¿Sabes que juzgas a los demás según te juzgas a ti misma? Si tú eres alguien que le da mucha importancia a su aspecto físico, o digamos, a algo más concreto como por ejemplo el peso, cada vez que veas a alguien te fijarás en su peso y decidirás si está bien o mal o si lo que hace al respecto está bien o mal. Si pesa más de lo que tú consideras adecuado y está comiéndose un helado le criticarás por ello (interiormente al menos si no eres maleducada). Es lo que harías contigo misma si te comieras un helado, criticarte, hacerte sentir culpable.
Si tú eres alguien que valora muchísimo el dinero que gana o deja de ganar, cuando conozcas a alguien te interesarás por saber lo que hace y cuánto gana, y decidirás si esa persona tiene importancia o no basándote en unas pocas métricas y en unos detalles que no tienen nada que ver con quién es sino con lo que hace y lo que gana. Porque así es como te juzgas a ti misma, según el dinero que eres capaz de ganar. Y decides si eres buena o no según cuánto dinero logras ganar.
Todas lo hacemos de una manera u otra.
…
No quiere decir esto que no sepamos ver más allá, sino que nuestra tendencia inconsciente es juzgar así a las demás personas, de entrada, porque así es como nos juzgamos a nosotras mismas. Y creemos que el mundo funciona tal y como nosotras lo vemos. Que lo importante es lo que nosotras consideramos importante y que las cosas tendrían que ser de una forma y no de otra. Porque así lo pensamos y así debería ser, así nos lo han enseñado nuestros padres y así queremos que se mantenga. Así. Todo. Así. Quieto. Con verdades inmutables. Lo bueno, lo malo, lo imperdonable, lo regular, lo admirable, lo valiente. Todo eso en nuestra mente es inmutable.
Pero nada de eso es inmutable. La gente no es feliz según nuestros parámetros, ni disfruta según nuestros parámetros, ni se siente culpable según nuestros parámetros. Cada uno tiene los suyos. Y no sé si podremos dejar de juzgar algún día, pero sí podemos relajar nuestros juicios, empezando por nosotras mismas (si no, creo que no funciona, de hecho, diría que es imposible dejar de juzgar si tú te sigues juzgando).
…
Para mí la cosa se pone interesante cuando la llevamos al terreno de los negocios. Como todo :)
Si tienes un negocio, vendas lo que vendas y ofrezcas lo que ofrezcas, tienes que saber que lo que ven los demás en él no es lo mismo que ves tú. No lo juzgan igual que tú. No te juzgan igual que tú misma. Te juzgan y lo juzgan según se juzgan a ellos mismos. De hecho, tú y tu negocio no le importáis absolutamente nada a nadie. Lo único que importa para que te compren y quieran seguirte y hacer tratos contigo es cómo se sienten ellos al contactar contigo y con tu negocio.
¿Puedes controlar cómo alguien se sentirá?
Absolutamente no.
…
No puedes controlar cómo se siente alguien respecto a tu negocio igual que no puedes controlar cómo se siente alguien respecto a tu persona ni respecto a nada de nada. Cada uno reacciona como puede, quiere o sabe y sus reacciones y su manera de ver el mundo están determinadas por demasiadas cosas a la vez, cosas que escapan a nuestro control (y al suyo muchas veces).
Puedes, sin embargo, asegurarte de que quien “lea” el mundo como tú —en lo que afecta a lo que vendes, únicamente— se sienta, de entrada, arropado y bienvenido. Que quien juzgue el mundo un poco como tú, pueda juzgarte y el resultado sea favorable para tu empresa. Que entren a tu web o a tu tienda y entiendan que entendéis esa parte del mundo de la misma forma y que han llegado a un sitio amigable para ellos.
Eso no significa que nuestros clientes tengan que ser como nosotras. Solo tienen que ser parecidos a nosotras en esa pequeña parte que afecta a lo que vendemos. Y si no lo son todavía, tienen que querer convertirse en algún momento y que ese deseo les impulse a seguir conectados con tu empresa, mientras hacen el proceso.
…
Yo sé qué tipo de persona tiene interés en venir a leerme y qué tipo de persona tiene interés suficiente para llegar a comprarme. No tiene que gustarle la misma música que a mí, ni la misma comida, ni tiene que querer vivir en el campo ni tiene que creer en ningún dios en concreto, no tiene que tener una opción política determinada ni ser de una clase social particular. Pero tiene que creer en el trabajo de la misma forma que yo (quiera emprender o no), tiene que querer pensar por su cuenta, tiene que ser una persona despierta y a la que le guste leer textos largos y sin imágenes que los aligeren, tiene que conectar conmigo en lo referente a los temas que yo trato. Y así, cuando me juzgue —porque lo hará, sobre todo si se plantea darme su dinero en algún momento—, verá que soy una persona con sentido común (porque ella valora su sentido común) y que doy importancia a mi libertad y a mi bienestar por encima de todo (porque ella trata de darle esa misma importancia).
Porque en eso consiste tener una marca que comunica. No en dejar claras las cosas para que nadie se confunda, no en meterles ideas en la cabeza y persuadirles de que compren, no en crear infografías ni láminas con frases para fomentar shares, no en ser la más pesada del universo dando la brasa en todas las redes sociales.
Tener una marca que comunica significa que todo el que tenga posibilidades de juzgar el mundo como tú, llegue y entienda que está en el sitio adecuado. →¡Twitéalo!
Eso sí puedes controlarlo. ¿Lo estás haciendo ya?
Un abrazo,
Hola, Deb!
El sentimiento de comunidad es imprescindible en una marca (o blog, o tienda, o negocio, o lo que sea). Más que por gustos y aficiones, las personas nos movemos por valores. En mi grupo de amigas hay personas a las que les gusta el rock y a otras el reggaeton; unas que prefieren leer un libro en la cama y otras que están enganchadas a gran hermano… pero independientemente de lo que nos gusta hacer compartimos valores, experiencias y motivaciones a las que damos importancia por encima de otras. En mi experiencia, cuando encuentro a alguien que comparte mis valores de repente me encuentro muy cómoda, como si le conociera de toda la vida. Hablamos el mismo idioma. Y creo que eso es lo mismo que sucede cuando entras a una web en la que, de repente, te sientes comprendido, más allá de los colores de la plantilla o de las palabras que se utilizan para escribir un artículo.
Creo que, si todos fuéramos un poco más consciente de los valores que nos mueven, todo nos iría mejor! :)
Un abrazo!
Irene
Exacto, los valores son el fondo del fondo del fondo! Y lo más importante es ir al fondo, ERGO los valores son lo más importante :)
Un beso, Irene!
Autenticidad en estado puro!!!
“…a la que le guste leer textos largos y sin imágenes que los aligeren”.
Últimamente pienso a menudo en cómo me cuesta leer determinados textos largos.. Le echaba la culpa a este mundo con mil distracciones. Pero me acabo de dar cuenta que tus textos me los leo desde la primera hasta la última palabra casi sin pestañear :D ¡Eso es conectar!
A mi me ha pasado lo mismo, me ha “pillado esa frase”!
Qué orgullo, jolín!!!!! ^______^
Yo creo que, como tú dices, las personas no te miran a ti ni a tu producto, se miran a sí mismas, nos buscamos a nosotras mismas. Somos egoístas por naturaleza. Sin embargo a veces esa búsqueda egoísta crea lazos emocionales y relaciones maravillosas. Somos así de raros.
Tener un mensaje coherente, cuidar a tus clientes o seguidores y ser fiel a ti misma. Supongo que esa es la clave porque a todos no se puede llegar, está claro.
Si no puedes llegar a todos asegúrate de llegar a ti misma y empezar desde ahí, no?
Mua, Nuria!
Me gusta lo que has escrito.
Y me hace pensar, y creo que voy a escribir también sobre ello. Porque sí, creo que recuperar los valores, trasmitirlos, ser fiel a ellos y no desviarte de ellos durante este camino que es emprender. Estos días tenía momentos de crisis porque veo que pierde la esencia original.
Quiero que cuando la gente nos lea sienta lo mismo que yo sentí cuando la cree: que hay que hacer habitaciones para nuestros bebés suuuuperespeciales! Porque son lo mejor de la vida.
Y si juzgan la web, porque hay fotos o no, porque es caro o no lo que hacemos, porque explico bien o mal las cosas… No es lo que quiero. Y no quiero sentirme mal por estar constantemente pensando en el qué dirán.
Reconozco que, al ser tan perfeccionista, juzgar y compararse en inevitable. Y es estresante también. Un abrazo a todas.
Si eres muy perfeccionista y crítica crees que los demás son igual de perfeccionistas y críticos contigo, pero ni es así ni es verdad. Eso debería hacernos relajar un poco y (con perdón) sacarnos el palo del culo ;)
Vuelve al fondo de tu mensaje y pon la atención en las cosas que realmente lo valen.
Un beso, María!
Hola, Deb.
Vaya artículo el de hoy ja ja ja. Me has recordado una reciente lectura de este fin de semana. El miedo a la libertad de Erich Fromm, donde afirma que hay que distinguir entre pensamiento y pseudopensamiento. Abreviando, el pensamiento sería el proceso propio de llevar a cabo esta actividad y el pseudopensamiento sería que creemos como propio un pensamiento transmitido desde la sociedad. No sé por qué lo he relacionado con estas líneas. Supongo que porque, al final, tendemos a proyectar sobre los demás nuestros miedos, inseguridades, carencias, juicios, culpabilidades… Por ello, juzgamos, en el plano de los negocios, en función de nosotros mismos: ¿Conecto o no conecto? ¿Con qué conecto exactamente? ¿Imagen, valores o lo que percibo de esa página, persona o negocio? Al final, somos 100 % subjetivos y nos lo llevamos todo a nuestro terreno.
¡Miles de saludos! Me ha gustado mucho el artículo de hoy. Un abrazo enorme.
Mira que tengo el libro en casa y no he llegado a ponerme más allá de las primeras páginas…! Algún día se dará la ocasión perfecta. Ya me has hecho entrar ganas con esto del pseudopensamiento, Gala! Mua!
Que bueno!
Justo hace dos fines de semana tenía que hacer un viaje en tren y justo cuando me iba de casa pensé en cojer algo de lectura que no pesara mucho ,mire mi estantería y decidí coger “El arte de amar de Erich From”.libro que me había regalado mi tía allá por 1990 y que con esa edad no fui capaz de entender…nadie me había vuelto hablar de Erich From y ahora me encuentro con que tu lo nombras ,será una señal y que es el momento de leer Erich From ja,ja,ja…
Dios mío que rollo te he metido sin comerte de nada ,pero me ha parecido tal coincidencia que no lo he podido remediar.
Un saludo.
¡Gracias por este texto, una vez más!
Actualmente me encuentro pensando mucho sobre esto, y me has dado una de las claves que necesito, creo: “no puedes controlar cómo se siente alguien respecto a tu persona ni respecto a nada de nada. Las reacciones de otros y su manera de ver el mundo están determinadas por demasiadas cosas a la vez, cosas que escapan a nuestro control (y al suyo muchas veces).”
Últimamente he sido (pre-)juzgada en mi trabajo, porque por diferentes circunstancias estoy rindiendo menos (y lo sé). Mis compañeros y mis superiores no se han parado a preguntarme ni a analizar por qué me ocurre esto, han hecho sus cábalas, han sacado sus propias conclusiones, centradas todas alrededor de su ombligo, y sin previo aviso ni señal me han escupido esos (pre-)juicios y conclusiones a la cara. Sin derecho a réplica ni a explicación.
Estoy intentando averiguar la manera de que cambie su concepto sobre mí, y sean más objetivos con respecto a mi rendimiento, y me aporten soluciones creativas y críticas constructivas, que sean buenas para todos. Sin valoraciones subjetivas ni desagradables. Soy muy autoexigente y estoy abierta siempre a la crítica constructiva, porque nadie tiene la verdad absoluta, ni, por supuesto, la tengo yo.
Pero esto no me había pasado nunca, en mi vida, en ningún trabajo, en ninguna circunstancia, ser tan duramente (pre-)juzgada, condenada y quemada en la hoguera, todo junto.
No sé si tiene sentido intentar que practiquen un poco de pensamiento racional y sentido común, y consigamos separar el grano (crítica objetiva constructiva) de la paja (Inquisición). O si, al contrario, no hay manera de modificar sus juicios sobre mí. Parecen tener muy claro el veredicto, aun sin escuchar a la otra parte (yo).
Siempre he pensado que hablando se entiende la gente, pero en este caso, creo que no hay mucha sisposición para hablar, ni dejar hablar. Sólo (pre-)juzgar.
Aún tengo que averiguar si intentarlo o si no agotarme en algo inútil…
¡Gracias por tus escritos, siempre!
Ya sé que no necesitas consejo pero me ha venido a la mente que lo que yo haría en tu situación sería ponerlo por escrito y mandárselo a todos los implicados por e-mail. Así te explicas mejor y además, por curiosidad ni que sea, estoy segura de que todos lo leerán. Más fácil que tratar de hablar y lograr que te atiendan o no te interrumpan :)
Suerte, ojalá puedas arreglarlo!
¡Gracias! Sí que necesito consejo…
Hola Deb!
Como siempre tus post me hacen pensar y me despiertan alguna chispa, y hoy me ha sorprendido lo que menos me esperaba!!
Cuando he leido que “tiene que ser una persona despierta y a la que le guste leer textos largos y sin imágenes que los aligeren” me he sorprendido de mi misma!! POR DESGRACIA (y es una cosa que me avergüenza mucho y no suelo decir en voz alta) no me gusta nada leer, me da muchisima pereza leer textos largos sin imagenes (y eso que soy maestra y debería dar ejemplo de amor por la lectura) pero DESGRACIADAMENTE por mucho que lo intento es una cosa que no me agrada, intento no sentirme demasiado culpable porque pienso que a todo el mundo no le puede gustar todo…
Pero cuando leo tus artículos no me resulta pesado, no me da pereza, no puedo dejar de leer, intento buscar un ratito para leerlo tranquilamente y me siento indentificada con cada palabra, cada punto y coma. Siémpre das en el clavo.
Y eso es lo que me tiene enganchada, eso es lo que me encata de tu web y lo que hace que dude poco a la hora de comprar alguno de tus productos.
Gracias!!
Millones de billones de trillones de gracias, Cristina!
Me hace ilusión que me lea cualquiera (ya es bastante flipante en sí) pero que me lea gente a la que en principio no le gusta leer me pone loca de contento!!!!
<3
Un gran artículo, me gusta cómo destripas y dejas al descubierto lo que realmente hay detrás. No es que sea nada nuevo, es simplemente algo que olvidamos constantemente (y que en el fondo mucha gente no termina de creer). Nunca vamos a poder ver la realidad tal y como es, vemos algo construido por nuestro cerebro y que nos ayuda a sobrevivir y simplificar las acciones que tomamos, aunque a veces nos ponga la zancadilla.
Además, tengo que decir que esta es la manera más elegante que he visto de exponer la idea de que tienes que centrarte en una persona, o conocer a tu cliente ideal, o tener un perfil de cliente, o como lo quiera llamar quien quiera. Vamos que no eres para todo el mundo y eso está bien.
Gracias por el artículo, eres una provocadora creativa o una creativa provocadora, al menos eso es lo que me produces (¿o es lo que yo proyecto?) :-)
Gracias Amelia!!!!!!! :)
Me ha gustado mucho que hables de valores y (pre)juicios. Cada vez más me doy cuenta de que me intento rodear de personas que tengan mis mismos valores “vitales”, da igual de que trabajen, cuanto ganen, si les gusta leer o jugar al tetrix. Es muy importante que compartan conmigo ciertas cositas que le dan sentido a nuestra amistad o relación.
En mi etapa como emprendedora también me encuentro, o así lo siento, en un momento vital. Voy afianzando algunos lectores, algunos “seguidores” (no me gusta esta palabra) y haciendo comunidad. Y necesito que esta comunidad comparta conmigo el amor por las cosas sencillas, por ser feliz sin más, por creer en algo y luchar… De esta manera es como conseguimos crecer como personas. Mi humilde opinión ;)
El artículo genial, como siempre.
Pues tu humilde opinión está muy bien, a mi humilde parecer ;)
Mua!
Hola Deb,
Muchas gracias por tu post, me parece profundamente inspirador… y me hizo pensar en muchas cosas, no sólo profesionales. Y profesionales un montón :)
Justo ahora me estoy poniendo a estudiar para un curso que hago de “Comunicación no violenta” y me ha recordado mucho lo que dices, y me dio ganas de comentarlo aquí. Nada más volver a leer mis primeros apuntes “la comunicación no violenta es lo que nos acerca al otro, lo que le permite sentirse a gusto conmigo”…
Bueno igual estoy un poco fuera de tema, pero si a caso no conoces la “comunicación no violenta”, te recomiendo echarle un ojo, creo, por el tiempo que te llevo siguiendo, que te podría interesar.
La referencia principal es un señor que se llama Marshall Rosenberg. Hay muchos profes que lo han estudiado porque reflexiona mucho sobre formas de educar sin castigar ni premiar. Bueno, no me enrollo más. Muchas gracias de nuevo!!
Un abrazo
¡Interesante asunto, Charlotte! Gracias por descubrírnoslo. Creo que es exactamente lo que me pasa en el trabajo, lo que he descrito. Creo que es un caso de comunicación violenta. Lo que no sé es, si yo intento entablar una comunicación no violenta, si servirá de algo ya que el grupo no suele practicarla mucho… No sé si yo sola, en la situación en que estoy, puedo cambiar eso. ¡Gracias de nuevo!
Me lo apunto y lo buscaré, te lo aseguro! Mil gracias por la referencia, Charlotte!
Espectacular este artículo, Deb.
:) Gracias!
En el clavo Deb, la base fundamental, creo yo, de cualquier negocio, y no sólo negocio, de cualquier aspecto de nuestra vida. Así eres, así te muestras… así atraes.
Abrazos
Teresa
Sí, yo siempre insisto en la importancia de la transparencia y la vulnerabilidad. Cuanto más se hace, mejor va la vida. Lo contrario es vivir bajo el caparazón. Protegida, quizás, pero sola y aburrida seguro :)
Pre-clara y genial
Gracias Deb
A ti, Begoña!
Hola Deb!
Solemos andar por la vida creyendo que todos nos prestan atención y no es así. A mí me daba mucho miedo iniciar un negocio porque creía que “no estaba suficientemente preparada”, pero un día me di cuenta que varias personas, a las que consideraba expertas en sus respectivos campos, tenían los mismos miedos que yo. Y todos creían que serían duramente juzgados si salían a compartir sus conocimientos, a dar cursos o a vender sus productos o servicios. Por eso se mantenían en círculos pequeñitos, llevando un negocio que no pareciera negocio, sufriendo por llegar a fin de mes porque no había clientes suficientes.
Es liberador saber que no le importas a nadie, que puedes salir, exponer tus ideas y buscar conectar con las persona correctas. Como dice Seth Godin, “solo necesitas tener una audiencia de 1000 personas, pero tienen que ser las 1.000 personas correctas”.
Los miedos nos acompañan independientemente de lo grandes o pequeños que seamos (como negocio, me refiero), se quitan a base de autoconocimiento y voluntad :)
Un beso, Tania!
Como siempre, dando en el clavo ^_^
Se trata de que lleguen a ti y se identifiquen contigo, sigan tu causa, se sientan como en casa. Creo que lo difícil es “desnudarse” tanto en la red para mostrar tu yo más real, más auténtico, tus valores. Yo todavía no lo he conseguido, imagino que tiempo al tiempo…
(y eso que soy de la super digitalizada “Generacion Millennial” :P)
Un abrazo,
Sara.
Es un caminito que se va haciendo al andar :)
Beso, Sara!
Hola Deb. últimamente estas que te sales!!!! jajajajaja….pues veras, empezé el negocio tan jovencita que creo que fue ideal para no tener miedo de fracasar, cuanto mas mayor me hago mas miedo hay, porque abrir un negocio significa crecer en él. Pues bien estoy en plena transformación, metamorfosis de él, hay miedo, porque aunque el fondo es el mismo, vender productos y servicios reales, que cumplan con las espectativas, ir al origen del problema, nada de parches o tiritas, que tarde o temprano haran que resuja el problema. Pero para eso tiene que venir gente que este en mi mismo punto de vista, y la hay, hay gente que hara el cambio conmigo, porque lo encuentra logico o simplemente porque siempre le ha gustado como pienso (conectamos), pero habrà otra que la dejare en el camino. esa incertidumbre…pero no cambiaria por nada del mundo, yo soy asi y asi pienso y mi negocio soy syo,m es como entiendo el mundo.
A ver que nos cuentas la semana que viene. Un beso!!
Hola Sonia! Pues aprovecha este momento al máximo que es en las etapas de transformación cuando más crecemos y donde sentamos las bases de lo que nos espera después! :)
Otro beso para ti!
Muy interesante, la verdad… (Texto corto y sin imágenes)
Jaja, sí, ojalá yo fuera capaz de escribir tan corto… sería la reina de Twitter! ;)
Soy tu fan! :D
Hola Deb,aunque con retraso he conseguido leer este email,y mira que no me lo pierdo una semana ,me encanta !
Tienes toda la razón en todo lo que dices ,yo tengo dos negocios uno de ellos es a pie de calle ,y el otro que pretende hacerse un hueco en la red.
Mi experiencia personal es que el día que consigues conectar con tu clientela se produce un vínculo súper especial en el que esa persona confía en ti plenamente ,esto cara a cara es más fácil ya que atraves de cosas tan sencillas como tu fachada ,escaparate,y una vez que traspasan la puerta ,una mirada franca,una sonrisa,transmitir tus conocimientos de una forma sencilla…
Ahora es el turno de poner todo esto en practica cuando nuestro negocio es online,para eso querida amiga es necesario tener el Don de la palabra,cosa en la que usted anda sobrada!!!,lo que hace que leer largos email sin ilustraciones se conviertan en un placer y fuente de inspiración para todos los que te leemos.
Sigue escribiendo eres genial! Los demás seguiremos aprendiendo de ti.
Otro texto maravilloso!!! Y en el que das en la clave; a mi me ha encantado tu blog, y me he quedado enganchada a el, desde el minuto uno,porque detecte en ti lo mismo que siento yo en estos momentos!! Amo la libertad por encima de todo y me gustan las personas que la aman tanto como yo!! Enhorabuena otra vez más por tu forma de escribir!!!!!
Chapó, sin más. Desde mi pantallita del ordenador, has dado en mi clavo… Sutil, es muy sutil, pero… es básico!!!!
Gràcies!