Este mes en Oye Deb estoy hablando de la perfección —o de la imperfección—, de la mediocridad y de la autoexigencia. Y casi todas las emprendedoras a las que admiro y con las que hablo responden prácticamente lo mismo cuando les digo que tienen una empresa estupenda, que me parece que lo están haciendo muy bien y que desde fuera todo parece irles genial: no tía, lo tenemos todo fatal, tenemos que hacer esto y lo otro, tal cosa está muy mal montada, llevo no sé cuánto tiempo sin organizar no sé qué más… En fin, no acabarían nunca de citar defectos. Defectos que dicho sea de paso, a los observadores o clientes nos pasan muy desapercibidos, o son totalmente invisibles.
Y no creo en absoluto que sea falsa modestia, creo que simplemente les pasa como a mí, que ven la cara oculta de su empresa, y la ven 24 horas al día, ven lo que les cuesta llevar a cabo cada cosa, ven que no pueden llegar a todo con el tiempo y los recursos limitadísimos que tienen y saben que siempre les quedarán cosas por hacer, cosas por mejorar, cosas por ampliar, por aprender, por arreglar, lo que sea.
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Una empresa es un work in progress que no termina nunca. Y esto, lejos de ser desesperante, es lo que le da interés y emoción a la cosa. Imagínate que ya fuera perfectito desde el principio: ¿dónde estaría la gracia?
Creo que tenemos que recordar que hay una línea muy fina que separa la búsqueda de lo mejor y el querer hacer las cosas a conciencia y sentirse satisfecha con el resultado, de la pérdida de tiempo o del enredarse en cosas que no llevan a nada o que realmente no marcan ninguna diferencia.
A veces veo a clientas dando vueltas durante meses con todo paralizado antes de lanzar su empresa porque no han encontrado un logo perfecto. O porque no han terminado el sobre mí de la web o no se sienten cómodas con el que han escrito. O por cualquier otra chorrada que en el fondo es una excusa.
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Siendo como soy una persona hiperexigente me planteo cómo puede ser que haya hecho tantas cosas imperfectas y me haya atrevido a lanzar a la luz proyectos que yo no consideraba para nada perfectos. Sé que hay perfeccionistas que cuando dudan de si lo que van a sacar no es absolutamente perfecto, no lo enseñan, y por tanto se quedan siempre a medio gas, buscando defectos y tratando de solucionarlos antes de que nadie vea el desastre.
Pero suele pasar que el momento de enseñar no llega nunca, se quedan con proyectos que sufren de grandes esperanzas pero pocas realidades. Aspirar a la perfección es una utopía: nunca va a suceder. Nunca estará perfecto.
También hay quien siendo poco perfeccionista no para de lanzar a lo loco cosas que a veces no están a la altura necesaria. Entre una cosa y otra, como siempre, en el medio, está la virtud.
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Que si eres muy perfeccionista y exigente, te esfuerces por pasar a la acción igualmente y enseñar las cosas aunque no lleguen a todos los estándares que necesitarías. Que si eres un poco descuidada e impaciente, te esfuerces por darte tiempo para mejorar las cosas y pensarlas mejor antes de actuar por impulso.
Pero de todas maneras, y a pesar de que el consejo (si es que es un consejo) para todo el mundo es algo tan simple como encontrar el equilibrio y quedarte en una mitad lo más sana posible para ti, he pensado en qué cosas concretas me han ayudado a mí en la tarea de aceptar mi exigencia y de alguna manera calmarla para poder seguir realizando las cosas, avanzando, teniendo resultados, lanzando empresas y ganándome la vida con lo que hago.
1 / La primera seguramente sería aprender a no ponerme objetivos titánicos: cuando empezamos un negocio es normal pensar en cómo queremos que sea cuando esté en su máximo esplendor. Pero para llegar al máximo esplendor hace falta pasar por muchas fases de menor esplendor. Así es como es y así es como hay que asumirlo. Nada empieza ya en su cénit, no es posible. Así que creo que la clave está en aceptar el proceso, e ir construyendo poco a poco, añadiendo un poco cada vez, una cosa y luego otra, creciendo con sentido y sin prisa. No se puede tener listo todo a la vez. Ya he hablado últimamente de dejar un poco a un lado las metas y los objetivos y sustituirlos por ideas de dirección que me faciliten el día a día sin abrumarme y paralizarme, y ponerme quizás objetivos más cortoplacistas que sí resulten reales, conseguibles, y sobre todo, que sean uno cada vez.
2 / Otra de las cosas que me ha ayudado mucho es aprender a marcar prioridades: ¿qué es lo más importante, qué es lo que tengo que hacer sí o sí y sin ello el negocio no puede avanzar? En cada fase será algo distinto, y una vez termino esa cosa, me vuelvo a formular la pregunta: ¿qué es lo más importante ahora, qué tenemos que hacer sí o sí? Así voy haciendo y reorganizando la lista de prioridades a medida que avanzo.
De esta manera me aseguro de que no pierdo tiempo haciendo cosas prescindibles y también de que todo lo realmente vital está hecho y recibe atención. Y me permite además estar centrada en el presente, en la tarea actual, y no todo el día con la cabeza en un futuro que no sé si sucederá nunca. Así voy construyendo el plan a medida que avanzo.
3 / Y por último, he puesto mucho énfasis en dejar de fijarme en lo que hacen los demás: como decía al principio, es muy fácil creer que los demás lo tienen todo controladísimo y perfecto entre bambalinas y que lo tuyo es un completo desastre, porque es así, yo no veo tus defectos reales y tú no ves los míos, así que a ojos del otro todos parecemos estupendos. Pero ese pensamiento, además de ser irreal, no ayuda a crecer. La realidad es que todos tenemos lo nuestro de puertas para adentro, y no tiene sentido mirar a los lados imaginando que la hierba siempre es más verde en el jardín del vecino. Si te fijas demasiado en el otro césped, aunque te quieras justificar diciéndote que es bueno mirar para ir controlando a la competencia y demás (cosa que yo personalmente no considero que haga falta), tu césped acabará secándose. Métete en tus asuntos y cuanto más lo hagas más atendidos estarán. Y tú más relajada.
Para mí todo se puede resumir en una frase:
Esfuérzate para que tu empresa sea estupenda y te haga feliz, no para que sea perfecta. Lo primero es conseguible, lo segundo imposible →¡Twitéalo! :)
Un abrazo,
Totalmente de acuerdo en tus tres tácticas, Deb. Yo llevo mucho tiempo buscando encontrar el equilibrio, y me pareció muy liberador cuando leí en un post de Danielle Laporte que el equilibrio no existe. Así que ahora mi objetivo es disfrutar de todos los proyectos y sobretodo fluir más con ellos. En el fondo, la clave para ser más felices la tenemos nosotras mismas, así que deberíamos aprender a apreciar el imperfeccionismo y a no ser tan duras con nosotras, no crees? ;) Un abrazo, Gemma
Me ha encantado el articulo de hoy, Deb :) Me ha gustado mucho además ver que aplico los tres consejos que das, y ciertamente me funcionan de maravilla.
En cuanto al equilibrio, sin duda me parece liberador lo que dice Daniella Laporte ¡Muy de acuerdo, Gemma! Aunque sí hay dias en los que cierro los ojos y puedo oler cierto grado de equilibrio y entonces pienso… “Mmm Es posible” Pero tan pronto viene, se va ¡y vuelta a empezar! Como la vida, el trabajo de la emprendedora va como una ola que sube y baja. Lo más importante es efectivamente ¡disfrutar del viaje! Como la vida misma :)
¡Un beso a las dos!
Marta
Hola Deb,
Justo me has recordado un gran consejo que escuché hace poquito: “cada proyecto que vemos súper perfecto en Internet tuvo unos comienzos iguales a los de cualquiera”.
Nos obsesionamos con las cosas y los resultados que tienen los proyectos más grandes y consolidados que los nuestros, pero si viésemos los inicios, serían muy parecidos a los nuestros. Todos enfrentamos más o menos el mismo proceso, el primer artículo o vídeo, la primera entrevista y demás. Lo único es que con el tiempo se va mejorando y esa transformación es la que vemos, nos centramos en el resultado y lo comparamos con nuestro proceso, aunque son dos cosas distintas.
Lo mejor como aconsejas es centrarse en lo más importante en cada momento e ir dando un paso tras otro.
Un saludo enorme.
Hola Deb!
No sabes cómo me identifico con todo lo que acabas de contar.
Hace justamente una semana fue el lanzamiento oficial de mi web y de mi proyecto y me embarqué en la maravillosa y apasionante aventura de las palabras.
¿Que queda mucho por hacer y mejorar? ¡Por supuesto! Pero como bien has dicho emprender es un Work in progres.
Poco a poco le vas dando vida, mejorando aspectos, cambiando otros puntos.
Una vez que se está online se empieza ahora saber lo que funciona o no. ¡Y eso te puede dar más de una sorpresa!
También comparto tu premisa de no saber qué están haciendo los otros, pues saberlo puede generar miedos y parálisis.
Así que me despido con un pensamiento positivo: hay que confiar en una misma y en su proyecto.
Miles de saludos.
Que obsesión tenemos con la perfección de verdad… Pero claro, es muy fácil de decir, me leo tu post y digo “que razón tiene” pero luego volvemos a hacer lo mismo… Pero no, hay que cambiar, poco a poco, y evitar que el miedo nos paralice!
Un saludo Deb.
¡Ánimo, Gala!
PAM va a ser un exitazo, ya verás. Despacito pero con paso firme.
¡Besotes1
No sacar trabajos a la luz por ser tan perfeccionista es un rollo, pero es algo que las que somos así tenemos que trabajarlo poco a poco. Creo que es cuestión de tratarnos a nosotras mismas con más cariño y dándole valor a nuestro tiempo y talento. En mi caso, desde que supe que seria mama, he cumplido con estos consejos que mencionas para poder sacar mi web y tenerlo todo organizado de cara a mi y a los demás. Emprender ya es duro, por todo el trabajo que hay , psicológicamente tenemos que creer en nuestro proyecto, estar lo más tranquilas y animadss posibles para poder continuar. Los miedos e inseguridades no ayudan nada. Yo siempre digo que si quieres lanzarte a ser emprendedora, debes buscarte una buena psicóloga antes o después , porque no es un camino de rosas, para nada, pero es de esas aventuras en las que mas aprendes de ti y de lo que eres capaz de hacer. El verano del año pasado me lo quise dejar todo, pasaba por una muy mala etapa, al finalizar el verano hice un viaje largo de 37 días, deje a mi chico, mi perra , mi casa y mi vida, por un tiempo para mi. Aveces parar y volver a motivarte, es lo mejor que puedes hacer para recomenzar con más fuerza. En mi blog escribí sobre esa etapa dura que pase y como la fui superando, por si alguna le ayuda , ahí esta, la titule:” del rosa al gris” buena semana!
Ufff, que mal lo pasamos las que somos perfeccionistas.. Pero si que es cierto que con el tiempo, te vas acostumbrando a que no todo puede ser tan perfecto y en lanzar las cosas aunque no estén completamente a nuestro gusto para poco a poco y mejorándolas. Un saludo
Así es, has dado en el clavo. Y lo más importante para mí el punto 3. El mejor consejo que me han dado en esta aventura me lo dió Wendy y dué: “Tú, como los toros a la plaza, recto por el toril siempre adelante, o te paras a descansar, pero ni hablar de asomarte por los lados a ver como le va al toro de al lado” Y así es como se avanza de verdad
Besos!
Hola Deb,
Me suelo ver reflejada cada semana en tus posts, pero especialmente en los de este mes que hablas de la perfección (me gusta más decir que de la imperfección) y en concreto en el de hoy.
Yo estuve casi tres años retrasando el lanzamiento de mi proyecto porque encontraba todas las excusas del mundo, y en realidad era porque nunca terminaba de estar contenta con lo hacía, o porque creía que lo tenía que tener todo atado y bien atado y controladísimo para poner el proyecto en marcha. Todo excusas. Maldito perfeccionismo. Maldito control.
Hasta que un día me dije a mí misma que como no lo lanzase ya, no lo haría nunca, porque para mí nunca iba a estar perfecto, así que hace un mes arranqué con la mitad de las cosas que yo pensaba imprescindibles para comenzar. Y aunque voy improvisando mucho más de lo que me gustaría y voy un poco loca, estoy orgullosa de haber dejado de lado ese perfeccionismo paralizante y haber pasado a la acción. Intento marcarme objetivos que pueda conseguir a corto plazo, pequeños logros que me motiven a continuar, y sobre todo, no compararme con el resto del mundo y no castigarme a mí misma por no tenerlo todo perfecto. Cada persona tiene sus ritmos, sus prioridades y marca su “tempo”. Sin prisa, pero sin pausa.
Gracias por hacernos ver que somos humanas e imperfectas.
¡Un abrazo!
¡Cuanta razón tienes! Llevo preparando una mini-web hace muchísimo tiempo, pero por miedo, por el que pasará, que dirán, saldrá bien, podría hacerlo mejor, igual no está todo lo bien que podría estar… Ya sabéis. Así que sigue en el tintero.
Por cierto, he visitado (casi) todas las webs de las chicas que han comentado y ¡todas me encantan! Así que suerte para todas :)
Justo lo que comentabas en la entrevista… desde fuera superwomans, por dentro no hay nada de glamour. Creo que al final nos pasa a todas, los defectos desde fuera no se ven tanto como pensamos, y desde dentro nos encallamos en ellos… Gracias por los trucos y a ver si poniéndolos en práctica la cosa mejora ;) Besotes!
A mi personalmente no me gusta para nada la perfección. Me gusta la belleza y lo práctico de la vida. Me gusta caerme y levantarme, no me gusta mirar para los lados, sino para el frente y aunque es cierto que equivocarse duele y que hacer las cosas bien,cuesta mucho, como bien dice Deb, si todo ésto fuera de otra forma ¿donde estaría la gracia de emprender? Yo os animo a todas a no esperar demasiado, porque como decía Bruce Lee “El saber no es suficiente, debemos aplicarlo. El querer no es suficiente debemos hacer”
Un beso para todas
Hola Deb, yo que estoy empezando ahora me pasa que no me he atrevido a empezar antes por exactamente lo que dices, nunca tenía mi idea suficientemente resuelta, la plataforma no está perfecta, lo que escribo no es tan bueno como me gustaría. Me refiero que he intentado ser tan perfeccionista que era imposible empezar nada, al final me lancé hace poco y decidí que ya iríamos mejorando por el camino, sino aquí seguiría otro año más pensando pero sin actuar, mirando a los demás como hacen y sin atreverme a dar el salto. Como bien dices, hay que buscar una dirección e intentar seguirla más relajadamente centrada ^_^ Muchas gracias por tus post!
Buenos consejos y muy fáciles de aplicar. Si la teoría nos la sabemos pero luego llevarlo a la práctica es otro tema… :-/
Primera vez que escribo!
Primera vez que escribo!
Justo hace un par de semanas una amiga que acababa de leer el libro de Laura Ribas me dice:
Yo lo flipo con esta tía, se pone un día para lanzar y ese día, esté como esté todo, el producto está en la calle. En cada página del libro me he encontrado con 2 o 3 faltas de ortografía.
A lo que yo le solté, ¿y con qué te quedas, con el valor que te aporta la página o con la falta de ortografía correspondiente?
Genial el post Deb!
Buffff!!!! Me ha encantado el post!!! Es la primera vez que escribo! Y la verdad es que tienes tanta razón.. lo malo es que es tan complicado a veces de aplicar..
Yo me considero una persona super perfeccionista y hay veces que se pasa muy mal.. Pero bueno poco a poco iremos mejorando con el tiempo..
Cada dia me pregunto, lo estaré haciendo bien? Todo lo que tengo pendiente por hacer porque narices no lo hago?? Por miedo, quizás? Porque quiero que esté todo perfecto? La verdad que emprender sola y con todas las cosas que hay que hacer y que muchas no sabemos y vamos “a tiro la mata” no es nada fácil..
Pero aquí estamos!!! Y seguiremos luchando sea como sea!!!
Un saludo para tod@s y para ti Deb!!! :)
Mi comentario no ha salido bien :(
Decía que aunque mi tienda ya tiene más de un año de edad, todos tus consejos me están viniendo genial!
Y en cuanto al perfeccionismo, estoy en ello! jajaja pero que sepas que tus palabras me ayudan mucho a mi y a un montón de gente seguro!
Besos!
Mir
Hola Deb,
Te sigo desde hace tiempo… pero al leer este post no me he podido resistir a escribir un comentario.
Me identifico al cien por cien. Esas ganas de tenerlo todo bajo control nos paraliza y evita la acción. Y no sólo si estás pensando en qué hacer con tu vida… sino para cada pequeña decisión del día a día. Así que ¿Sabes qué? Que el movimiento se aprende andando, así que empecemos paso a paso!
Gracias por tus palabras siempre tan acertadas!
Y Feliz Martes!!
El Punto 3 es el que no esperaba encontrarme y mas me ha sorprendido (deja de compararte con los demas). Aqui lo mal llamamos “el mal de la portera” que al no tener vida propia se mete en la vida de los demas… y he comprobado que cuanto mas te gusta lo que haces, menos te fijas en lo que hacen los demas! Pero hasta hoy no lo habia entendido como una estrategia mas gestion del tiempo.
asi me paso no lancé mi idea hace 2 años por que esperaba tener más información ,más técnica, más amigos o yo que sé, al final ni le di seguimiento hasta ahora que decidí que si no lo hacía me iba a pasar más años leyendo y perfeccionando etc, buscando excusas y ahora pienso .. si hubiera empezado entonces…. en fin que lo que importa es apartir de ahora. :)
Como siempre, Deb, has dado en el clavo.
Yo hace tiempo que deje de intentar ser perfecta y a centrarme en ser productiva. Ya sabes, el producto mínimo viable, hacer un testeo… ¡y mejorarlo poco a poco!
Esperar a tener el producto o servicio perfecto para lanzarlo al mercado… a veces es demasiado arriesgado.
Además, haciéndolo poco a poco, además de invertir menos tiempo y agobiarte menos con los resultados, puedes ir conociendo mucho mejor a tus clientes y saber si realmente has elegido el nicho adecuado para ti.
¡Comparto tus tres puntos! :)
Feliz semana ;)
Geniales consejos, Deb.
El tercer punto me parece algo VITAL, ¿que tendremos en la cabeza para sobre valorar los logros ajenos? Nunca se sabe lo que hay tras una foto, una estadística o un testimonio, lo que si se sabe es que es un momento puntual y que debemos intentar ser los más objetivos posibles ante ese eterno presente. Ese tercer punto a mí me ha llegado a paralizar completamente. Me aterra volver a caer en ello.
Un besote ^^
De acuerdo en todo!
Sobretodo en la 3 ;)
Voy a aplicarme el cuento con mi siguiente proyecto, que llevo unos… 6 meses de retraso!
Lo que tú dices, una excusa tras otra.
Besos!
Pat
Pues a mí lo del punto 3 no me pasa desde que alcancé mi madurez y equilibrio :) A mí lo q me importa es lo que me pasa a mí y cómo lo voy a solucionar, mejorar o decidir si hay que descartar ideas o incluso cerrar un negocio en marcha que no funcione y para así centrarme en otras ideas que puede que sí funcionen.
Compararse con los demás es algo que hacemos cuando tenemos inseguridad y la autoestima baja. Además yo a veces veo gente a la “q le va muy bien” para ellos o a nivel q todo el mundo normal considera un éxito y yo pienso que si a mí me obligaran a hacer eso yo me moriría de asco.
Siempre viene bien leer tus post Deb
Me ha encantado Deb…!
Hacía días que quería leerlo y has dado en el clavo en los consejillos…muchas gracias!
Hola Deb! Yo con este tema de hoy podria hacer un master. Imagina esto mismo pero con tres niños pequeños alrededor. Decidí emprender y me quedé embarazada. Mis primeros meses como emprendedora los viví en una expecie de nube y nauseas que me dejaba la cabeza al 50%.
Quise dejar muchas cosas preparadas para cuando naciera el bebé, pero decidió adelantarse mes y medio. Quedó todo a medias y ¿Sabes? No se hundió el mundo. Es más, me libré de un curro titánico contra reloj para dejarlo todo perfecto.
Los siguientes meses trabajé con un bebé dormido sobre las piernas. Asi estaba el primer mes que facturé 1000€ brutos.
Después mi bebé creció, echó a andar, y ya no he podido estar tranquila 10 minutos seguidos porque se sube a todas partes, es muy activo y todo lo quiere hacer él.
Vivo al dia con mi empresa. Si puedo publico, si no puedo, no. Ahora empiezo a fijarme objetivos dentro de los estandares que se supone tendria que cumplir. Si hicieran exámenes para emprendedoras, yo fijo que lo suspendia.
Pero sabes qué? Soy feliz con mis tres hijos, mi gato, mi marido mi empresa… Y lo mejor que ya hace mucho que me aporta un sueldo todos los meses.
No es perfecta, se podria hacer mucho mejor. Pero es la mia y a mis clientes les sirve.
Creo profundamente en algo que denomino “el principio de la simplicidad”. En este caso estar dotadas de una creatividad exuberante es un distratactivo, es un poder difícil de usar sin terminar revolcadas por la ola de nuestra propia aventura. Conservar la mente lucida y concentrada en un objetivo a largo plazo es para mi una condición para el èxito. Últimamente estoy practicando la simplicidad dibujando con el menor número de lineas, hablando sinteticamente, reduciendo los ojetivos.
Saludos y sonrisas.
“Objetivos.”