Me he pasado la vida en búsqueda. Soy una buscadora nata, cuando no es una cosa la que quiero encontrar acaba siendo otra, pero siempre hay algo. Una de las búsquedas más largas y complicadas de mi vida tuvo que ver con el trabajo.
Nunca tuve vocación y ya desde pequeña mis ideas sobre lo que quería hacer con mi vida profesional iban cambiando tan rápido como el clima. Se mantuvieron igual en la adolescencia, en la juventud y nada cambió al llegar a adulta. Hacía siempre cosas diferentes, probaba trabajos distintos, estudiaba materias variopintas y creaba planes de empresa múltiples. Honestamente, creía que algo estaba muy mal dentro de mí para no poder quedarme con nada, para no ser capaz de elegir y permanecer mucho tiempo desarrollando lo que fuera. De hecho, llegué a crear hasta tres empresas distintas antes de darme cuenta de que seguían sin ser exactamente lo que yo quería.
…
Un día decidí sacarme una señal de stop a mí misma y no dejarme pasar hasta haber encontrado la solución a ese problema. Y lo llamo problema porque para mí lo era, pero podría no haber sido un problema si yo lo hubiera vivido de otra forma (si yo hubiera sido de otra forma, más bien), porque, ciertamente, cambiar de trabajo y de intereses a menudo no tiene por qué tener nada de malo de por sí y hay quien hace de ello su modo de vida de forma muy natural y emocionante.
Si hubiera sido mi caso, no habría tenido que seguir buscando con la constante sensación de insatisfacción pegada al pecho. Si hubiera sido mi caso, habría seguido volando libre y feliz de flor en flor: ahora aprendo esto, ahora lo otro, ahora monto esta empresa, ahora la otra, ahora soy una cosa y ahora la otra. Nada de malo, mucho de bueno, pero para otras personas. No para mí. Quizás para ti sí.
…
Yo sabía que pese a que parecía querer cambiar siempre y a que no podía decidirme por ninguna de las maravillosas ideas y los millones de sueños que se me ocurrían a diario, dentro de mí había algo gritando fuerte para ser escuchado. Algo que aparentemente me hacía renunciar a mi supuesta libertad (¿por qué elegir si puedes tenerlo todo?), pero algo que me iba a dar la auténtica libertad que tanto andaba buscando: una sola empresa, una sola profesión, la mía, la que sintetizaba lo que yo era y lo que yo quería. La idea me aterrorizaba, pero en el fondo me hacía sentir calentita y cómoda, como si vislumbrara un cierto tipo de hogar. Un nido. No un nido que tenía que crear cada vez y que no exigía ningún compromiso, sino un nido permanente en el que poder desarrollarme con amplitud. Lo que más miedo me daba era lo que más deseaba. Yo. Quizás tú deseas lo contrario.
Las mil ideas y los mil sueños eran mi manera de escapar continuamente, de no hacerme responsable, de no dar la cara por algo que me importase de verdad y ver si la cosa me salía o no me salía con todo el riesgo de llevar pegado en la frente un cartel diciendo “esto era lo que realmente querías y al final no te ha ido bien, será que no eres tan buena como te creías”.
…
El día en que me puse la señal de stop delante de los morros fue el día en que empezó la búsqueda real, donde pude juntar la información que había recopilado sobre mí misma y mis experiencias anteriores y, con mucha paciencia, fui tirando de un hilo que me llevó más al centro de mí misma y que logró dar forma a algo que sí se parecía a un nido en el que yo quisiera invertir mi tiempo y mi talento y que pusiera a prueba mi orgullo, mi vergüenza y mi vulnerabilidad.
Es un paso pequeño pero implica un solo gesto: decirte a ti misma que ya es suficiente y detenerte antes de seguir avanzando. Un stop obligado pero amable. Una pausa que lejos de hacerte perder el tiempo, te ayuda a ganarlo.
¿Es hora ya de sacarte la señal de stop en algún aspecto de tu vida o de tu negocio?
Un abrazo,
Motivadores los comentarios. Gracias. Aún no he tenido el tiempo de leer todos tus correos que me han llegado, pero de todas formas agradezco el envío.
Muy chulo el concepto para invitarnos a parar… yo me encuentro señales de stop cada vez que me sucede algo personal importante, o en los días de vacaciones y desconexión. Mientras estoy parada (o al menos mientras mi mente incansable se calma un poco) suelo ver con claridad lo que es importante para mí, y eso me ayuda a ver hacia donde ir cuando vuelvo a arrancar : )
Sin silencio no hay música, así como sin parada no hay actividad. Yo me encuentro precisamente en ese momento, donde ya no puedo buscar más (de momento) y estoy ordenando toda la experiencia vivida para poder ofrecerla a los demás de forma útil. Oye Deb, y eso de que nunca has tenido vocación, no me lo creo mucho… La vocación en origen significa “llamada”, y parece que la tuya suena fuerte. Un abrazo y gracias por tus artículos!
Como todo lo que escribes, parece que llega en el momento adecuado.
Sabes poner en palabras (yo lo he intentado pero no me sale) lo que me ocurre exactamente. Me alegra ver que no estoy sola y que hay esperanza para mí.
Me pasa exactamente lo mismo! pero aun no he podido tirar del hilo, no sé si por miedo o por que no soy capaz de mirarme adentro…pero esa sensación de revolotear sin parar y en el fondo querer parar en una sola flor, sin saber aun qué tipo de flor…la tengo;
muchas gracias por tus artículos
Jaja! No acababa de ver lo de la señal de stop, pero ahora creo que yo también usé una de esas! En mi caso era que durante años había perseguido objetivos por los motivos equivocados y cuando ya estaba de camino o incluso cuando había llegado me decía: “Y por qué quería esto en primera instancia?”
Ahora sigo probando cosas y experimentando en qué ámbitos puedo tener más impacto pero, he metido semanalmente estos momentos de “unloading”, de parar y pensar un poco en lo que estoy haciendo y por qué. Así el camino es algo menos tortuoso.
Mira, te regalo un fragmento de un post de Ibone Olza que me ha llegado hoy y me ha gustado muchisimo, el texto es de Jose Luis Sampedro :)
Hazte quien eres: hay que hacerse quien se es, y todos somos distintos. Pero lo que quiera que seas desarróllalo al máximo. Cada cual debe aspirar a ser lo máximo que pueda ser con sus condiciones. Y de esa manera devolverá a la vida de todos, la vida que ha recibido él.
Tengo 94 años y me considero un aprendiz de mí mismo. Todavía aprendo a ser quien soy. Y me moriré sin haber acabado, pero he hecho todo lo posible: hazte quien eres y hazlo fervorosamente. Y hazlo entregado a eso y en solidaridad con los demás, porque sin ellos no somos nadie. Sin doblegarte, sin hundirte, sin ceder, sin creer los inventos de los que quieren explotarte. No te rindas!
José Luis Sampedro 2011
Para todxs los que a veces necesitamos pararnos un poquito, para aprender a ser quienes somos :)
Gracias Consuelo <3
:)
Gracias Deb. Siempre te doy las gracias pero es que cuando te leo me siento tan identificada que parece que lo haya escrito yo misma. Estoy haciendo el Ideatorio y aún así ¡aún así! no me había parado a sacarme la señal de Stop. Y la verdad que algo estaba demasiado agitado y no me estaba concentrando en ninguna tarea en concreto por querer o creer que buscar el la solución, sin parar ni un segundo. Hoy me detengo. Y me centro en seguir tirando de ese hilo que, como tú dices, en mi corazoncito siento que me va a llevar a ese nido cálido. Gracias. Otra vez.
tal cual, me siento muy identificada… Lo malo es cuando no terminas nunca o acabas de darle forma a algo lo suficiente como para que sea rentable… Y allí ir de flor en flor se hace más difícil de llevar. Cuando tengo lo que quiero y parece que solo es questión de foco y difusión eso ya me está aburriendo y aparece alguna nueva idea en mi cabeza que me parece mejor y más interesante…
Y es por eso que a mi me cuesta de sostener el ser así…
Experiencias distintas… Mismas sensaciones. ¡Gracias! Hoy tus palabras han sido mi espejo… Vulnerabilidad, miedo al compromiso, vergüenza y, al final, confusión.
La idea de crear mi propio nido y dejar anidar en él todas mis ideas, mis sueños, mis conocimientos, mis dudas, mis ganas de más, y también de menos… Creo que es la única manera de encontrarme cara a cara con esa vocación que no aparece. O con lo que quiera que sea. Gracias ❤
Hola Deb!
Pues sí, y no podías llegar en mejor momento. No he decidido parar, sino que sabía que antes o después llegaría a esa encrucijada. Ha sido muy natural, mi movimiento se ha ralentizado hasta que he parado. Me lo dice el cuerpo, la mente, me lo dice lo que tengo alrededor: no estás haciendo lo que siempre has querido hacer y lo sabes.
Al contrario que tú siempre lo he sabido pero lo ignoré y desprecié durante años y me uní a esa búsqueda loca de probar y probar. Pero gracias a ella he ido reconociendo esas pequeñitas partes de mí que han ido todo el camino diciéndome: frío, caliente, caliente… y creo que ya me he quemado un par de veces pero me alejé corriendo por miedo a esa idea que has descrito perfectamente: “esto era lo que realmente querías y al final no te ha ido bien, será que no eres tan buena como te creías”
Pues bien, después de años siendo adicta a la aprobación de los demás, me encuentro con que cuanto más me acerco a lo que ha sido mi sueño desde niña, menos siento que necesito esa aprobación. Me he negado tanto ese sueño, y ese sueño ha sido tan… yo, que ha sido como negarme a mí misma y por eso he ido tratando de contentar a los demás o de preocuparme por qué pensaban… para llenar un vacío (que no estaba tan vacío). Pero ahora, incluso aunque fracasara, aunque no le gustara a la gente, no me importa TANTO. Siempre que lo haga… y en eso estoy.
Soy muy fan de las crisis, de parar, de leer entre mis líneas y salir a tomar el sol en mitad de la tormenta.
Un abrazo
Yo tampoco he tenido nunca una vocación. Y lo peor, no he sabido comprenderlo. Tengo 36 años y aún es mi talón de aquiles. Siento muy a menudo esa insatisfacción de la que hablas, y encima, me siento culpable por sentirla, ya que a priori lo tengo todo!.
Estoy trabajando ahora con el Ideatorio, solo el crecimiento personal que me está aportando es un verdadero placer, y espero que me ayude a asimilar que hay que escucharse a uno mismo un poquito más.
Te leo y me veo… esa descripición, así fue mi vida. Y el stop me lo puso mi hermano (un día me dijo, en algún momento vas a tener que dejar de buscar y quedarte que con una cosa, te guste o no.).
En esos momentos me sentí avergonzada, y me conformé con lo que estaba haciendo, que además odiaba. Después vino una gran crisis interna, pero eso me llevó a volver a mis raíces, a quién era yo. Y decidí que mi hermano no tenía razón. No tenía que conformarme con algo que no me hacía feliz sólamente por haber llegado a la vida adulta. A partir de eso, comencé a hacer cosas que tenían valor para mí y sólo se fue dando.
Y ahora estoy acá! Emprendiendo! Haciendo cosas en las que creo y que me hacen feliz! Apostando por lo que siento que es mejor para mi familia, a pesar de las creencias de los demás.
En mi caso, una señal de stop que afecto varios aspectos de mi vida.
Deb, me siento totalmente identificada con lo que decís. Vengo en búsqueda de “lo mío” desde hace años. Probé de todo, y todo terminó por no gustarme. Mi problema no es que me gusten muchas cosas, es que me gustan muy pocas.
Viajé dos años seguidos. Y ahora, estoy quieta, con la enorme oportunidad (y sentimientos encontrados) de dedicarme sólo a lo que me gusta. Me cuesta dejar de pensar, pero estoy segura que de ésta forma voy a unir puntos y sacar conclusiones, prestar atención a señales que muchas veces son obvias y no las puedo ver.
Gracias, siempre!
Clara.
Llevo poco tiempo suscrita a tu blog, pero has sido uno de los grandes hallazgos Deb, y leo siempre, como agua de mayo, cada uno de tus artículos. Me siento taaan identificada con ellos!!! Y precisamente llevo en esa fase de búsqueda desde octubre, desde que me reincorpore a mi trabajo tras un año de baja y excedencia cuidando a mi bebé y tras constatar en mis carnes que el mito de la conciliación es éso, un mito, o al menos en nuestro país. Pero en realidad creo que llevo buscando, probando y dispersandome toda la vida, con ese regustillo amargo de no saber en qué centrarme y desarrollarme, profesionalmente hablando, así que entiendo perfectamente cuando hablas de la necesidad de un kit kat y de reflexionar, de hacer una parafa en seco.
Gracias por estar ahí, Deb. Sé que estoy en ello y a puntito de encontrar mi nido.
Un fuerte abrazo!
Hace poco oí a una poeta un verso que decía más o menos algo así “Quién busca fuera no encuentra lo que se le ha perdido dentro”… Creo que resume muy bien esa parada tan necesaria de mirarse hacia dentro y encontrar-TE contigo misma, ahí es dónde están todas las respuestas a nuestras dudas y dispersiones… En ese parar suceden muchas cosas, me atrevería a decir que muchas más de las que ocurren cuando estamos en ese movimiento frenético con el que nos autoengañamos para sentir que hacemos algo “de provecho”…
Me parece genial ir de flor en flor pero desde un lugar consciente, sereno, en conexión con mi interior, al que se va llegando de a poco, al empezar a mirarnos de frente, sin miedos y dejando atrás mucho lastre que se fue metiendo en la mochila… A mí a ese Stop me gusta llamarle “Estar en modo semilla”,un estado en el empieza a suceder la magia sin ser capaces aún de verla o palparla como tal, pero si sentirla al confiar en que algo propio brotará de ese lugar si te escuchas de verdad. Yo lo he vivido así en esta última etapa de mi vida en la que la reconexión conmigo misma, al pararme, ha sido de lo más reveladora, como una Nada productiva que te va llevando al Todo con tus ciclos y tus ritmos :))
Gracias Deb por compartir-te así, eres pura inspiración! Abrazos!
Tengo 49 años , sin vocación y sigo buscando. Actualmente estoy haciendo terapia y precisamente me indican que deje de buscar en el exterior y busque en mi interior….pero mi cabeza no para y no se ponerme ese stop….Q difícil es encontrar ese hilo para poder estirarlo….
Gracias Deb y a tod@s en general por las aportaciones.
Es muy necesario parar en algún momento de nuestras vidas y de nuestros proyectos. Yo más o menos he seguido mi vocación casi siempre, la de tener una profesión creativa. Decidiendome entre artesanía o diseño. Pero dentro de esta vocación he probado mil cosas, he dicho que si a todo y todos. Y hace medio año fue cuando decidí poner un stop bien grande delante de mis narices. Y fue lo mejor que pude hacer.
También recomiendo que esto sea acompañado de los mejores profesionales que puedan ayudar a entender hacia donde ir, como tu con tu Ideatorio. Pararse sin reflexionar es dormirse en los laureles. Animo a todas!
Hoy has vuelto a dar en el clavo, al igual que muchos comentarios que he leído, me siento identificada, es difícil cuando llevas tiempo en la rueda de la búsqueda y no encuentras lo que tu interior te dice, cansada y derrota y vuelta a empezar…… Estar en contacto con gente que tiene el mismo problema y ves que no es un estado de locura congénito hace que te pares y reflexiones las palabras que nos haces llegar. Deb para mí eres un ejemplo claro de lo que nos pasa nos enseñas a autorizarnos y buscar tu propio camino del interior al exterior.
Jajajaja!!!!! Estoy empezando con mi pequeña-gran-empresa y estoy haciendo la web y el blog. Y justo ayer escribí una primera entrada con algo muy parecido… Y palabrita que no te he leído hasta ahora mismo!!!!!! Para mi ha sido un “Anita, hasta aquí hemos llegado” después de tiempo y excusas: ahora no, es que no sé, …
Mucho ánimo a todas las personas que os encontréis en la misma situación.
¡¡¡¡¡A por ello!!!!
Hola Deb. Una vez más, das en el clavo. Me siento muy identificada con tu historia. Yo decidí poner el STOP y me he lanzado con mi propio proyecto (sigo moldeándolo para hacerlo cada vez más mío y acorde a mí). Como dices, pone en juego mi orgullo, mi vergüenza y mi vulnerabilidad. Pero estoy cada vez más en sintonía con mi nuevo reto: Cometa Stories. Mi CV es una mezcla de muchas vocaciones e incluso a veces me he visto obligada a «justificarme» por ello. Pero creo que de todo se aprende… Seguimos caminando.
Un abrazo.
Leerte es como leer mis pensamientos…..me siento super identificada con lo que cuentas….y verlo escrito en otros ayuda….
Mil gracias
Vivimos una vida tan acelerada que aminorar la marcha parece una soberana tontería. Creo que a veces caemos en una tormenta de acción sin pararnos a pensar cual es el siguiente paso. Seguimos adelante sin evaluar. Sin mirar a tu alrededor. Sin mirarte a ti misma y preguntarte si lo que haces tiene significado para ti. Gracias, Deb!
Esto me ha dejado pensando, entonces dónde eata la diferencia entre ser multiapasionado y alguien que evade las cosas inventando muchos proyectos?
Madredelamorhermoso!! Has entrado en mi cabeza????
Tengo 40 años. No tengo vocación. He tenido los mil y un trabajos. Con la crisis y la llegada de la ‘moda’ de los emprendedores, artesanos varios y el hazlo tú misma.. yo he me vuelto loca probándolo todo. Y ni soy artesana nata, manitas, cosedora, ilustradora.. ni nada de nada.
Al contrario, aún estoy más hecha lío. Me gusta todo, y me veo capaz de hacerlo todo, pero en realidad sé que eso no es lo que me gusta..
Estoy tirando del hilo, como tú dices, y creo que falta poco…;)
Gracias!