La inmensa mayoría de las que trabajamos por cuenta propia hemos escapado de la vida corporativa para vivir mejor y sentirnos más libres. Lo que suele pasar es que acabamos trabajando hasta el doble de horas de lo que trabajábamos en nuestros antiguos empleos por cuenta ajena. Esto es un hecho irrefutable. Es así. Somos kamikazes. Tenemos mucha presión y la presión no cae sobre el nombre de una empresa sino sobre nuestro nombre, las facturas no caen sobre la cuenta de una empresa sino sobre nuestra cuenta, y el prestigio no cae sobre la imagen de nuestra marca sino sobre nuestra imagen.
Así que nos salen llagas en el culo de estar pegadas a la silla siempre tratando de hacerlo todo perfecto, esforzarnos mucho, destacar, hacerlo bien. Le echamos muchas horas, nadie sabe cuántas, ni nosotras mismas. Incluso cuando no estamos en la silla estamos trabajando, porque el cerebro no para quieto. Y no se dedica a pensar en unicornios o gatitos de ojos grandes ni en Ryan Gosling sin camiseta comiendo un helado, no. Él, por su cuenta, sigue pensando en todo lo que tenemos que hacer, todo lo que podríamos hacer, todo lo que deberíamos hacer para seguir teniendo una empresa relevante. Para seguir, nosotras mismas, siendo relevantes.
…
Para que nada se desmorone como un castillo de naipes si nos relajamos durante un ratito, si dormimos hasta tarde, si nos vamos a tomar cañas, si nos tomamos unas vacaciones.
Pero cuando lo hacemos, cuando paramos, lo hacemos obligadas. Nos argumentamos cosas como “si no paro voy a tener un ataque de ansiedad”. O cosas como “ya he tenido siete ataques de ansiedad, creo que podría, quizás un día, irme a pasear al monte, pero no sé, quizás el mes que viene porque ahora tengo demasiado trabajo”. No paramos hasta que no nos obligamos a parar. O nos obligan. O nuestro cuerpo nos obliga. Nos ponemos enfermas porque es la única forma de que nuestro cuerpo reciba cierto nivel de descanso. Y aún así, nos enchufamos podcasts en las orejas mientras reposamos nuestra enfermedad o pedimos que nos traigan un bendito portátil a la cama, que total, teclear puedo. Y llamar por teléfono también. Puedo hacer lo mismo enferma o no.
Y cuando desaprovechamos un día, por la razón que sea, y no alcanzamos a hacer todo lo que teníamos previsto, o estamos desconcentradas y vamos más lentas nos parece que hemos tirado nuestro tiempo a la basura. Nos sentimos fatal y nos castigamos con frases feas y palabras feas y sentimientos feos.
…
Nos han dicho que ser inactiva está mal. Que ser improductiva está mal. Que ser vaga está mal. Que ser lenta está mal. Que perder el tiempo está mal. No fue una sola persona apuntándonos con el dedo (aunque quizás también), no fue solo nuestra madre cuando salíamos de fiesta y queríamos dormir hasta las tantas al día siguiente, o nuestro padre cuando no aparecía de trabajar hasta las diez de la noche habiéndose ido de casa a las seis de la mañana, o no fue solo nuestra maestra cuando no nos esforzábamos lo suficiente en los exámenes. Fue la sociedad entera. Las conversaciones de todo el mundo en cualquier lugar. Nuestros amigos. Todos los parientes. Los curas. Los presentadores de la televisión. Los que nos dan los créditos. Los presidentes. Del gobierno, de la asociación de vecinos, del equipo de fútbol, da igual.
Es lo que se dice en todas partes sobre los que se matan trabajando y lo que se dice en todas partes sobre los que viven la vida. Es un vivalavida, es un vividor, es un bonvivant. Es lo que se dice sobre los que sudan sangre y lágrimas para llegar arriba y vencen cien mil obstáculos, lo que se dice sobre los que empezaron sin nada y lo consiguieron todo. Los héroes de origen humilde que nos hacen creer que el esfuerzo es lo único que cuenta. Los deportistas de élite. Las madres que crían y trabajan y ganan mucho dinero y son bellas y llegan a todo. Los que se sacrifican. Los que van a por sus ambiciones como flechas en llamas.
A esos los admiramos, a los vivalavida los despreciamos. A los que se preocupan los compadecemos, a los que se despreocupan los criticamos. A los infelices los llamamos víctimas, a los felices los llamamos tontos. A los que planifican hasta su jubilación los consideramos listos, a los que no piensan en nada más que en el presente, locos.
…
Cómo vamos a enfrentarnos a lo que nos dice toda la sociedad en masa. Cómo vamos a ser nosotras las personas a las que critiquen por ser vagas, improductivas, ineficaces, lentas o tontas. Cómo vamos a ser las que no han conseguido nada relevante, las que no hacen más que ocupar espacio en el mundo y robar el aire a los eficientes. No, hombre, no. Si entras en la competición más te vale llegar la primera.
Y así, viviendo hacia fuera, destruimos todo lo que tenemos dentro. Los “otros” pasan a ser los importantes. Vivimos para agradar. O al menos, para no desagradar. Vivimos para encajar. Y nuestros negocios viven para destacar. Para brillar. Para ser admirados. Para ir a las fiestas y decir con orgullo lo que hacemos y lo bien que nos funciona. Para publicar en las redes todos los éxitos y cosechar comentarios de felicitación.
…
Yo me pregunto, cada vez más a menudo, ¿y si midiese mi éxito por el número de días que me puedo pasar sin trabajar, en lugar de por el número de días que me paso trabajando?
¿Y si pudiéramos dejar de animar a las personas que solo viven para trabajar y las animásemos a simplemente aspirar a trabajar para vivir? ¿Y si además nos animásemos a nosotras mismas a hacerlo?
¿Y si olvidásemos a los demás y tratásemos de trabajar sin ser hiperproductivas, sin ser perfectas, sin ser nada más allá de lo que somos?
Porque cuando paras, qué diferencia. Cuánto espacio se abre alrededor. Qué distinto se ve todo desde la inactividad. Cuantas grietas que se rompen para dejar entrar la luz. Si aguantas tu propia compañía el tiempo suficiente, poco a poco, vas reconstruyéndote.
Y en la reconstrucción, esta otra idea va tomando forma, aunque tienes que seguir luchando fuerte por sostenerla porque significa ir en contra de todo lo aprendido, de todos los que están cerca, de todo lo que tienes que mantener en tu vida, de cualquier norma de la clase de Productividad 101 Para la Mujer Perfecta.
La nueva idea acaba resultando algo así:
¿Podríamos considerar vivir algo improductivo?
Un abrazo,
P.D.: Puedes compartir lo que escribo con quien quieras en la red social que prefieras —me haces un favor, la verdad—, y además puedes compartir tus pensamientos sobre el complejo mundo de la productividad y la improductividad y todas las ideas que se te ocurran en relación a esto en los comentarios aquí abajo. Todo tuyo.
Ay Deb… qué difícil es tirar un poquito para la no-completa-eficiencia o el descanso en una sociedad de luchadores, sacrificados e hipereficientes.
En algunas series de televisión (me estoy acordando ahora mismo de Melissa Gordon en “Entre fantasmas”) la imagen de mujer que nos venden es sencillamente imposible. Por ejemplo, Melissa. En un día, trabaja en su tienda, atiende a los fantasmas, investiga sobre ellos, queda con su marido, con sus amigas y ENCIMA está en todo momento impecablemente vestida y maquillada. Por supuesto, con ese tipo seguro que hace algo de ejercicio, y tendrá que ir a comprar ropa, y comida, y al banco… En fin… que cuadrando horas, sale que eso no es posible.
Me apunto a tu reto de empezar a plantearnos nuevas vías de ser productivos pero claro, una cosa es no estar trabajando y otra no estar PENSANDO en el trabajo (esto último mucho más difícil).
Un abrazo!
Uy, es que las series y las películas están plagadas de esa imagen de mujer que llega a todo. Luego le ponen algún defectillo cómico y arreando, ya parece imperfecta. Y no, no. No tenemos que creerlo. Igual que la imagen de la gente que tiene páginas web o blogs. Yo he visto personas torturándose porque no alcanzan a vivir vidas maravillosas y ser tan maravillosas como su blogger favorita. Es una tortura, la verdad. Hay que separarse de las ideas que tenemos sobre los demás.
Todas las demás estamos sufriendo igual.
Un beso, Amparo!
A lo mejor sí llevaban (o llevan) vidas maravillosas, a lo mejor simplemente no lo saben porque están demasiado ocupadas comparándose con la imagen que otras personas dan de sus propias vidas….
Por cierto, más nos vale no usar la televisión como ejemplo o modelo del que aprender, no? Al final tv es ficción, qué pena que nos olvidemos de ello de vez en cuando (me incluyo eh..)
Hola Deb¡¡¡¡ Buenos días¡
Hola. Acabo de leer tu artículo, la verdad es que yo estuve en esa situación durante más de ocho años, entre las cosas que me perdí,fueron los últimos momentos de mis padres que fallecieron en un año de separación. También encontré al que es hoy mi pareja. Pero , es que ahora , no trabajo , llevo dos meses y creo que me estoy volviendo loca. Y aunque quiero disfrutar de ello, mi pareja me dice día a día que si voy a estar tocándome el ” papo” . Y me hace sentir fatal pues nunca he dejado de trabajar desde los 16 años hasta hoy 46. La edad tampoco ayuda mucho a la hora de encontrar trabajo. He vivido mucho . Me he tomado la vida de otra manera ,muy buena ,y a la vez teabjaba . Pero eran otras épocas . Ahora mi pareja ,tiene un jefe que le esta comiendo la cabeza ,pues sólo se levanta para y por trabajar llevando al limite hasta a su familia , y me esta arrastrando a mi , pues mi pareja esta ciego por el. No reo que pueda hacer nada , y voy a perder a mi pareja .estoy arruinada endeudda hasta mi muerte ,sin trabajo . Asique que hacer ???
Buscar ayuda profesional, Virginia. Estás en una situación muy delicada y las ideas genéricas no te van a ayudar demasiado… Yo, desde luego, no tengo una respuesta mágica más que decirte que vivas tu vida teniendo en cuenta a la persona más importante que hay en ella: tú misma.
Te mando muchos muchos abrazos y energía para salir adelante.
Sentirse así estando sin trabajo es algo muy habitual, los psicólogos lo tenemos muy en cuenta porque llegan a nuestras consultas muchas personas con tus síntomas en momentos de desempleo…Es un cambio radical de hábitos en tu vida, de trabajar 30 años sin parar a estar en una situación de casi “obligada” inactividad…Pero es superable, puedes volver a sentirte bien si buscas ayuda como te sugiere Deb muy acertadamente (en mi opinión personal y profesional)…
Así que no te preocupes, tu situación no será eterna si tu no lo deseas…remángate y arriba¡¡¡ Tu vida es tuya y sólo tenemos una, así que si ya te tomaste tu tiempo para sentirte mal, ha llegado el momento de trabajar para sentirte mejor¡¡ Tú puedes¡¡
Muchos besos y mucho ánimo…
Me gusta mucho tu página Deb! (Gracias y ánimo!) Y me ha encantado también tu comentario Amparo!!! XD
Cuantas verdades juntas y nosotras “R q R”: superwomans al poder!
A ver si conseguimos desconectar!! y conseguimos mayor eficiencia (si logramos las 2 cosas a la vez, sería genia!)
Buenos días Deb,
Hace mucho tiempo que animo a mis amigos a vivir la vida según buenos momentos, experiencias, no en días ni vacaciones… a vivir el día a día y no de cara al futuro, a no dejarse arrastrar por esas supuestas agendas de ministro que se autoimponen.
Me hace gracia que haya tanta gente que piense que no hacer nada es una pérdida de tiempo. Precisamente hacer demasiadas cosas es una maratón con la que uno pocas veces disfruta porque no le da tiempo a saborear una cosa y ya tiene que pasar a la siguiente.
¿Y tomarse un año sabático? Eso debe ser un crimen, jajaja.
Te invito a leer (y disfrutar) sobre una expresión, “Il dolce far niente”.
Un abrazo ;)
Pues te admiro, mucho, y ojalá tus amigos te hagan caso y deseo que sigas predicando con el ejemplo hasta el fin de los días, que al final es lo que hace falta, cuanta más gente viva más gente vivirá :)
Il dolce far niente…cuando conocí esta frase, constantemente me venía a la cabeza…fué un punto de inflexión apra mi conocer esta frase…pensé que había un país entero que disfrutaba de eso….ooooooh…¿y cómo lo harían?.
Pues la buena noticia es que se aprende. Yo aún soy aprendiz, pero ya no me culpo cuando paro :) Y con lo bello que es todo cuando te paras y simplemente observas… hasta una bolsa de plástico volando con el viento puede ser bella, como en esa escena de American Beauty…
Il dolce far niente… Gracias por rememorar esta frase, Clar@.
Totalmente de acuerdo Deb.
Nos han preparado para trabajar, para producir y para sustentar una sociedad que es una máquina insaciae devoradora de individuos.
Aprender a relajarnos, a disf e utar, a organizar nuestro tiempo para poder usar parte en nuestro placer, es todavía una asignatura pendiente para muchos y por eso la vida se nos hace cuesta arriba.
Parece tú estás reaccionando y dándote cuenta de que hay algo más que trabajsr.
Bien por ti. Yo lo aprendí hace tiempo y disfrutar de la vida es lo mejor que te puede pasar.
Un abrazo y adelante por ese camino
En eso estoy! ;) Un beso!
Qué de acuerdo estoy contigo, nos han preparado para trabajar y hacer ricos a quienes descansan y viven la vida gracias al trabajo de los “curritos”… Pero ahora ya sabemos que nos es obligatorio y que una vida distinta es posible¡¡¡
Si no es para disfrutar, para qué demonios vivimos?? no?
Uff, el post de hoy es complicado Deb. Creo que me encuentro dividida a dos bandos con lo que propones: Por un lado, cuando trabajas demasiado y no aprendes a parar, está el agotamiento físico pero también se llega al agotamiento mental, a matar la creatividad, a dejar de apreciar las cosas buenas de la vida. El tiempo, la amistad, el amor, todo pasa por tu lado sin darte cuenta de lo que te estás perdiendo. Pero, por otro, cuando te vuelves totalmente inactiva, la rueda de la motivación deja de girar. Te vuelves pasiva, pierdes la energía para hacer cualquier cosa y tu vida está como en stand-by.
El año pasado pasé por los dos estados y, sinceramente, no sé cuál es peor. Creo que encontrar un equilibrio es lo que mejor me ha venido. Saber ser productiva, aprender a priorizas las cosas cada día, dejar de sentirte mal por no estar “haciendo algo”, centrarte en el ahora, en disfrutar lo que estás haciendo en ese momento (ya sea estar de cañas en el bar con los amigos o sentada delante del ordenador escribiendo). Pero sobre todo, marcar tiempo cada día para mí y tiempo para desconectar de todo.
Lo que me vino muy bien durante el tiempo de improductividad y parón total fue re-encontrarme a mí misma. Aprender a escucharme, a saber lo que realmente quería y me hacía feliz. Y oye, mientras estés a gusto contigo misma que te importe un bledo lo que opinen los demás, lo que se supone está bien o mal. Al final, llega la paz. Y es una sensación maravillosa.
Por lo que estás comentando los últimos días, me parece que hemos por fases parecidas los últimos meses. Me alegro un montón que al final hayas encontrado tu sitio Deb.
Un beso
Eva
Bueno, es que no se trata de ir a los extremos, no se trata de realmente ser un piojo de la sociedad ni de explotarte hasta morir. Se trata de encontrar el punto en que eres capaz de vivir y trabajar con placer y efectividad. Que yo no me olvido de que los negocios son importantes y tienen que funcionar, pero también la vida tiene que funcionar! :) Ambas cosas.
Y por supuesto, lo que dices es verdad, al parar, te reencuentras y hace posible comprender lo que necesitas. No hay mayor secreto.
Mmmua para ti también!
¡Eso es! Por cierto, se me olvidó darte las gracias antes porque lo que me ayudó a reencontrarme y empezar a conocerme de verdad fue El Diario de Invierno y las personas que conocí a través de él.
Un besazo guapa
Llevo un par de años intentando estar a gusto en mi piel siendo improductiva, haciendo lo que me apetece en cada momento, porque ahora mismo por suerte no dependo de un ingreso economico para vivir como necesito, y me está costando horrores. Has descrito perfectamente la mayor parte de los elementos, externos, pero que finalmente son mayoritariamente internos, que conforman la lucha que estoy viviendo.
Pensaba que Oye Deb me ayudaría a encontrar la manera productiva de orientar mi vida, pero puede ser (y creo que eso es lo en realidad necesito) que a lo que me acabes ayudando sea a terminar de ser feliz sin ser productiva, lo que estoy convencida me llevará a ser “productiva” para mí y los que me rodean, y quien sabe que más pasaría después, pero que más da…
Gracias por compartir tus pensamientos. Y gracias por alejarte de la formula tan repetida ultimamente de como ser el emprendedor 10.
Creo que es lo mismo, Ana! Una manera productiva de orientar tu vida suele implicar para muchas de nosotras lograr ser feliz sin ser tan tan tan tan productivas :)
Muuua!
A mi me parece súper productivo dedicarse a ser feliz una misma con la vida que tiene y la persona que es….qué es productividad? dinero o resultados?
Si tienes el dinero para subsistir? porqué tienes que entregar tu tiempo a alguién que utilizará tu tiempo para descansar él?? Felicidades por tu inmensa suerte y a disfrutar que la vida no es para otra cosa, la mayoría de la gente daría un brazo por tener esa oportunidad…qué no te engañen, cuidarte tú y darte un motivo para sonreír cada mañana es lo mejor que puedes hacer por el mundo, un mundo lleno de personas felices y relajadas sería un mundo más pacífico y feliz¡ No crees?
Buenos días a todas,
Un post muy acertado, Deb.
Son tantos los mensajes que recibimos a lo largo de nuestra vida y de tantos temas distintos, que parece que vivimos intentando estar a la altura de todas esas creencias. Pero la responsabilidad está en nosotras, en decidir revisar todo ese historial de ideas que nos han inculcado, desechar las que no queremos en nuestra vida y preguntarnos: ¿Cómo quiero VIVIR mi vida realmente?
VIVIR, en mayúsculas. Porque si tú no vives tu vida, no la va a vivir nadie por ti.
Son estas cosas que con todo lo fáciles que suenan resultan ser las más difíciles de aplicar…!
Cierto. Y por eso tenemos toda la vida para seguir aprendiendo y creciendo cada día un poco más. Eso sí, el crecimiento personal requiere una gran valentía.
Yo soy carne de cañón de esa presión social y presión propia. Y eso que trabajo por cuenta ajena y de funcionaria. De niña me hizo efecto todo ese “qué responsable, qué trabajadora, parece una chica mayor en vez de una niña…” Y de adulta el pensar que mi sueldo lo paga toda la sociedad y que tengo que dar siempre lo mejor de lo mejor.
Recuerdo siempre a mis padres educándome en el “que nadie pueda decir nada malo de ti”. Y ahora me doy cuenta del gran error que puede suponerme tenerlo como lema vital… ¡Tantos años para aprender cosas que a nuestra edad hay que empezar a desaprender!
+besos
Ay, yo es que igual de pequeña, todo tan perfectito y tan buena niña… y eso luego pesa y se cobra! :(
Desaprender es la palabra mágica, sí.
Un beso, Montse (preciosa tu página nueva, no la había visto aún!)
Muchas gracias, guapa! Un beso!
Y lo conseguísteís?? a mi también me inculcaron ese lema y lo he llevado a fuego la mayor parte de mi vida, hasta que me convencí del todo de que era imposible porque incluso cuando eres una niña buena, siempre habrá alguién que te critique justo por eso… Qué pesaditas y aburridas somos las niñitas buenas….Qué lucha tan -ahora sí- improductiva…y que forma tan eficaz de ser infeliz en tu propia vida…
Qué bueno que salís -o salimos- de ese engaño, no vive una mucho mejor asumiendo las críticas como una parte divertida del camino??
Bueno, cada uno esta hecho de una materia distinta. No hacer absolutamente nada es una de mis actividades favoritas des de que tengo memoria…
Te felicito y te envidio mucho! :)
Que grande esta reflexión:
” Yo me pregunto, cada vez más a menudo, ¿y si midiese mi éxito por el número de días que me puedo pasar sin trabajar, en lugar de por el número de días que me paso trabajando? ”
Creo sinceramente que si nos planteáramos la vida de esta forma seríamos mucho más felices. :)
Yo lo intento mucho, pero es una lucha mental continua todavía! Tengo que hacer tres pasos siempre: enfadarme por estar haciendo nada, recordarme que está perfectamente bien, sentirme estupenda por poder permitírmelo. El día que sin esfuerzo esté en el tercero lo habré conseguido! :)
Qué razón en lo que cuentas aquí, justo hoy he guardado esta imagen:
http://namaga.blogspot.com.es/2014/10/hola-mon.html
y pensaba imprimirla y colgarla al lado de mi mesa en el taller, quizá imprima también tu artículo.
;)
Oh, sí, queriendo vidas sencillas nos liamos como una mala cosa, todo se hace hípercomplicado.
Mua!
Nos hemos liado tanto!!! (en general)
Todavía estamos a tiempo a deshacer la madeja.
Quizás nos damos cuenta de que hemos construido algo que ahora no nos sirve. Tenemos la opción de destruir para construir o de reformar lo construido
Ánimo Virginia y déjate ayudar y actúa por tí!
Besos!
Después de haber leído el post de hoy, más que reflexionar sobre permitirnos o no la antiproductividad me queda rondando la cabeza otro pensamiento
Y es sobre el esfuerzo
Nos programan desde pequeños que si nos esforzamos por ser los primeros, conseguiremos eso.
Si te esfuerzas estudiando podrás recoger el fruto de tu esfuerzo (las buenas notas). Esa necesidad del aplauso, de encajar en la definición de éxito
No te explican que aunque te esfuerces y tu trabajo sea de diez, existe el nepotismo, enchufe, amiguismo (llámalo como quieras ). Y esto siempre salta por encima del esfuerzo, de la eficiencia, del trabajo bien hecho, pisoteando el (futurible) éxito de otros, sin ningún tipo de escrúpulos
Creo que viene muy asociado, porque es la misma idea de si no produces, si no te esfuerzas, si no sudas la gota gorda, nadie te va a regalar nada, no vas a conseguir nada, no llegarás a ninguna parte. Y eso es lo que te hace sentir vaga o irresponsable o tonta o loca. Yo que sé, ¿a dónde queremos llegar que sacrificamos TANTO?
Buenos días Deb,
Después de mas de 15 años trabajando en algo que se supone que me gustaba, en algo aparentemente molón muy molón, en algo que en los últimos tiempos rogué con todas mis fuerzas que se acabará….Llevo mas de cuatro años, sin trabajar. Sin trabajar asalariadamente, sin obligaciones diarias, sin sueldo a fin de mes…llevo cuatro años, con tiempo, con libertad, experimentando con mi creatividad, explorando, descubriendo, probando..y a día de hoy sin saber que quiero hacer con mi vida ( en el ámbito laboral) ni idea lo juro. No me he muerto, aquí sigo, disfrutando de lo que tengo, con días chungos, con días largos y aburridos, tb los tenía en mi puesto de trabajo…
Estoy viva, soy libre, disfruto de los días soleados, de los días lluviosos bajo mi edredón, de las tardes de parque con I, de mañanas de confidencias con amigas, de hacer la comida, de descubrir mercados y Bibliotecas, de faisbukear, de leer tus posts…
Un día moriré, como todos y de que me habrán servido las comeduras de tarro?? Las angustias y ansiedades??? Los cabreos porque no me llaman de las ofertas de trabajo a las que sigo aplicando???? ….. Las emociones igual que vienen se van..
Nuestro sitio esta simplemente donde nosotros queramos estar.
Muy bonito lo que has escrito. Y es que no se trata de trabajar o no (por cuenta propia o ajena) sino de hacer con el tiempo del que dispones lo que realmente desees.
Un beso!
Hola deb!!!! Siempre he sido multitarea y de listas infinitas que ni con tres yo era capaz de hacer en un día jajajaja. Al principio me causaba agobio y frustración. Hasta que un día me levanté, respiré hondo y dije ya está bien de correr sin necesidad. Desde entonces, sigo manteniendo el estar casi en todo, pero ya no me disperso y he aminorado el paso. Ya no me crea confusión la lista de tareas, porque ha desaparecido de mi vista. Lo único que intento y he logrado es levantarme temprano, porque el tiempo es oro. Y mira cómo cunde el tiempo cuando te levantas y dices: hoy sólo tengo que hacer esto. Da mucha energía saber que solo hay que hacer una cosa y que el resto del tiempo es extra para una misma, para leer, estudiar, salir a caminar o ver una serie. En fin…. está genial parar el tiempo, pues es entonces cuando realmente se es productiva, aunque de forma natural y sin agobios. Sin ritmo, pero sin pausas.
Saludos
Yo ya dejé de intentar levantarme pronto, nunca lo conseguía. Me despierto sin despertador, cuando a mi cuerpo le da la gana, excepto los martes :)
También considero dormir una tarea MUY productiva!
Mmmmua, Gala, gracias por compartir siempre!
A mí me pasa como a Gala, desde que he empezado a despertarme temprano mi sensación de cómo vivo el día ha cambiado por completo. No sé cómo describirlo. Ver amanecer todos los días mientras das una vuelta por el campo es una sensación increíble.
Deb, yo era marmota total y lo único con lo que he conseguido levantarme a la primera de la cama es con una aplicación que se llama “Mourning Routine”, que te obliga a escanear un código de barras para que deje de sonar. Eso sí, he tenido que esconder todas las cosas con código de barras de la habitación y me obligo a ir a la cocina, donde tengo lo que escaneo todos los días junto a una silla con la ropa (así evito volver a meterme a la cama).
No obstante, madrugo porque no he encontrado otra manera de sacar tiempo para mí. Siempre he sido de las que se activan cuando cae el sol y, seguramente, si no trabajase cambiaría madrugar por acostarme a las tantas.
Eso sí, aprovechando que estás en el campo, prueba a salir con los perros a dar un paseo 10 minutos antes de que empiece a salir el sol, sentarte y pararte a observar el movimiento de la luz y como todo va adquiriendo formas distintas.
jajajaja totalmente coincido contigo Deb: dormir es la tarea más productiva de la vida. Pero en mi caso se ha obrado un milagro: ¡Me despierto temprano sin despertador! Ahora eso sí, un par de días a la semana me digo: “hay que dormir hasta que el cuerpo quiera”, pero ni modo a las diez en domingo está de píe. Así que a aprovecharlo hasta que el cuerpo aguante. Y si hay que dormir una siesta de dos horas, pues se disfruta igual.
Muchas gracias Deb por todo lo que me has enseñado con tus post, el ideatorio y el diario.
Hola Deb
Tu artículo me viene como anillo al dedo, yo que estoy de año sabático, soy profesora con un trabajo que me gusta, pero he decidido ser improductiva este curso, y no sabes lo feliz que estoy……poder hacer o no hacer lo que te de la gana todo el día.
Cada día soy más de la filosofía de que la vida es muy corta para pasársela metidas en la rueda que te impone la sociedad de trabajar para ganar dinero y para sentirse realizada, ja¡. pero si yo me siento muy realizada cuando hago ganchillo, cuando leo, cuando hago yoga,cuando hago mi pan, en casa, en fin…..yo sobre todo tener tiempo para decidir que hacer con el. Aunque eso lleva aparejado que llevo ahorrando mucho tiempo.
Esto me llevo al principio a comentarios de ” ¿como vas a dejar un trabajo y si dentro de unos años no trabajas? Y yo les decía que ahora lo que quería en mi vida era un descanso en estos momentos, no dentro de unos años, y ahora que estoy en modo ” hago lo que me da la gana” estoy muy FELIZ.
Puedo viajar cuando me apetezca, un año para SER, que me lo merezco.
Y ahora que estoy embarcada en este año, pienso que es la mejor decisión que he tomado en mi vida.
Salud….
Vi hace un tiempo una conferencia (no recuerdo si era un TED) del director de una agencia creativa americana que cada ciertos años TODA la empresa se tomaba un año sabático, y en esas recargaban y perseguían proyectos personales que los hacían mucho más productivos -evidentemente- y creativos al volver al trabajo.
No veo que problema podría verle alguien a tener un año de descanso si no fuera por el miedo que se ha instaurado a estar sin trabajo. Pero contra eso solo podemos luchar en nuestro interior :)
Un beso, y que disfrutes muchísimo de tu tiempo!
Guauuu Nuria! qué bueno… ¡¡bien por ti!!
Gracias….la verdad es que hacia tiempo que no era tan YO…
¡Enhorabuena Nuria! ¡¡Aprovecha este año que tienes por delante!!
Deb, ójala ese tipo de filosofía empresarial llegase alguna vez a nuestro país (que la verdad, lo dudo mucho). Nadie se da cuenta que por estar sentado en la mesa 10 horas no sé es más productivo. Al contrario…
Gracias….encantada de la vida estoy.Salud
“Si aguantas tu propia compañía el tiempo suficiente, poco a poco, vas reconstruyéndote. ” Esa es la frase que lo resume todo, poca gente quiere hacer ese ejercicio, es más cómodo ir ajetreada por la vida, ser eficiente, ser lo más… para no estar a solas con una misma ni diez segundos.
Cuesta mucho y asusta mucho y empiezan a salir cosas que no molan! Pero ES LO MEJOR DEL MUNDO!
Qué gran frase Esther.
Alguien dijo que hay que perder la mitad del tiempo para poder emplear la otra mitad.
Como siempre… yo intento buscar el equilibrio, aunque reconozco que la balanza se me va siempre al lado del “no parar”, pero yendo con mi lema por delante (vida solo hay una y tenemos que vivirla como nos merecemos) consigo disfrutar del trabajo y del no trabajo.
Tomar unas cañas también es productivo. Y pasear. Y meditar. Y cocinar. Es productivo para tu bienestar y esto repercute al final en tu trabajo.
Hace algún tiempo estaba acostumbrada a comparar mi tiempo de trabajo con los resultados, y como soy una impaciente me daba ansiedad de ver que no llegaba pronto. Ahora sé que llego, sobre todo confío en mi capacidad para hacerlo, y sé que llegaré cuando tenga que hacerlo, así que… little by little. Mi chico me dice que soy una hormiguita, lenta pero constante (y cabezota, añade siempre, jajaja, ya le vale….)
¡¡A disfrutar de la vida!!! De verdad!! Que solo tenemos una!! Hagámoslo siempre, cuando trabajemos y cuando no! Dejemos de machacarnos tanto.
Mil abrazos
Ay, sí, la tiranía de los resultados… quién no se ha sometido a ella? :__)
Buenos dias.
Yo tengo tienda fisica, con lo cual un minimo de 9h. abierto al publico mas la hora de antes de abrir para mandar presupuestos o algun tipo de info que no me dió tiempo el dia anterior….Ahora campaña navideña casi en marcha, pues yo digo siempre que mi vida esta partida en dos. 12 Horas en la tienda y 12 horas fuera…..Por cierto, yo al gym no voy, pero si compro cocino y un largo etc…… aun así estoy segura de que no soy del todo productiva, en algo fallo y seguro que es organizacion. Lo de tener una agenda, lo llevo mal y es algo que tengo que qprender a utilizar…..un saludo
Bueno, o no. De momento estás viva sin agenda y con el nivel de productividad que llevas… no siempre necesitamos hacerlo mejor ;)
Que razon tienes, nos han inculcado ser la mujer 10, trabajar, tener hijos, ir a todas la reuniones del cole, grandes profesionales, estar monas y delgadas, pero hace tiempo que me pregunto que estoy haciendo pasan los dias y no te das cuenta no has parado ni un minuto, no has hablado con tu marido mas alla de que cenamos hoy. Ahora, la pregunta es ¿como parar con familia numerosa? no encuentro la formula para ser improductiva, aunque te de toda la razon Deb.
No tengo ni idea de cómo se hace teniendo familia, la verdad. Imagino que los hijos lo hacen difícil, pero aún así, compartir tiempo juntos de ese en que no se está haciendo necesariamente mucho, con todos, imagino que para los hijos tiene que ser una gozada. A mí me hubiera gustado que mi madre se hubiese sentado a hacer un puzzle conmigo durante una hora o dos sin tener que estar planchando o limpiando o cocinando o yendo a la compra (y eso que era ama de casa, que dirías que podía jugar conmigo hasta hartarse!). Y no, su trabajo era más importante y como estábamos juntas parecía que ya contaba como “tiempo en compañía”.
Creo que ahí está la diferencia, en la calidad del acompañamiento. Pero vamos, lo digo como hija, no como madre, que yo de eso no tengo ni idea (de momento).
Yo empecé un negocio con una filosofía Slow, no quería lo que a los 33 ya he vividos durante casi 12 años en la una oficina más todos los de colegio. Quería dedicarle a cada cosa su tiempo y aveces no dedicarle nada ¿Qué cómo me va? Mal. ¿Qué cómo estoy yo? Mal. Pero entiendo que siempre fui una de las personas que describes en tu artículo: siempre al 120% -cuando menos- y siempre ocupada… Así que me doy una oportunidad, me la doy porque creo que todo periodo de adaptación requiere aprendizaje y estrés del malo, del de la ansiedad y la culpabilidad… Y cuando no puedo más me digo ¿Y si lo estoy haciendo bien y simplemente los resultados llegarán mañana? ¿Y si estoy construyendo la vida que quiero pero es tanta la falta de costumbre que me engaño creyendo que lo hago mal? ¿Y si estoy mal porque todo cambio es doloroso -como un clavo que entra a martillazos donde antes no había espacio para él-? Yo trabajo mucho más que antes y más horas, pero también duermo más, paseo más y -aunque no salgo hasta tarde- voy más a tomar cañas. Ayer leí una frase ‘no sabes si tendrás la oportunidad de hacerlo mañana, pregúntate si esta es la vida que quieres o si hay algo que quieras hacer’, hay mucho que quiero hacer -quiero practicar budismo, conocer Chile y un día tener mi propia familia-; pero en general, soy más pobre que nunca, me desespero como nunca antes, pero no hay nada que que quiera hacer y no haya hecho… Hasta tratar de vivir tranquila.
Pues prueba a elegir una de esas cosas que quieres hacer y empiézala hoy, o cuanto antes! No son para después, ni para el momento adecuado, son para AHORA, que es lo único que tenemos de verdad.
Mua!
Hola Deb!
Hace un tiempo que llevo reflexionando sobre esto, y como dices no es facil ( las palabras que usamos para comunicar también influyen) ir contra marea.
El tema de “perder el tiempo” me tocó reflexionarlo hace 15 días, cuando me tocaba decidir si empezaba en un trabajo en el cuál tengo entre ida y vuelta casi 1h de autobús urbano para trabajar 1 hora.
Desde el primer momento pensé que era una perdida de tiempo hasta que mi pararrayos ( terapeuta) me hizo ver que el bus es un buen sitio para estar con una misma ( cosa que no muchas veces nos permitimos) o disfrutar de ver la vida desde fuera, desde la ventana de un bus.
Pequeños gestos hacen cambiar no sólo tu actitud, si no también la de los demás.
Me gustaría compartir con vosotras este artículo sobre la educación que ejercemos sobre las sociedad con esas feas frases.
http://www.huffingtonpost.es/rachel-macy-stafford/el-dia-en-que-deje-de-decir-date-prisa_b_3747873.html
Yo era anti transportes y trayectos también, pero me fijé en lo bonito e improductivo que es estar simplemente sentada mirando el paisaje durante una hora. Ahora cuando voy y vengo de Barcelona a casa me encanta <3
Mua!
Me gustó este post. Al final, cada vez me doy más cuenta que no es tanto lo que hagas sino quién eres cuando lo estás haciendo, quién estás siendo en tu vida y qué energía te envuelve. De nada sirve conseguir todas tus metas y tener mil reconocimientos en el plano externo si tu estás infeliz, sin escuchar a tu corazón y viviendo estresada y desconectada de tu esencia.
Un abrazo
Exactamente eso!
Uno de los motivos por los que me casé con mi marido fue porque me esneñó algo muy importante. Una vez me dijo. “Judit, hay que saber aburrirse, y tu, no sabes”.
Él me ha enseñado a disfrutar del silencio, me ha enseñado que no hacer nada puede ser tanto o más eficaz que querer hacerlo todo de una vez.
Beisnes.
Judit.
Eso es un buen marido, el que te enseña lo que te falta aprender :)
Deb, has dado en el clavo. Yo me siento culpable si me siento en el sofá a ver una película, pero intento hacer un esfuerzo por cambiar esa actitud que aprendí de mi madre, que no para ni un minuto de hacer cosas incluso ahora que se ha jubilado. Besos y a seguir así!!!
Arrastramos lo que han hecho y dicho nuestros padres o quienes nos hayan cuidado sin darnos apenas cuenta. Lo bonito es ver que no es algo nuestro, sino suyo, y podemos ser distintos :) A tumbarte tranquila, Carmen!
Deb me parece fantástico tu artículo… Me resuena muchísimo. Yo comencé este camino de manera forzosa hace unos años pues al final el cuerpo me hizo detenerme. Y gracias a ello no solo me encontré sino que empecé un nuevo camino de vida.
Pasar de la vorágine a la una vida más consciente y serena no es fácil aún así os lo recomiendo pues nunca vuelve a ser lo mismo y aporta muchas más satisfacciones…
Gracias
A veces las enfermedades son (por mierda que resulten) toques de atención y posibilidades de cambio, si las escuchas y te escuchas. Gracias a ti por leer y compartir!
Hola nuevo Deb
Me ha gustado muchu tu reflexión pero creo que falta un matiz.
En mi caso reconozco que soy una victima de la hiper productivida autoexigida. Y no consigo cambiarlo. El caso es que durante 15 años he perdido tiempo pero no sin hacer nada, lo he perdido haciendo cosas inútiles, incluso dañinas. Al fin y al cabo en otro post tuyo (si no recuerdo mal) te preguntabas de que forma lo que estas haciendo te acerca a tus “metas”. Creo que esta es la clave. No hacer nada no es un regalo del mismo modo que hacer mucho tampoco lo es. La qüestión es saber si lo que haces te acerca a tu estado óptimo en lugar de medir la cantidad de trabajo a granel que haces.
Un lio!
Un abrazo
Hola Pau! Sí, el matiz es totalmente válido desde mi punto de vista también, no es lo uno o lo otro sino encontrar un equilibrio en el que haces lo que haces porque te da la gana y porque te sientes bien con ello, sea trabajo o descanso.
Un petó! Gràcies per compartir sempre! <3
¡Hola Deb! Te sigo desde hace más de un año, pero hasta ahora no me había animado a escribirte. Estoy muy de acuerdo con lo de “aguantar la compañía de uno mismo” para reconstruirse y buscar el tan deseado equilibrio entre la tranquilidad y la productividad. Yo provengo del ámbito universitario donde está bastante prestigiado el estilo de vida “bussy-bussy”, donde la culpabilidad por no haber estado en tal congreso o apuntado a tal seminario está a la orden del día. Por suerte o desgracia llevo casi 10 meses alejada de la académica y, aunque el paro no es plato de gusto para nadie, mentiría si dijera que no he disfrutado estos meses de muchos aspectos de la vida: he descubierto el reiki, he hecho cosas bastante simples pero que llevaba tiempo procrastinando como ir al festival de teatro de Mérida y… ¡he encontrado un amor!
Es que el amor no aparece si no tienes hueco para acomodarlo! :)
Muchas gracias por participar, a ver si te vemos más por aquí, Sara!! <3
¿Quién dice lo que es improductivo o lo que no?. Nos han educado, sobre todo a nosotras, a dar lo mejor siempre en cualquier ámbito. Al sacrificio (odio esta palabra), a darlo todo, al estar cien por cien… al corre-corre… Todo esto lo he desfasado de mi vida desde hace unos meses. Porque todo esto lo mamé de pequeña. Como has dicho tú DEB, mi padre se iba a las 6 de la mañana y volvía a las 12 de la noche, sólo lo veíamos los fines de semana. Mi madre no hacía más que correr para llegar a todo.
Ahora pasado este tiempo ( y que yo también soy madre) ven con absoluta normalidad que yo siga los mismos patrones… y cuando me niego a hacer algo porque estoy cansada o digo ‘no’ > soy un bicho raro… pero raro raro. Porque ‘es lo que toca’.
Creo que son muuuuuchas las cosas que debemos desaprender… muchas muchas… y ahí está la clave. Aprender lo mejor que es para nosotras, empezar desde el punto cero…
Yo aprendí a no hacer nada… y me costó muchísimo. No hacer nada no es tirarse en el sofá y ver la tele, ya estás haciendo algo. O sentarte a leer un libro, ya estás haciendo algo. Es no hacer.
Me tumbo diez minutos o quince cuando lo necesito (aunque debería ser una buena costumbre diaria para desconectar)…. no hago nada. Y no me siento mal por ello, ya no. Y lo curioso es cuando me preguntan… ¿estabas haciendo algo? y yo digo…. : sí, nada. :)) Y no me siento mal.
Aysss cuánto tenemos que desaprender… Un abrazo para todas (y perdonad por el rollazo).
Sí, de nuevo, desaprender. Y aprender a decir que no y a marcar tus propios términos y condiciones y tus maneras de hacer las cosas. Me alegro mucho de que ya estés ahí.
Abrazos para ti también! Y no te disculpes por el rollo que más rollo pego yo y al final solo lee quien quiere leer :)
Hola Deb! Cuanto disfruto de tu nueva perspectiva, es un soplo de aire fresco entre tanto agobio para emprendedores….nadie te cuenta este tipo de cosas, y es muy importante, sobre todo si se lee de alguien que ya ha pasado por elllo. Mil gracias una semana más! Y a descansar! Jeje
Muchas gracias a ti! <3
A veces cuando estamos callados le pregunto a mi marido “¿Que estas pensando? y el me dice “Nada” mi respuesta es “¿Como que nada?” No se puede estar sin pensar nada. Pero claro, soy yo la que no puede estar sin pensar nada o con las manos quietas.
Otras veces maldigo este afán de igualdad que nos hemos impuesto las mujeres y que nos hace exigirnos a nosotras mismas ser mas y mejores frente a los hombres que francamente creo que les da igual porque ellos siguen pensando lo mismo. Les da igual que seamos mas mujeres en la universidad o que alcancemos puestos de éxito. El que quiere ayuda en casa y el mal de la cabeza asesina a su mujer.
Y te doy la razón Deb hay veces que creo que se me va la vida si apenas saborearla por no poder sentarme solo mirando el horizonte sin sentirme vaga.
Y si era poso aún oímos en la televisión “señora con éxito” que nos plantea renunciar a nuestros hijos y demás para estar dispuestas siempre a coger un avión, reuniones interminables… con el fin de triunfar y alcanzar un alto cargo. ¿Que ver dormir a tu bebe recién nacido no es alcanzar un alto cargo, el de mama.
¿Estamos evolucionando o nos estamos convirtiendo en burros con orejeras?
Ya, hija, es una evolución un tanto sutil, o hay que estar muy despierta para evolucionar y no ser una burra con orejeras! Pero con atención, poco a poco… vamos dejando las orejeras (aunque sigamos siendo un poco burras, eso no sé si cambiará!) ;)
Me viene a la cabeza la frase “trabaja para vivir y no vive para trabajar”. Y también la de “no es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita”. Si las mezclamos, pues nos podemos dar cuenta de que si uno no necesita grandes cosas en su día a día, salvo pagar los gastos básicos (claro, lo que para uno es básico no lo es para otro, pero ahí está el “menos necesita”) y poquito más, si disfruta de otras cosas y con otras cosas que igual requieren tiempo pero no dinero, con sacar lo suficiente para vivir uno ya lo tendría todo para ser feliz sin querer ser el que más acumule, más alto suba y más dinero gane. Cubrir las necesidades básicas es, lo dice la palabra, básico. Tener un poquito para ahorrar es conveniente. Pero acumular… o matarse para tener el mejor sofá de la tienda si luego no vas a encontrar el momento de plantar el culo en él un rato y charlar con tu familia/leer un buen libro/descansar o lo que sea, no tiene mucho sentido.
Entonces, para mi, trabajar es necesario para vivir, pero ¿cuánto necesitas trabajar/ganar para ser feliz?
Un saludo.
Ahí cada uno tiene sus baremos, y cada uno tiene que encontrar los suyos y además cada uno tiene que aprender a respetar los de los que nos rodean (que también es otra tarea nada desdeñable).
Un abrazo, gracias por aportar este nuevo punto de vista.
Me ha gustado mucho tu artículo, es lo que he leído tantas veces en los blogs sobre minimalismo y que tanto me gusta. De hecho esta semana leía este post sobre descanso deliberado que también me ha gustado mucho: http://homominimus.com/2014/10/04/descanso-deliberado-un-manifiesto/
En mi escala de valores el tiempo es una prioridad.
Me lo guardo para más adelante, que es muy largo y necesita atención! :)
Gracias, Marina!
¡Hola!
Me ha encantado este post. Das en el clavo. Vivir para fuera, olvidándonos de nosotros por dentro. Así viví toda la primera parte de mi vida, atosigada por la presión externa, pretendiendo dar siempre el 100% en todo, o sintiéndome culpable por no haberlo dado. Agotador. Por suerte pude cambiar el chip (¡la terapia hace milagros!).
Hoy he hecho un parón en mi carrera profesional. Me he mudado de país con mi familia y he decidido dedicarme un tiempo a cuidar de mi bebé, a aprender el idioma, a adaptarme, a mi blog, a escribir ese cuento que hace años tengo en mente, y, en fin, a vivir este momento y a tomarme la vida con más calma.
Y soy muy feliz en esta nueva etapa. Y mi familia también.
Pues, cada vez que vuelvo a España, siempre, siempre, siempre hay alguien que me recrimina el no estar haciendo nada “productivo”. Parece que si no tienes un trabajo al uso, o no haces algo que tenga una contraprestación económica directa, no estás haciendo nada útil. ¿Estamos locos o qué?
Por suerte, hoy ya no cedo a esa presión y continúo con mi vida feliz, viviendo como yo quiero y haciendo las cosas a mi manera.
Y ojalá cada uno hiciese lo propio con la suya, sin juzgar la de los demás.
Gracias por tu blog, es muy inspirador.
Saludos,
Olalla
Esa es la visión, tristemente, todo lo que no da dinero es improductivo. Yo misma lo veo así sin darme cuenta. Hacer el camino opuesto cuesta una trabajera impresionante!
Te deseo que continúe la felicidad en tu nueva vida! No hay nada como alejarse para ver claro, verdad? <3
Me están gustando los artículos de esta nueva temporada porque hay momentos en los que me siento bastante parecido. Me encanta planificar todo y no perder ni un minuto de mi tiempo, pero poco a poco me he dado cuenta que momentos de desconexión y descanso son supernecesarios para que los de trabajo sean más productivos, los coja con más ganas y sentirme un poco más motivada porque veo que en algún momento va a haber recompensa.
Gracias por acompañarnos cada martes ;)
Gracias Lorena!
Y después de leer tu post, se me ha antojado irme a la montaña a pasear! y es lo que he hecho ajajja, y eso que acabo de volver de vacaciones… Pero oye lo bien que me ha sentado. Ahora inspirada para seguir trabajando.
La verdad es que me está costando un horror tener esos momentos para descansar y no hacer nada. Pero día a día estoy trabajando en ello. Necesito descansar, salir y tomarme mi tiempo sin sentirme culpable.
Me ha gustado mucho esta entrada.
Besos
Es que todo eso también es vivir, y vivir es productivo se mire por donde se mire. Las experiencias te enriquecen. Incluso las más simples, o las más “nada”. Así que a vivir más :) Un beso, Ana!
Hola!!
Estamos condicionados de forma permanente. Cuando hacemos la reflexión y observamos en la distancia, somos capaces de saber por qué entramos en esas dinámicas sociales y ahí es cuando podemos corregirlas y adaptarlas a nuestra apetencia y a nuestros gustos.
Es cuestión de opciones. De escoger o dejar de escoger que en definitiva es lo mismo.
La vida no es bonita ni fea ni nos “obliga” a nada simplemente ES.
La mirada nos brinda la realidad. Besos!
Qué preciosa tu aportación, Gloria! Muchas gracias! <3
En una empresa es díficil descansar y más si quieres que funcione. Pero en realidad descansas o tienes momentos de improductividad más de los que creemos. Cuando vas a por el pan, cuando comes , cuando duermes, y cuando te duchas. En realidad, ir al campo es hacer algo, pensar es hacer algo, incluso tumbarte es hacer algo, porque descansas.
Mi empresa funciona y no le dedico muchas horas a la semana. Supongo que depende de cuánto quieres que funcione o cuánto te exiges a ti mismo… Todo son medidas.
Y yendo a por el pan o comiendo o duchándome no descanso. No todo lo que no es trabajar es descanso. Al menos para mí no, no me sirve. Antes lo usaba como parapeto y podía decir: me doy una ducha y así hago una pausa. Pero no, no me servía realmente. Si a ti sí, te envidio mucho!!!! :)
Un beso, Juanma!
No sé si es necesario estar inactiva para poder hacer una reflexión. De hecho, yo la hago continuamente en base a las actividades que descarto, a las que les pongo más interés, y en cómo configuro mi actividad diaria.
Creo que no es la reflexión, sino la acción, la que nos descubre a nosotros mismos. Y que es por medio de lo que hacemos (y no lo que pensamos) con lo que encontramos el propósito vital.
Esto no quiere decir que haya que ponerse enfermo ni mucho menos, ¡todo lo contrario!
Descartar lo que no sirva, y seguir con lo que sí lo haga, pero en movimiento.
Yo creo que no es ni lo que hacemos ni lo que pensamos, sino más lo que sentimos! Aunque en realidad probablemente sean las tres cosas juntas, las que como tú dices, merecen ser analizadas para poder sacar conclusiones válidas.
Cada persona necesita equilibrarse con lo contrario a lo que ha hecho siempre “por defecto”. Yo necesito parar, igual tú necesitas moverte. Lo importante es saber lo que A TI te funciona.
Un beso!
Hola Deb, no sabes cuántas similitudes tienen tu proceso personal y el mío. Ayer mismo trataba este tema en psicoanálisis, aunque a mi me pasa fundamentalmente con el tiempo libre: si no hago planes nuevos y emocionantes cada hora del fin de semana, me entra el bajón. Que no estoy haciendo nada con mi vida, con lo exitosa que parecía que yo iba a ser, con todo mi potencial, etc. He conseguido no sentir que pierdo el tiempo cuando por ejemplo se me pasan las horas volando en pinterest, por que al fin y al cabo es lo que me gusta hacer, pero sigo necesitando hacer planes “memorables”, algo con lo que sienta que verdaderamente estoy aprovechando el tiempo, que me enriquezca vitalmente. Y luego hago esas cosas y me quedo como si nada, no me dan subidón, no se disfrutarlos.
Me encantaría saber si además de con el curro, te pasa lo mismo con el ocio, con la ‘improductividad de sofá’.
Mil gracias y un abrazo, compi de proceso ;-)
¿Has probado tú a ver si te da algún tipo de disfrute o subidón quedarte en casa sin aspirar a nada emocionante? Quizás al principio duela, pero me da que poco a poco podrías descubrir una nueva parte de ti, esa que no exige que las cosas sean memorables y súperespeciales. Quizás ahí esté tu crecimiento, en entender que lo memorable es estar donde estás y disfrutarlo sin más.
Porque anda que no duele más darte cuenta de que haces montón de cosas y ninguna te llega… Y te lo digo, respondiendo a tu pregunta, porque sí, me pasaba igual. Ahora, como decía con el post de la semana pasada, lo que elijo hacer lo hago estando plenamente presente. Y ciertamente estoy disfrutando más, de una manera muy distinta, nada exigente.
A ver si logras ir llegando también…! Es lento, pero se nota! :)
Hola Deb, que razón tienes, estoy pasando por una época de improductividad relativa, me cuesta mucho ponerme a trabajar en casa, creo que en cierta forma tengo demasiada presión encima que no me deja hacer nada, mis amigas todas tienen su trabajo, incluso familia ya y no puedo evitar compararme con la gente “normal”. Parece como si estuviera perdiendo el tiempo porque todo lo hago súper lento y no obtengo los resultados que esperaba. Hay días que rompo a llorar porque siento mucha frustración y me siento un bicho raro. La verdad que se me hace súper difícil esta situación porque quiero ser productiva y no lo consigo.
Un saludo y gracias por tus artículos!
Yo con esto sólo me sale preguntarte: ¿qué crees que es “normal”? ¿crees que los demás lo hacen todo estupendamente y no sufren nada o es solo la parte que ves o te dejan ver?
Lo normal no existe. No existen tampoco los bichos raros.
Tú eres tú y ahora mismo estás lenta, pues acéptalo y mira a ver por qué puede ser, de dónde te viene la lentitud. Porque seguro que no eres lenta para todo, seguro que hay cosas que haces con ganas.
Aprovecha que no te sale trabajar para dedicarte a explorarte un poco más. O a no hacer nada de verdad, hasta que no puedas más de estar sin hacer NADA. Porque a medias, luchando todo el rato con las ganas, tampoco se hacen cosas productivas.
A investigar, Sara!
Muy interesante la reflexión, muy necesaria para las/los que nos cuesta estar “sin hacer nada”. En mi caso, es algo que forma parte de mi manera de ser. Y mis peques, el ser madre, es lo que me está haciendo aprender a disfrutar de “no ser productiva”.
Antes de tener peques, no me sentía mal cuando “no hacía nada” porque realmente disponía de bastante tiempo para mí. Si veía una serie o me tumbaba a descansar con mi companion no estaba pensando en hacer otra cosa. Después, durante los primeros meses de ser madre, estuve en modo super productivo, porque sentía que tenía que aprovechar cada momento “libre” y a la vez me empezó a entrar el gusanillo de, y si montara un proyecto yo? Así que me sentía super orgullosa de tener una lista de hasta siete (siete!) áreas en las que conseguir algo cada día (desde hacer algo en la casa, comer algo sano, escribir un poquito o hacer algo para el blog…). Demasiadas cosas para completar. Con el tiempo, he ido dejando caer cositas y to do’s porque sinceramente era un desgaste pensar constantemente en la siguiente cosa por hacer, incluso en mis momentos más sagrados, es decir, el tiempo en familia (que con pequeños quiere decir casi todo el rato!).
También tengo la sensación de que (aunque parezca un tópico) todo va demasiado deprisa. Y no como podíamos decirlo hace cinco años. Pienso que la “prisa” constante que estamos viviendo (en como gestionamos el trabajo, como consumimos información, etc.) se está desmadrando de verdad. A lo mejor nos empezamos a dar cuenta pronto, porque a lo mejor llegamos al límite se lo que se puede soportar para vivir bien! Y el tema crisis no ha hecho sino aumentar la prisa y la presión.
Por eso, no sé si cuando tienes un negocio propio puedes darte un respiro. En mi caso entiendo perfectamente la sensación de cómo cambian las cosas cuando te paras, aunque sea respecto a hobbies y proyectos que no son (aún? : ) tu sustento. Pero creo que cada vez más gente nos planteamos una vida más equilibrada, e igual que podemos decidir, si tenemos suerte, trabajar a tiempo parcial, podemos plantear un modelo de emprendedor más “gentle”, amable, sereno.
Gracias, Verónica! Muy buenas aportaciones, sobre la prisa y el nivel de velocidad de todo lo que nos rodea. Y sí, por suerte creo que se está normalizando entre la gente lo de ir más de acuerdo a nuestro cuerpo y a nuestras ganas… Me encanta ver que algo tan bonito crece y crece y ocupa sitio en los blogs y en las mentes!
Sí hay otra forma de emprender. De verdad, sí la hay. <3
Hace ya un buen rato decidí que esta vez iba a comentar: algo tiene esta entrada porque nos estás animando a muchas de las que te leemos en silencio a participar. Tengo 30 años y he logrado escapar a todas las expectativas puestas sobre una mujer de mi edad: vivo de una forma que podría llamarse “precaria”, mi madre y mis amigas se preocupan porque no cotizo (no así mi pareja que ve la vida como yo), pero trabajo lo justo y necesario para vivir como quiero en esta sociedad trastocada de valores elegidos a dedo por gente que ni somos nosotras ni es como nosotras.
Mucha gente que me quiere desea hacerme infeliz para salvarme de mí misma… Es muy bonito en el fondo pero bien que toca las narices No es solo vivir para los demás, es vivir para tu “yo” del futuro mientras la del presente (que es la “tú” de verdad) se hace pequeña… Durante mis 20/21 años mi sensación de inmortalidad se cayó con todo el equipo luchando contra un linfoma al que le gané la partida por la mano. ¿Y lo que el entorno me dice es que viva pensando en la vejez? ¿Con miedo al por si acaso? Uy… lo lleva claro.
¿Mi vida sería menos precaria si tuviese un trabajo que me diese una falsa sensación de seguridad mientras se me solidifica el cemento en torno a los pies? No, claro que no… sólo menos mía, pero cualquier día puedo verme en la calle, así que lo mejor es tener la calle bonita y bien acondicionada. Conocí tu blog haciendo el curso de http://viviralmaximo.net/ “El nicho perfecto” porque quiero que mi calle sean todas y ninguna, sin hipotecas. Aquel día me pasé toda la tarde leyendo posts y no hice ningún ejercicio… ^^ Amé a primera vista “La importancia de ser vaga”. En fin… ¡me gustas en todas tus maravillosas contradicciones!
Con permiso (que pido porque este comentario empieza a tener tamaño tesis doctoral) dejo un fragmento de Ortega y Gasset, escrito hace un siglo, porque inevitablemente me has retrotraído a él. Por mucho que parezca que avanzamos, seguimos en el mismo sitio. ¡Gracias por plantarte cara y compartirlo! Un abrazo.
“[…]suele tener aquí la vida una estabilidad plúmbea y una monotonía aldeana. Cada cual entra en el carril de su oficio, atrozmente rígido y preestablecido, y suele, hasta la muerte, seguir en él, sin ensayar usos nuevos, sin protesta ni brinco.
(Pero hay también) criaturas errabundas e indóciles, decididas a no disolver sus instintos en las formas convencionales de vida que la sociedad ofrece e impone. Temperamentos tales tienen que fracasar en una época como la nuestra, tiranizada por principios de hipocresía. […]
El triunfar en la sociedad es un síntoma, a veces, inequívoco de una cierta clase de virtudes: al hombre que lo consigue solemos llamar eficaz, decimos que sirve, y la eficacia es un valor positivo que estoy muy lejos de negar. Pero me parece una perversión de nuestro tiempo que ese valor sea el único estimado o, cuando menos, el más estimado. Merced a ello hemos desalojado del mundo todo lo exquisito, porque todo lo exquisito -¡qué le vamos a hacer!- es socialmente ineficaz. […]
Mirada desde sus resultados, la vida vagabunda e inadaptada es una cantidad negativa. Pero mírese a ella misma, al movimiento interior del espíritu, indócil, inquieto, arisco, exigente, que no se deja modelar por las imposiciones del medio, que prefiere ser fiel a su individual destino, aunque esto le cueste renunciar al triunfo en la sociedad”.
(El Espectador, “Ideas sobre Pío Baroja”- III “El tema del vagabundo”)
Estoy completamente de acuerdo con lo que escribes. El parar no significa echarlo a perder todo. Es el descanso del guerrero que para poder seguir en la batalla necesita parar completamente al menos unas horas como bien dices para reconstruirse, para reponerse, para tener la cabeza lúcida y seguir ideando victorias. Y hablo por experiencia propia.
Buenos dias, o casi tardes, Deb!
Yo me siento muy improductiva, pero por practicamente todo lo que tu has enumerado, yo nolo hubiera podido explicar mejor, de ninguna de las maneras (y de hecho, le he mandado el link a mi marido, que me presiona mucho, y que quizas este leyendo mi comentario). Me da igual! En resumen, llevo trabajando desde los 20 años, a muy alto ritmo, sin gran exito profesional pero bastante bien remunerada hasta hace unos 4 años… un trabajo puntual de unos 8 meses, con una baja de 2 porque me rompi un pie (yo creo que de pura presion) y ahora tengo 47, y tras un batacazo empresarial, me gustaria poder relajarme un poco, a pesar que el papel de madre no me deja libre del todo y ahora el papel de “ama de casa” lo unico que hace es embrutecerme y sentirme mas que inutil…. perdon, estoy bajilla de moral hoy…
Desde mi paron de trabajadora asalariada, empece a ver que la vida era otra cosa que trabajar y trabajar, que eso no era vivir y que me estaba perdiendo mucho de la vida y sobre todo de mis niños, mi motor…
La verdad es que me gustaría, querría vivir una “slow life”, pero no se hacerlo, aunque lo intento… pero tu reflexion ultima ya ha sido la puntilla…
<>
Para mi no, VIVIR NO ES, para nada, IMPRODUCTIVO.
Para mi, no vivir si que es improductivo para uno mismo y para los que viven contigo.
MIL GRACIAS por este post.
Bss, Deb!
Esta semana justo me han propuesto trabajar un día más a la semana. La cuestión es que ya trabajo de lunes a sábado, con lo que me quedaría sin él ÚNICO día de descanso que tengo a la semana. El pensar casi sin dudar que ni loca me iba a poner a trabajar todos los días (tengo que decir que aunque trabaje de lunes a sábado, son pocas horas al día) me hizo pensar si era una vaga y si no me importaba el dinero de más que cobraría. Y llegué a una conclusión parecida a la tuya: me di cuenta de que valoro mi tiempo casi por encima de cualquier cosa y que necesito esa improductividad que me da el descansar los domingos (o al menos la libertad de pensar que puedo emplearlo como quiera). A veces estamos demasiado ocupados pensando en todo lo que podemos o tenemos que hacer para ser mejores ante los demás sin pensar en lo que realmente queremos nosotros y lo que nos pide nuestro cuerpo.
Me gusta esta nueva Deb reflexiva, gracias por compartir con nosotros.
Vivir va mucho más allá de la productividad o improductividad, conceptos inventados para precisamente dejar de vivir. Despues de muchos años acelerada a más no poder, con dos hijos y viajes de avión, y reuniones interminables, y mañanas sin verles despertar, ha llegado el momento de empezar a vivir. Lo que no está reñido con hacer. Se puede vivir haciendo, creando , pero desde la conciencia, desde el equilibrio. al menos es el camino que he elegido y el que por ahora me hace más coherente y feliz. Bsos. Vir
Yo digo que en la vida el equilibrio es clave, casi nunca los extremos ayudan pues nos desenfocan… Así que quizás la felicidad esté a mitad de camino entre la actividad desenfrenada y sin sentido real y la apatía profunda que te hace sentir enfermo…
Para mi el problema está en dónde ponemos realmente las prioridades y la importancia de cada cosa…Yo he estado inactiva durante un periodo largo de tiempo y me alejé para no dejarme influenciar con el tipo de discursos que comentas..nunca me sentí mal, aproveché ese tiempo para lejos de ruidos encontrar lo que YO deseaba hacer, aquello -como siempre hablamos- con lo que “no volver a trabajar ni un sólo día de mi vida”…y lo encontré y le dedico más horas que un reloj, pero lo disfruto tanto¡¡ que siempre merece la pena.
Me puse un horario de trabajo de modo que mis tardes fueran libres para decidir que hacer (esto funciona cuando tu objetivo es vivir y no acumular) y resultó que igual le dedico muchas tardes porque me gusssta enormemente¡¡¡
Pero si me paso una tarde entera tirada leyendo o viendo la tv no me siento mal, tengo mis tareas ya hechas y se por cierto que el descanso es FUNDAMENTAL para ser productiva…además es en las tardes cuando se me ocurren las mejores ideas..casualidad?? no lo creo….
Entiendo súper bien lo que dices Deb y lo que comentáis casi todas, y debo confesar que yo sólo pude salir de ahí alejándome de mi familia y la sociedad que conozco, supongo que soy demasiado débil para ir a contracorriente pero al final, lo importante es el resultado no? Y lo conseguí, encontré la forma de vida que me hace feliz..y esta es sencilla, tranquila y con momentos “altamente improductivos” que son los que me dejan sonrisas y recuerdos al final del día..no es eso lo que hace que la vida merezca la pena?, No quiero contarle a mis nietos las horas que eché en la oficina, quiero contarles las veces que me perdí haciendo una excursión o recomendándoles libros que a mi me cambiaron la vida…
Adoro leerte Deb, pero adoro en igual medida la generosidad de todas las personas que comentan y responden a tu propuesta…leeros me llena siempre siempre de mucha felicidad y esperanza..
Gracias a todas y un beso transoceánico¡
Qué lindo, leerte. te encontré hace poquito en la red y sabés qué, no fue casualidad porque andamos experimentando parecido. Tras algunos viajecillos y muchos trabajos, me he tomado mi tiempo en el campo con mi familia. El primer intento me costó mucho y nos terminamos mudando a otra ciudad. Pero ahora, hace unos meses regresamos completamente renovados y con nuevo espíritu. Tardó, pero el cambio dejó sus enseñanzas y después de eso, es casi imposible volver al sistema corporativo. Mis ingresos se redujeron, sí, pero la satisfacción que estoy encontrando es pura energía vital. Me cambió el humor y la mirada del mundo. Al fin y al cabo, los frutos caen de los árboles y muchos vuelven a la tierra. Eso no es un desperdicio. Es otra forma de plantearse el sistema de producción, no? Gracias, guapa.
Si tienes ganas puedes mirar mi blog http://www.marielfatecha.blogspot.com
Me encanta esa nueva visión, esa reestructuracion del camino,
Espero que podamos cambiar el chip de la productividad por el bien de nuestras cabezas…
Un saludo!
Deb,
Antes de todo, pido perdona por mi ‘portuñol’! Recuerdas que intento a escribir para comunicarme con ustedes, pero aún no domino el idioma! En breve…
Después de tu break, pienso que te ha ocurrido como un click interno… de vida, de razón, de corazón, de emociones, de empezar a ver que hay opciones a elegir caminos que se quiera recorrer en esta nuestra única vida. Por fin, de repensar que esta por fuera y poner la mirada a dentro. En el que y quien nos interesa y que peso poner en las cosas que nos hagan sentir bien y en equilibrio. Bien, yo pase por esto, aún paso, y no quiero interrumpir el que empecé. Está bien, mismo con alzas y bajas! Hace poco, yo llame a este periodo de ‘existir’, aunque sé que debemos producir para sobrevivir… es necesario! Su artículo es más una oportunidad de reflexión, estoy de acuerdo y también sé como es difícil romper con lo que nos imponen por toda la vida. Pienso que hay un momento en que cada una de nosotras (mujeres en especial) descubrimos como plantear todo de una manera agradable y feliz. Puesto que la vida es ahora, el tiempo pasa y todo puede cambiar a toda hora!
Gracias, una vez más por compartir! Besos, desde Rio-Brasil.
Cristiana
Reflejas justo una de las preocupaciones más grandes que tengo. Ahora mismo mi vida está configurada de tal manera que todos me miran mal porque no hago gran cosa. Sin embargo el año pasado y el anterior cuando me mataba a estudiar y hacer cosas, estaba enferma pero la gente me miraba con aprobación.
Llegué a la conclusión de que primero estoy yo, y luego ya los demás. Así que cambié mi forma de vivir, ahora me quiero más y me cuido.
Gracias por escribir entradas así, reconforta leerte.
Bueno Deb, esto de la inactividad cuesta mucho. Yo lo tengo presente de hace tiempo, ahora empiezo hacerlo, no se lo que durare…aveces esta tan metido en el disco duro, uff que es un trabajo que seguro que va acompañado de otras historias. En mi caso seguro, porque creo que viene dado de una falta de reconocimiento, busco el reconocimiento y por eso hago y intento ser prefecta (cosa que no existe). Empiezo ha reconocer eaoa patrones y me fijo que eso no me hace feliz, al revès, el efecto acaba siendo el contrario.
Muchas gracias!!!!
Hola Deb! Sí que es peliagudo el tema de esta semana. Yo me he encontrado sin querer en una época de hiperproductividad. Llevo años pasando de un trabajo a otro, cogiendo lo que me sale porque no se me caen los anillos de trabajar en cualquier cosa que no sea mi profesión. Durante un larguísimo año en paro, escribí una novela, la presenté a concursos, editoriales… y, justo cuando me la van a publicar, saco una plaza interina temporal en unas oposiciones. Llevo 6 meses de agotamiento total, angustia porque se me escape algo de la edición, por quedarme dormida una mañana después de haber trasnochado corrigiendo ante el ordenador… y tanto esfuerzo, no me da más que para conseguir llegar a duras penas a fin de mes. Yo no podría permitirme el lujo de tirarme al monte decidiendo que quiero vivir de la escritura, no por lo que diga la gente, sino porque las facturas llegan puntualmente cada mes, y vivir de esta manera no es vida. La verdad, es muy difícil controlar las presiones externas y el destino, no siempre se puede decidir si quieres ser improductiva, en mi caso, ¡de la improductividad salió un libro!
Es leerte y verme a través de tus palabras. Completamente de acuerdo, la sociedad nos inculca unas creencias que están tan arraigadas, que deshacerse de ellas (sin sentirte culpable) y disfrutar de la liberación, es un camino difícil de recorrer y más cuando tienes tanto a tu cargo. Yo aún estoy en el camino, pero al menos soy consciente, de que esto tiene que cambiar y que debo regirme por lo que verdaderamente yo considere que me vale a mi. La clave está en empezar a andar…y no parar.
Hola!
Es la primera vez que escribo um comentario aquí, pero tus palabras hicieron tanto sentido que no podía dejar de o hacer.
Un texto tan valiente. Me ví a través de tus palabras… Porque la verdad és que cuando por algún motivo voy más lenta me castigo “con frases feas y palabras feas y sentimientos feos”.
Me gustaría tener el valor de hacerlo también … Pero es como has dicho las convenciones sociales y familiares, la presión es demasiado dura y nos hace pasar por debajo y que te olvides de venir a flote para respirar e hacer nada. Sinto que con el paso del tiempo nos olvidamos de cómo hacerlo, cómo gestionarlo. Creo que se necesita valentia y también humildad para aceptarlo y todos enfrentar, especialmente a nosotros…
Muchas gracias por tus palabras y pensamientos que realmente hace que me detenga (aunque que por un ratito ;) )…
p.s.: por favor perdona mi español…
Hola Deb!
Una vez mas es tan sabio y lógico todo lo q dices q es inaudito q no se de como por sentada tanta verdad!!
Acabo de quedarme en paro hace un mes y en lugar de disfrutar de ese tiempo libre recuperado para poder estar mas tiempo con mi hijo, me he dedicado a torturarme mentalmente por la sensacion de improductividad q tan bien describes.
Pero es tan dificil reeducar la mente!!! y no digamos a las personas…yo lo quiero intentar…pero me temo q mi economia no se lo puede permitir…o sera eso también una excusa mas??
Gracias Deb.