dónde está tu valor y cómo usarlo en tu beneficio.
Pero nadie se plantea lo esclavo que resulta, a su vez, ser víctima de la propia vocación. Saber que, de una forma u otra, este será tu trabajo, esto es lo que haces bien y esto es lo que llevas dentro. Siempre me pregunto si los que han tenido su vocación tan clara desde siempre no se despiertan de vez en cuando sudados en medio de la noche pensando: ¿podría dedicarme a otra cosa? ¿Tendré el valor de intentarlo alguna vez? ¿Alguien me querrá igualmente?
12 /
En mi camino de autoconocimiento y búsqueda de mí misma, encontrar a qué quería dedicarme profesionalmente y darle la forma que ha terminado teniendo (hasta el momento, siempre en continua transformación porque así lo necesito y así lo he elegido) fue el proceso más largo y doloroso al que me enfrenté. Cuando sentí que lo tenía resuelto y encontré la paz y la estabilidad en lo profesional, de forma natural, me salió crear El Ideatorio para ayudar a quien estaba en un proceso similar al mío.
Pero igual que no hay manera de saber a ciencia cierta si mi forma de educar a mi hijo es la verdaderamente correcta tampoco hay manera de saber si mi forma de aproximarme al tema es la verdaderamente correcta. Lo que sí sé es una cosa: puedes confiar en la suerte o puedes confiar en ti misma, pero no hay manera de conectar con lo que llevas dentro sin mirar lo que llevas dentro. Por eso, cualquier método que no esté centrado en hurgar con cierta profundidad en quién eres, quién has sido, de dónde vienes, cómo te han/has tratado tiene muchos números para quedarse en una labor anecdótica. Si llegada a cierta edad no has conectado con aquello que te gustaría hacer pese a haberlo intentado y haberte obsesionado incluso con ello durante mucho tiempo… se impone la necesidad de profundidad y revisión interna. Hay que ponerse un poco seria.
De ahí mi propuesta.
13 /
No tiene por qué haber una sola vocación por persona, no tiene por qué haber una sola misión vital por persona, no tiene por qué ser todo tan limitado y poco generoso. Hay quien disfruta con el cambio y con el descubrimiento continuo de nuevas formas de enriquecerse (por dentro y por fuera, de forma equilibrada) y saltar de actividad en actividad es lo más estimulante. Para otros, sin embargo, se va configurando poco a poco un mapa en el que el territorio se hace cada vez más pequeño y ajustado. Encuentran que su sitio está en un pequeño trozo de tierra. Lo que parece una prisión para los primeros, es un universo a explorar para los segundos. ¡Todo depende de la perspectiva! Siéntate largas horas en el suelo del bosque a observar un solo centímetro cuadrado. Lleva contigo un microscopio. Luego otro más potente. No te lo acabarás ni en doscientas vidas. El nivel de profundidad al que puedes llegar es inabarcable, y la cantidad de descubrimientos que puedes hacer, infinita. ¿Quién dice que lo uno es mejor que lo otro? No hay respuesta universal: tú eliges en qué punto del mapa y con qué extensión de terreno a explorar te sientes cómoda.
14 /
Parece que cuando una tiene su vocación clara es como una flecha que va directa al ojo de la diana (así me lo figuraba yo cuando me faltaba). Me decía “podría conseguir cualquier cosa si solo supiera a qué dedicarme”. Y sí que tiene sentido pensar que con un objetivo resulta más sencillo llegar a término que seguir vagando en círculos, pero no creamos que está todo ganado. Que te pongan una diana delante no significa que vayas a dar en el centro con tu flecha ni a la primera, ni a la segunda, ni a la milésima. Lo de “si uno ha podido, cualquiera puede” no es cierto. Lo de “querer es poder” tampoco.
No me parece ni triste ni deprimente admitirlo: la vida está llena de limitaciones, condiciones, circunstancias, elecciones, prioridades… ¿Podríamos quizás ser más felices si no nos empeñásemos en perseguir sueños sino en vivir lo que trae cada momento (siguiendo, por supuesto, nuestra brújula interior)?
Este es un pensamiento que a las que están orientadas a la acción y a la consecución de objetivos les escocerá y tendrán tendencia a negar o rebatir rápidamente. Probablemente sean ellas las que más necesiten aceptarlo, como lo necesité yo en su día.
15 /
La vida no te debe nada. No te mereces algo mejor simplemente por ser tú (de ser así todas nos mereceríamos algo mejor siempre, y en cambio tenemos lo que tenemos). Por más golpetazos que recibas, lo que te espera a la vuelta de la esquina no tiene por qué ser una caricia. La vida es injusta, o justa, o no es nada en particular: es lo que es. Tu aventura profesional es exactamente igual. No porque hayas emprendido seis veces a la séptima irá la vencida. No porque hayas tenido mala suerte con un negocio la vida te debe algo para el próximo. No porque siempre te haya ido todo genial tienes a la suerte infinitamente de tu lado. No porque ahora estés ganando mucho dinero vas a seguir ganándolo mañana. No porque hoy estén hablando de ti se acordarán de ti en un año. No porque los expertos te dibujen gráficas ascendentes continuadas va a suceder en la realidad igual que en el dibujo. Hoy será de un modo, mañana de otro, y pasado del siguiente.
Cada temporada de Oye Deb he tenido que lidiar con asuntos diferentes de mi vida personal que han afectado de forma directa a mi trabajo y a la empresa. Sucesos completamente inesperados que ni me merecía ni no me merecía, han venido y así los he tenido que aceptar, me gustasen más o menos. ¿Mi suerte? Que he creado un negocio muy centrado en mí que me permite mucha flexibilidad y adaptación a lo que venga. ¿Mi otra suerte? Que he aprendido a no pelearme con “mi derecho incuestionable” a que las cosas sean como quiero que sean y a que la vida me trate de forma justa.
Las cosas son como son, la vida es como es. Juego cada día (en lo personal y lo profesional) con las cartas que me van repartiendo.
16 /
Un negocio a tu medida, ¿qué es eso? Uno que te permite jugar todas partidas de forma cómoda con las cartas que te vayan tocando. Uno que en vez de estar obsesionado con hacerte ganar siempre y no hacerte perder nunca te permite ir equilibrándote y aprendiendo mientras navegas entre victorias y derrotas. Sobre todo, uno que te permite abandonar sin haber perdido hasta la camisa pero que también te permite hacer apuestas arriesgadas y ponerlo todo sobre la mesa cuando sientes que realmente es momento de ir a por todas. Un negocio que te lee y al que tú lees sin que nadie más pueda darse cuenta.
¿Cómo vas a lograr algo así sin autoconocimiento?
17 /
Los peores errores en un negocio personal no responden a la mala suerte, a fluctuaciones del mercado, a las opiniones de los clientes o a complicaciones de gestión. Los peores errores en un negocio personal suceden cuando la que está al mando no está conectada con lo que hace y toma decisiones que alejan a la empresa de ella misma, de su propia evolución y de las razones por las que la creó en primer lugar. Pequeños botones que se van desabrochando sin darnos cuenta, uno tras otro, hasta que nos encontramos frente a un espejo, sorprendidas y desnudas, muertas de frío. ¿En qué momento lo perdí todo? Encontrarme así de ofuscada es una situación cíclica y común, que necesita de revisión constante, cada vez, ad infinitum.
…
La Peor Emprendedora del Mundo es una sección mensual en la que comparto mis reflexiones, sensaciones y contradicciones sobre la complejidad personal que me supone emprender (en la acepción habitual, referida a los negocios, pero también aplicable a ser emprendedora en la vida misma).
Sin embargo, es una sección abierta que está esperando tu aportación. Puedes elegir cualquiera de los puntos, o el tema en general, o una frase en concreto, y transformarla, comentarla, ampliarla, crear a partir de ella en el formato que quieras. Puede ser un artículo en tu blog (en ese caso déjanos el enlace abajo en los comentarios), una entrada de cualquier tipo en redes sociales (márcala con #lapeoremprendedoradelmundo para que podamos seguirla también), una imagen, un dibujo, un poema… Lo que se te ocurra. Un comentario al final del artículo también sirve, obviamente :)
Yo publico mi entrada la primera semana de cada mes, tú puedes publicar la tuya a lo largo de ese mismo mes y de ese modo iremos construyendo una conversación plural y rica en la que todas tengamos voz y representación.
Porque me temo que todas nos sentimos alguna vez #lapeoremprendedoradelmundo, ¿verdad?
Un abrazo,
Muy buen post Deb, me he sentido identificada en muchos de los puntos que tocas. Es un tema doloroso y hoy parece que se ha puesto de moda buscar a toda costa “EL” propósito vital, y en ciertos momentos nos estresamos por buscarlo y “tener que” encontrarlo. Me he acordado de la charla de Steve Jobs, en la que explica la conexión entre las aparentemente dispares experiencias a lo largo de su vida (cursillos de caligrafía, informática, frustraciones de vario tipo, pérdidas, fracasos laborales….) y sólo llegando hacia el final de ella, consigue mirar atrás y “unir los puntos” de todo este recorrido, viendo el sentido de la figura que forman. Hay momentos en que me digo a mí misma “a ver cuándo conseguiré unir todos estos puntos de mi vida” y me presiono para darles sentido YA y ver EL propósito. Es una trampa, de la que salgo a veces con paciencia y cuidado de mí misma, dejandome espacio y tiempo para guiarme por mi intuición, curiosidad, inquietud. Al fin y al cabo, me digo, no querrás ver el spoiler de esta serie, aún quedan muchos capítulos por vivir!
Como siempre, un artículo genial, intenso…
Yo siempre he tenido muy claro a qué quería dedicarme, desde bien pequeña… Ahora estoy en un momento en qué, aunque sigo “luchando” por ello, realmente no se si es de verdad lo que quiero…no se si me explico… estoy como perdida, no se si lo que hago se me da bien, si me gusta, y tampoco sé a que otra cosa puedo dedicarme. Es un rollo, la verdad… Gracias por tus reflexiones Deb!
Después de tanto tiempo, sigo sorprendiéndome de lo conectada que me siento a ti con cada post. El de hoy, sublime.
Eso sí, la pregunta de “¿Qué les gustaba de ti a tus padres?” me ha tocado el alma. Y eso de que la vida no me debe nada…siempre creí que la vida estaba en deuda conmigo, que algún día me llegaría algo maravilloso, pero creo que tienes razón: ella no me debe nada, y la muestra está en que he tenido que jugar mis cartas cada día, morir y renacer, y así aprender y asumir que las cosas son como son (al menos algunas) y no tenemos que esperar nada. Solo podemos trabajar (interior y exteriormente) para llevar las cosas de la mejor manera posible.
Un abrazo Deb.
Siempre te leo, es mi momento/excusa para sentarme a leer con un café tranquilamente. Enhorabuena y gracias por esta nueva serie, siempre disfruto y aprendo con ellas.
Después de leer este post me vienen a la cabeza todos los comentarios que he recibido sobre “trabajar de lo tuyo”, “aprovecha tu don”, “tienes/debes…”. Como tú dices, puedes tener una vocación más o menos clara, pero no por ello irte bien o que todo resulte más fácil. Quizás tengas un talento innato para tocar el piano pero eso no te hace feliz. ¿Por qué se piensa que convertir un hobby en tu trabajo te hará feliz? a veces hacer eso nos hace precisamente odiarlo, dejar de disfrutar con ello.
A veces un trabajo que nos de para vivir y con un ambiente/compañeros agradables es genial, sin buscarle un significado trascendental, PERO luego podemos disfrutar de la vida igualmente con aficiones. No sé si me explico… Veo que a veces la gente busca un trabajo muy significativo porque “el trabajo” lo es todo, porque luego en su tiempo libre o vida personal no tienen nada más realmente.
En relación a este tema quiero dejar un post que leí hace poco (en inglés): https://markmanson.net/passion . Pienso que a veces reflexionamos tanto que acabamos por no hacer nada. Quizás deberíamos hacer más como los niños y jugar sin preguntarnos ¿me gustará? ¿será útil para mi futuro? Creo que a veces queremos ver qué pasaría en una bola de cristal y lo único que nos hace falta es lanzarnos y verlo con nuestros propios ojos.
Esa reflexión interna y proceso de autoconocimiento está genial, lo comparto, pero no sólo enfocado a este tema sino para todo. Pocas veces se cuestiona uno las cosas… ¿por qué me gusta lo que creo que me gusta? ¿ese runrun que me taladra la cabeza de dónde viene? ¿qué me gustaba de pequeño que dejé de hacer? etc. No creo que haya una edad determinada para ello, nunca será pronto ni tarde, toda experiencia suma.
Ahora mismo, desde mi experiencia, veo más “normal” que las personas cambien de trabajo, que tengan crisis y se cuestionen las cosas, que alguien que trabaje de lo mismo durante 40 años sin cambiar nada. Me identifico más con ese cambio, lo veo bastante normal porque creo que es dificil querer y necesitar lo mismo a los 20 que a los 40 o 60 años. Si viésemos todo lo que hemos aprendido por el camino en vez de aquello que (creemos) que nos falta… Igual ahora esta empresa te va genial pero en 10 años cambias radicalmente, lo dejas, y te vas al otro lado del mundo a hacer otra cosa que no tiene nada que ver pero todas esas experiencias previas te sirven para tu siguiente “parada”. Por mucho que planifiquemos la vida viene y ZAS… por eso creo que hay que seguir cierto instinto y probar. Tampoco ocurre nada de la noche a la mañana, tú mejor que nadie dices que tardaste 5 años… y lo que aprendiste por el camino seguro! Recuerdo los comienzos de otros como MrWonderful o LuciaBe por ejemplo… todos parten de lo mismo, algo que les gusta y probar, escucharte más a tí y menos a los demás, disfrutar pase lo que pase.
Otra referencia que me viene a la cabeza, y con esto termino: el libro “El elemento”, de Ken Robinson.
Perdón por el tocomocho, me he dejado llevar ;) Un abrazo!
Clara me ha encantado leer tu comentario y la visión que aportas respecto a este tema. Muchas gracias, por esta pequeña aportación.
Hola, me calo hondo lo que dijiste de ser un poco mas como los niños y hacer solo por hacer y por probar, sin tanto cuestionamiento, yo todo me lo cuestiono. Lo tendre mas presente a ver que tal me va.
Un abrazo!!
Hola Deb,
qué ilusión leerte de nuevo. Me encanta este nuevo formato de artículo <3
No es que haya ninguna fase especialmente fácil de por si, pero el último punto me parece uno de los más complicado: mantener la esencia, la intención original mientrás el negocio va creciendo. Como bien dices, es un proceso muy sutil, hay que prestar atención y volver al centro muy a menudo.
Gracias por tus reflexiones.
Un abrazo!
Deb, eres una crack. Quiero añadir que en el punto 2. Para mi la vida NO MANDA. Estuve muchos años pensando que la vida mandaba, que lo que yo quería no importaba, tenía lo que tenía. Pero sabes que? cambié mi actitud. La vida no manda. “la vida es el 10% lo que me sucede y el 90% cómo reacciono ante ella” Charles R. Swindoll.
Y curiosamente tal y como dice el punto 5. Ahora a qué me dedico? A eso! a ayudar a las personas a cambiar de actitud. Desde la base de la neurociencia. Me encanta!
Un petó.
Hola Teresa,
Estoy totalmente de acuerdo contigo. No creo que la vida mande al revés, creo que nuestra visión de la vida es lo que manda.
Depende siempre de las gafas que nos ponemos y sobre todo debemos intentar dejar de juzgar tanto: esto es bueno, esto es malo, esto es justo, esto es injusto. En realidad sufrimos donde hay lucha, donde hay dualidad, simplemente hay que amar todo lo que viene è primariamente amarnos a nosotros mismos, sabiendo que todo lo que está ocurriendo es lo mejor para nosotros.
La vida es un camino y con nuestra energía visión presencia podemos vivirlo maravillosamente.
Un abrazo
Hola Deb,
Tocada, en lo más profundo!
A lo largo de los años he ido aprendiendo, conociendo y conociéndome.
Pasar de una Ingeniería Industrial al Yoga y Meditación, al crecimiento y desarrollo personal (y espiritual!). Definitivamente esto es lo que me hace vibrar y lo que comparto con otras personas con mi proyecto.
Así que 100% de acuerdo en que todo comienza en una misma, desde dentro, con tus propias vivencias, miedos y anhelos. Desde ahí, sea lo que sea que hagamos, estará impregnado con esa esencia.
Mientras tanto, en esa evolución constante, como dices, es necesario seguir conectada con una misma y desde luego, cuando no lo estoy, me siento ¡ #lapeoremprendedoradelmundo mundial!
Un besazo enorme,
Arati
Cómo me encanta volver a leerte Deb, halbas de muchas cosas que tengo en la cabeza pero que a veces no me atrevo a decir. He pensado tantas veces a lo largo de mi vida “Ojalá alguien me dijera a qué tengo que dedicarme, qué tengo que hacer”, pensando que eso sería la solución, que así estaría todo arreglado y que sería feliz haciendo mi tarea definida por otros como una autómata. Pero a día de hoy sigo peleando día a día por encontrar qué es lo que quiero hacer y sobre todo cómo quiero hacerlo. Ya he sido alumna del Ideatorio y me ha ayudado, pero sigo en al búsqueda, y creo que tengo que asumir que esa búsqueda es parte del camino, porque sino me centraría en esperar a que por arte de magia vea la luz.
Gracias por esta nueva y distinta etapa, como siempre, superinspiradora. Un abrazo grande!
Hola Deb,
Lo que me llama más la atención es el dolor, el sentir que estás desperdiciando tu vida. Yo pensaba que tenía que cambiar totalmente mi entorno para cambiar esta sensación, dejarlo todo incluso. Y en relación al propósito creo que las que vamos un poco perdidas a veces pensamos que solo cuando aparezca ese propósito divino vamos a estar bien, todo va a ser mágico y fácil. En mi caso y para mi sorpresa todo cambió y está cambiando cuando me di cuenta de que me estaba excusando en esto (el trabajo tenía la culpa de todo y hasta que no encuentre mi propósito no voy a estar bien), que en realidad no me atrevía a dar el paso y cuando empecé a valorar lo que tenía. Ahí vi que yo ya estaba haciendo minis propósitos (si varios) y que todo era un camino lleno de matices (en mi caso por lo menos) y qué, como bien dices Deb, hay que aceptar lo que viene y hasta ese trabajo tiene otro color (eso si con otras condiciones muy alineado con lo que dices del mapa y de las capas) y finalmente tuve el coraje de hacer mi proyecto. Ahora si lo que veo mágico es ese trabajo interior y como todo está cambiando gracias a ello.
Buenas Deb, maravilloso como siempre, pues me toca en lo mas hondo.Lo que me siento mas frustrada es el saber que puedo hacer algo, y deseo en lo profundo de mi pero, no se qué es y como sacarlo. Me cuesta muchísimo el autoconocimiento pero estoy dando cuenta que sin él, voy a seguir yendo como pollo sin cabeza por la vida.Y otra lucha que tengo es el lidiar con el que necesito trabajar para sustentarme pero, estoy en trabajos que me son totalmente indiferentes y a la vez me presiono para descubrir a que me quiero dedicar para dejar de hacer estos trabajos que me traen por el camino de la amargura(y digo trabajos, porque salto de uno a otro constantemente). Pero a la vez intento autoconvencerme( mas bien saboteo) que lo que pienso son ilusiones mias y la realidad es que tengo que tener uno o varios trabajos, que me deje de tonterias. Y asi llevo mucho tiempo luchando interiormente y cada vez sintiendome peor. Con la sensacion que algo dentro de mi se va a romper en cualquier momento.
Muchas gracias Deb por hacernos indagar en nosotros y nosotras mismas. Ten un felíz día.
Hola, Jennifer,
Yo he vivido muchos años con esa sensación y un gran sentimiento de culpa, buscando utilidad y sentido a todo lo que hacía y muy desorientada. He notado cómo he ido cambiando al volver al cuerpo, saliendo de la mente que siempre está dando vueltas a cosas y en conversaciones recriminatorias… Ha sido cuando he salido del blablablá mental y he dejado a mi cuerpo expresarse libremente en el espacio (movimiento expresivo) con música, cuando he dejado de exigirme y culparme: he logrado entrar en un modo de fluidez que me ha permitido hacer cosas por el simple hecho de hacerlas. Entonces me he dado cuenta de que me he puesto a hacerlas solo por el disfrute que me proporcionan. Y entonces he sentido que me conecto a la fuente, algo así, y que dejo que salga mi talento, y que me dedico a hacer actividades placenteras, que me permito hacerlo, que me voy creando mi propio espacio, que es fundamental para encontrarme a mí misma. Y así he dejado de exigirme tanto, sin una expectativa tan alta, y he ido haciendo poco a poco. Pero sin bajar la guardia, pues en cuanto las cosas prácticas de la vida empiezan a sacarme de ahí, necesito volver, estar conmigo misma, construirme mi espacio, parar las voces, la mía y las de los otros. Y ser yo y ser despacio. Ah! Y ha sido mejor cuando he podido compartirlo, y con mujeres, en pequeñas redes, pues he visto que estamos en el camino todas.
Ojalá te sirva esto que te cuento, al menos para saber que muchas estamos en la misma búsqueda, y que las pequeñas cosas, los pequeños actos diarios son los que nos ayudan a estar bien. Que a veces nos pasa que buscamos el cambio: ¡YA! ¡Ahora! ¡Que la vida me cambie! Y suele ser gradual y con el nivel de conciencia alto, prestándonos atención, escuchándonos. Muchas veces desde el cuerpo podemos averiguar, deducir y saber qué nos está pasando, prestándole atención y cuidados entramos en otro ritmo, y nos puede ayudar a ir descubriendo poco a poco qué nos gusta, cómo pasamos un rato agradable, qué hacemos hoy que nos hace disfrutar… no suele ser una incógnita tan grande, suelen ser cosas que siempre hemos hecho, que siempre hemos querido hacer… aprender… investigar… profundizar en ellas. Siempre han estado ahí, dentro de nosotras y solo tenemos que escuchar un poquito. ¡Mucho ánimo! Gracias, Debido, por despertar este hilo. :) <3
Hola Deb,
Pues…que voy a decir…pues me ha encantado tu propuesta. Me parece un ideón y es genial que sea ahora :-)
En mi caso, estoy pensando en emprender. De momento solo tengo un blog personal, pero con la idea que comentas pienso que, entre todas, acortaréis mi tiempo de duda, frustraciones e incluso momentos de soledad que se sienten por el camino ( miles de veces, btw!)
Mil millones de gracias!
Deb, pues yo he llorado sin poder parar al leer tu texto, xq me ha tocado la más íntima fibra. Yo todavía creo q soy la peor emprendedora , aunque siempre he tenido el.privilegio de hacer lo q me dictaba mi deseo , aún sin saber si era buena para eso o tendría talento, de todas formas como dicen muchos maestros 99% de trabajo y 1% de talento. Lo de conectar con el proyecto como describes, ( además bellamente y disfrutable al leerlo), me ha pasado tal cual. Mi foco ahora está en vivir dignamente primero y luego ganar dinero bastante más del q gano ahora, que es casi inexistente y me hace enfadar conmigo porque se han paralizado las formaciones, q es lo q más me gusta, casi más q tener vacaciones. Gracias por tu profundidad.
Para mí como siempre, simplemente sublime Deb….El punto 14 sencillamente ha descrito, ummm, podría decir, mi vida entera. Yo soy una de esas personas que SIEMPRE-SIEMPRE, había querido dedicarse a algo en su vida porque desde muy pequeña así lo sentí, ¿qué ocurrió? que después de poner toda la carne en el asador, dadas determinadas “limitaciones, condiciones, circunstancias, MIS elecciones y MIS prioridades” después de años de lucha y de mucho sufrimiento, terminé dedicándome a algo, no solo opuesto, además, sin nada que ver en absoluto. Esto igualmente me causó (ooootra vez) mucho dolor y sufrimiento, fueron también años de lucha conmigo misma y peleas internas, hasta que me empeñé en reformular y reconducir la que es actualmente mi profesión (que efectivamente no tiene nada que ver con lo que siempre había querido hacer) lo conseguí, y a día de hoy no solo soy simplemente…feliz, sino que además, quiero continuar en ella por mucho tiempo más, quiero dedicarme a ella, y sobretodo y lo más importante para mi, quiero seguir creciendo en ella, seguir evolucionando, tanto interiormente como en ella.
Hola Deb, de todo lo que has escrito el punto que más me ha tocado ha sido el 15, “la vida no te debe nada”, ni bueno, ni malo.
Creo que este punto, visto en positivo, nos quita presión. Nuestros fracasos y éxitos no son algo personal, somos valiosos a pesar o independientemente de ellos. La vida es como es y no podemos anticiparnos (siendo muy buenos, por ejemplo) a tooodo lo que nos toca vivir. Me lo recuerdo cada día.
Por seguir con el tema de la vocación (en mi caso soy afortunada como tú, la he encontrado después de llantos y búsquedas) para mí algo importante es no caer en el error de pensar que TODO lo que va mal en nuestra vida es por no tener clara nuestra vocación. Me recuerda a esas personas que participan en el programa “mi vida con 300 kilos” que piensan que sus vidas mágicamente serán de color de rosa cuando encuentren un peso saludable, y a ver, sí, en parte la vida mejora cuando se quitan ese lastre en forma de grasa, ¡pero tras esto quedan otros cabos sueltos que solucionar! (relaciones familiares, pareja, dinero, trabajo, etc.) O sea que encontrar la vocación es algo hermosísimo, recomendable, pero no es LO ÚNICO que importa en la vida. De hecho yo a veces he trabajado en cosas que no eran mi vocación, y lo sabía, pero tenía una vida rica y satisfactoria: buenos amigos, estabilidad emocional, experiencias chulas, dinero, viajes, etc.
Es un poco infantil pensar que cuando encontremos “eso” (la vocación) ya seremos felices para siempre, ¡pues anda que no vienen retos después!
Por último, me permito compartir el artículo de mi web que más visitas recibe desde Google, con mucha diferencia, y tiene que ver justamente… con la vocación, por si a alguien de aquí puede parecerle útil: “Cómo encontrar tu vocación de una vez por todas” –> http://www.puedoayudarte.es/encontrar-tu-vocacion/
Un abrazo y ánimo con ese bebé y esta nueva temporada! :-)
Hola Deb, comparto un pequeño/gran descubrimiento que impacto fuertemente en mis creencias sobre “la vocación” despues de ver la charla Ted que dejo a continuación
Ayer tuve una verdadera EXPERIENCIA EUREKA!!
Toda mi vida he sido etiquetada como “veleta”, esa persona que no logra encontrar su vocación real y dedicarse el resto de su vida a ello. y es que hay una fuerte creencia (que afortunadamente ayer me la saque de encima) de que eso debe ser asi.
Siempre fui consciente de que hay que personas que no pueden detectar su pasión, yo sin embargo, tengo tantas que me cuesta decidirme por una, y es que para colmo (y no es por agrandarme, espero que sepas interpretarme) todas me salen bien. es que cuando me meto en una nueva disciplina lo hago con tanta pasión y entusiasmo que me termino destacando en su realización, pero llegado el momento me aburro y eso se termina.
Tejedora, permacultura, facilitadora, auxiliar veterinaria, masajista, organizadora de espacios, diseñadora, decoradora, artesana, con conocimientos en técnicas decorativas y terminaciones, edición de video, manejo de redes sociales, marketing on line, biocontructora, con experiencia en diversas áreas: comercio, atención al cliente, desarrollo personal, planificación, manejo de personal y mas
y entonces, de una vez por todas ¿a qué me dedico?
Imaginate la frustración a mis 40 años, no solo no puedo decidirme sino que en post de econtrarla sigo adquiriendo nuevos conocimientos en otras tantas diversas áreas. Cada tanto inicio un proyecto nuevo, emprendimientos que quedan en etapa de inicio porque no logro sostenerlos.
Esto va de mal en peor, de hecho hace unos 2 meses tuve una crisis y un pico de estress debido a mi autoexigencia y termine dejando el último emprendimiento de Mujeres organizadas y retomando las muñecas paridoras que ya lo habia dejado anteriormente..ah.. “soy un desastre” me decia a mi misma.
Pensaba: evidentemente algo anda mal en mí, ¿auto-boicot?, ¿baja auto-estima? ¿inseguridad personal? ¿sere una fracasada a la que nada le viene bien? ¿porque no puedo enfocarme en algo y continuar con eso? ¿porque llego al punto de aburrirme?
y es que..querida Aldana, estas pensando dentro del cuadrado, estas atrapada en una creencia popular y no ves las potencialidades.
AÑOS DE FRUSTRACIÓN, de creer que algo andaba mal, que “debía” elegir una y dedicarme solo a eso.. como diría el personaje de la serie “Alta mezcla”: IIIMMMMPOSIBLE.
Pero ayer todo cambió, y es que comprendí, al ver esta charla TED que simplemente estaba como queriendo encajar encajar un octógono en un círculo. Yo no soy “especialista” sino que soy MULTIPOTENCIAL, significa que tengo intereses variados en diferentes áreas y no puedo trabajar solo en una, va contra mi propia naturaleza. y ahora me inunda una inmensa paz, y una gran sensación de auto-valoración. Ahora queda trabajar en ello para poder emprender desde la integración.
Si estas descubriendo que sos un ser Multipotencial te invito a que lo aceptes y lo explores
https://www.ted.com/talks/emilie_wapnick_why_some_of_us_don_t_have_one_true_calling?language=es#t-730623
Hola Deb, cielote… punto 14
“… la vida está llena de limitaciones, condiciones, circunstancias, elecciones, prioridades…”
Yo lo veo así:
“… la mente humana está llena de limitaciones, condiciones, circunstancias, elecciones, prioridades.”
La vida no computa esos sustantivos. La mente humana sí…
Gracias por tu entrega💚
¡Hola Deb!
Justo estoy emprendiendo y me ha venido genial tu artículo.
Me pasé mucho tiempo encontrando eso del “propósito vital” y cuando me di cuenta de lo que era, caí en que siempre había estado allí pero yo me negaba a aceptarlo… La respuesta ya estaba en mi.
Con el tiempo y la experiencia de las situaciones, de lo que me estoy dando cuenta es que yo –entendiendo yo como mis emociones, pensamientos y mi sentir– es un instrumento para que la vida se desarrolle y pase a través de mi, pero poca cosa incido yo en ella.
De hecho, hace no mucho vi un vídeo de Eduard Punset en el que explicaba que antes de entrar en la consciencia, muchas decisiones ya están tomadas por complejas redes neuronales. 5 segundos antes de decidir conscientemente, nuestro cerebro ya sabe cuál es la decisión. Este dato me dejó fría; ¿si no soy yo, quién decide entonces?
* Te adjunto el link por si te apetece verlo: https://youtu.be/rezbZdCLxDk
Gracias por el artículo
Hola Deb
Me encantó el post. Felicidades¡¡¡
A mi me viene una serie que tal vez conozcas de una chica que la meten en la carcel por haber cometido “un error”. Para ella ir a la carcel es recoger lo sembrado y lo asume desde todos los papeles, (víctima, salvador, observador); (hablo desde mi mapa obviamente), sin embargo lo que más me llama la atención de la serie es que ella se da cuenta que en “La Carcel” salen todas sus “sombras”. Todos sus comportamientos son irreconocibles para ella misma que se creía tan “buena”. Entonces, si uno se siente encarcelado o sin espacio, si te quedas ahí, delimitas el espacio de tu vida y tu creatividad y entonces sale a colación la parte que de ti misma que no te gusta, nuestras sombras, que además son retro-alimentadas por el poco espacio que hay en esa prisión. Al abrir el espacio también te ves, y caminando o en movimiento lo percibes todo.
Un abrazo
Buenas tardes Deb.
Estoy flipando!! Este texto esta escrito para mi
Trabajo como administrativa desde hace 25 años. Siempre me gusto mi trabajo, pero llevo muchísimo tiempo pensado en todo esto que escribes hoy.
Este es mi pensamiento día tras día:
“No puedo más con este trabajo, para que me sirve, si no para nada más que cumplir con la misión de que me paguen a final de mes. Quién es toda esta gente con la que no comparto casi nada, ni en pensamiento, aficiones, amor, compresión ……y estoy más horas al día que con ellos que con mi familia. Soy muy curranta, ordenada, eficaz. Esta feo decirlo (eso dicen) pero JODER!! que buena soy en mi trabajo y que poco reconocido.
Quisiera crear mi pequeña empresa de eventos, pero……….. siempre a aparece el pero”
Que razón llevas Deb en los puntos 9 y 10, como duelen leerlos.
Te felicito, y te mando todo mi amor
Gracias
Hola Deb:
Me ha gustado el artículo. Tratas un tema muy acertado y muy común. Muchas nos identificamos contigo y con esa búsqueda de la vocación que explicas. Cada cual es responsable de su vida. pero esto no nos lo enseñan en el colegio. Ahí solo nos cortan para que encajemos en el molde del trabajo insípido por cuenta ajena. Años después sentimos el anhelo de algo más y llegan los bloqueos porque tenemos un montón de títulos y estudios pero nos conocemos tan poco que no sabemos cuál es nuestra vocación…
Un abrazo
“Dime a qué te dedicas y te diré de qué careces (o has carecido)”
Esto me lo llevo al infinito y más allá. A lo que me dedico hoy no es mi vocación, no fue algo que trajera al nacer ni mucho menos, es lo que la vida fue haciendo. Me pilló de sorpresa el camino.
Soy de la idea de que el hombre es lo que han hecho con él. A mí me faltó COMPRENSIÓN.
El juicio ajeno, la sentencia, lo normal y todas esas cosas que ponen sobre nuestros hombros, sobre los míos… nos hacen vivir de forma inauténtica, meternos en la cabeza las mismas metas, los mismos dones, los mismos caminos.
La misma ética. Qué basura.
Yo no quería dedicarme al desarrollo personal, porque lo veo tan lleno de métodos perfectos, de paso a paso, de teorías sin patas ni cabeza, de fórmulas mágicas que me resulta asqueroso. Simplemente no podía… pero fui la “MEJOR EMPRENDEDORA” y me puse a seguir todas las recomendaciones de un buen negocio digital. Contenidos prácticos, digeribles, tutoriales… ¡Argh! es que no hay tutoriales para vivir ¿Por qué hay gente que compra eso?
Me sentí mal conmigo misma y mi negocio, justo ahora me tomas en medio cambio de rumbo, en un volver a las raíces porque prefiero ser la PEOR EMPRENDEDORA del mundo a sentirme la PEOR PERSONA del mundo, porque hacer algo contra mi ética es insoportable.
Gracias Deb, siempre eres luz en mi camino.
Guauuuu!!! Como siempre maravillosa y profunda, como leyéndonos las mentes a todas nosotras que estamos del otro lado.
Y en estos momentos también me lo planteo una vez más, con 57 años, habiendo dejado mi último trabajo por un problema de enfermedad, y bendecí la enfermedad porque fue la excusa perfecta para abandonar un trabajo que aborrecía, no tanto por lo que hacía, que en general me gustaba, sino porque no soportaba el ambiente de trabajo y el trato.
Y ahora otra vez debo decidir a qué dedicarme, y quiero emprender , pero en qué exactamente? Muchas aficiones, mucha curiosidad, muchas habilidades, pero ninguna verdadera pasión.
Te mando un beso gigante y que críes a tu bebé con muchísimo amor.
No habría podido encontrar un artículo más ajustado a mi realidad que este. Dejé mi trabajo hace un año para cumplir un sueño, regresé para cumplir otro, los planes parecían salir como lo esperaba, pero los cálculos y desiciones financieras que tomé para estar tranquila un tiempo sin trabajar, no fueron las más acertadas y ahora con mi sueño de ser madre hecho una realidad y tener “mi tiempo” pero sin devengar un peso, se ha convertido en la angustia mensual de cómo cubrir mis obligaciones y continuar siendo financieramente independiente. Todos los días al enfrentarme a la situación financiera, vuelve a llegar a mi mente la pregunta que por qué no he sido capaz de empezar algo que me satisfaga como persona si fui tan exitosa laboralmente y ahora pareciera estar estancada en el signo de interrogación más grande del mundo! PARA QUE ES QUE SOU REALMENTE BUENA?
Hola Deb,
Me encanta: “la vida no te debe nada”, es una gran verdad, de hecho, pensar que” la vida nos debe”, y nos hace tomar el papel de víctimas, y nada peor que el papel de víctima para emprender porque hará que no mires hacia dentro preguntándote que puedes cambiar para que lo de fuera cambie, ya sabes, de dentro hacia afuera.
Conoces a Odin Dupeyron? Me encanta cuando dice: puedes ser un puto pendejo y te puede ir bien igual! Porque pienso que tiene razón! Si logramos tomarnos las cosas de una manera más ligera, con la seriedad que merecen, pero sin victimismos ni deudas, caminaremos algo más ligeras, y oye, ya me está bien, que mi mochila venía cargada de piedras hasta arriba :)
Un abrazo
Consuelo
Hola Deb, ¡qué maravilla de artículo!
Además, ha llegado en el momento exacto. En el que he necesitado parar para encontrarme conmigo misma, reorganizar un poco todo para coger un nuevo impulso.
De ello va en cierta manera el post de hoy en mi blog y he puesto de ejemplo una de tus frases, que muestran la importancia de las revisiones, las revisiones continuas:
http://estudioavellana.com/parar-reorganizar/
Gracias por inspirarnos tanto, no dejes nunca de escribir ♡
Un abrazo fuerte.
Hola Deb,
gracias por tus reflexiones. Creo (por lo que he leído en otras ocasiones) que tu compañero (pareja, o aquella palabra con la que os identifiquéis) trabaja contigo en este proyecto. Me gustaría que hablaras en alguno de estos escritos que nos envías, cómo es la relación de pareja y la de compartir un proyecto tan personal como el tuyo con él (quizá no sea pertinente hacer esta petición ahora, pero es lo que me ha surgido al leerte).
Yo llevo dos años con mi proyecto, y mi pareja también está en él, aunque con mínima dedicación. Cuando las cosas no salen soy yo la que apechuga con la frustración, y cuando salen él colabora haciendo lo bonito de los proyectos. Estoy muy peleada con esto, porque a veces siento que es mi jefe, ese jefe que solo se cuelga medallas pero que cuando hay que hacer el trabajo duro siempre lo esquiva a la manera de esos jefes…
Gracias otra vez. Es un placer leerte
Hola Deb y resto de compañeras de camino!
A mí no me dan ganas de llorar, de hecho me río bastante con tus reflexiones porque ahondas con frescura y elegancia en temas muy complicados q remueven muchas heridas.
Me imagino q me hablas a mí concretamente (este ego q tengo a veces) con esa ironía q yo utilizo tan a menudo, y te sonrío desde lo lejos mientas asiento: “cuánta razón tienes en tantas cosas”.
Lo q más gracia me ha hecho es la parte en la q hablas de q porque siempre hayamos tenido suerte no significa q la vayamos a seguir teniendo…Eso sí ha picado…
Siempre me consideré muy afortunada, no me costó demasiado llegar donde quería, dedicándome a lo q quería y jugando esas cartas de las q hablas con cierta maestría.
Pero me dio por cambiar y pensar q me seguiría tocando la mano buena en cualquier cosa q emprendiese.
Sudando la gota gorda con esto del emprendimiento tus post son un rincón para coger impulso y no desconectarme de mí misma.
Gracias!
Hola Deb (y todas :-) sobre este tema reflexiono muuuuchas veces… Os dejo un post que he escrito sobre mi experiencia personal al respecto por si queréis leerlo. Cada día reflexiono sobre ello porque, cuando lo que más te gusta hacer no funciona, o no te da de comer… ¿qué haces? Está claro que la vida manda, pero ¿cómo sobrevivir cuando tienes que hacer algo radicalmente diferente a lo que te gusta para poder tener una solvencia económica? Yo al menos, no puedo ser tan pragmática y separar, y paso muchas horas pensando qué hacer y sobre todo qué se me daría bien hacer… Me encanta leeros a todas, un abrazo!!
https://enloquecida.wordpress.com/2017/10/27/enloquecida-por-la-vocacion-de-lapeoremprendedoradelmundo/
Realmente comparto la visión que tienes de las cosas. Al leerte pienso que estoy leyendo mis propios pensamientos.
¡Gracias, Deb! Estoy retomando la lectura de tu página y me encuentro con esta fantástica sección, que me atrapó. Hace un rato leí la entrega 8 entrando desde el boletín, y decidí enseguida empezar por el principio, y aquí estoy.
El punto 13 ha sido siempre mi talón de Aquiles, eso de sentir que no me gusta una sola cosa llegó a hacerme pensar que nunca me destacaría en nada. Escribo, me gusta escribir… pero no me siento identificada con esos escritores que dicen que si no escriben se mueren. Yo me muero si no como y si no respiro, escribir no es vital para mí. Podría ser artesana, coach, escritora o las tres cosas juntas sin que me quite el sueño ser la mejor en ninguna de las tres. Y también podría no ser nada de eso. Pero esto a veces me hace sentir tibia, como que no le estoy poniendo pasión a mi vida y me estoy quedado en un estado contemplativo improductivo, digamos. Lo cierto es que tengo 58 años, y pocas ganas de volverme loca detrás de una vocación. Quiero vivir tranquila, haciendo cosas que me gustan, descubriendo habilidades nuevas en mí… pero hay momentos en que no puedo evitar sentir que debería hacer más, producir más. La pregunta del millón es ¿quiero hacerlo por mí, o porque es lo que manda el afuera?
Acabo de leer esta reflexión y aunque ha pasado mucho tiempo desde que se escribió y probablemente nadie lea el comentario sólo decir un par de cosas:
Llevo mucho tiempo pensando que lo importante es el cómo habiendo sido una persona hipercentrada en el que, en los objetivos.
Siendo una persona que me gusta terminar lo que empiezo se que eso a veces me hace esclavo aunque sea algo que me aporte. A veces me canso y no tengo la “valentía” de dejarlo. Esto a veces me hace más fuerte y otras me hace perder oportunidades. Pero quien acierta siempre?
Muchas gracias por la transparencia y la sensibilidad
Acabo de descubrir el blog y me ha encantado.
Estoy de acuerdo con el punto 13. No hay que obsesionarse con seguir una sola vocación. Las personas cambian a lo largo de la vida y necesitan reinventarse de vez en cuando.
Muchas gracias por compartir tanta información
Hola deb. es increíble el camino de las emprendedoras. Me sucede que toda mi vida he vendido cosas y pensé que ese era mi lugar… vender… pero al encontrarme en ese camino me di cuenta que ya no quería volverlo a hacer más, quería algo diferente, quería ayudar a las personas y estudié psicología. Aún me falta por completar los grados correspondientes, pero en resumidas, culminé la carrera. Ahora me encuentro en un bucle, puesto que tengo un impulso loco por escribir y dedicarme a transmitir y comunicar, sin embargo, siento que al encasillarme en una “profesión” me limita a explorar más cosas en las que me gustaría emprender. Cada punto que haz mencionado me tranquiliza, me hace pensar que no soy la única por la que pasa esta situación, como las demás personas que han comentado tambien. Siento que tengo que tomar una decisión y me aterra. Tomaré esta frase “Las cosas son como son, la vida es como es. Juego cada día (en lo personal y lo profesional) con las cartas que me van repartiendo”. Gracias deb por compartir tu experiencia.