Mi casa está rodeada de bosques y también de campos de cultivo. La mayoría de estos campos siembran forraje para el ganado, algunos trigo, algunos colza, y algunos lo van alternando. La pasada primavera vi por primera vez que en muchos de ellos habían plantado girasoles. Me encantó porque son vistosos y también porque pensé que cuando estuvieran listos podría tomar prestados tres o cuatro para hacer una bolsita de pipas caseras.
Íbamos pasando a menudo cerca de los girasoles, que ocupaban hectáreas y hectáreas, y me di cuenta de que se quedaban muy pequeños y, al poco, se fueron mustiando y requemando con el sol. Nunca los recogieron.
Las semanas pasaban y esos campos parecían de un futuro distópico, con las plantas marrones esqueléticas como si llevasen siglos olvidadas.
Yo, que no sé nada de agricultura en absoluto, pensé que debía haber sido un mal año en la zona (igual que no tuvimos casi moras ni setas) y que se había echado todo a perder. Me supo mal y deseé que no fuera un gran golpe para los agricultores.
…
Un día, hablando con un amigo del pueblo, me dijo que los habían sembrado porque estaban subvencionados pero que nunca hubo ninguna intención de atenderlos, ni de recogerlos, ni de aprovecharlos, ni de venderlos, ni de nada. Se plantaron hectáreas de girasoles porque sale más a cuenta plantarlos y dejarlos morir que plantarlos, cuidarlos y venderlos, y si se plantaban girasoles les daban algo de algún gobierno. Cosas de Europa, supongo. No tengo ni idea.
De repente, después de dos o tres días de intenso trabajo, los campos aparecieron limpios y arados, listos para una nueva siembra de cualquier otra cosa. Subvencionada o no.
Pero que se use la tierra de forma tan irresponsable (y no lo digo por los agricultores, que bastante difícil lo tienen ya de por sí y no les queda otra que ceñirse a lo que les viene) me hizo pensar en la forma en la que muchas empresas se conducen hoy en día. No solo las grandes, sino también las empresas pequeñas como las nuestras.
En mi mente, la comparación es algo así.
…
El ente que da órdenes respecto a lo que nos conviene más hacer con nuestro negocio es la tendencia. Las mareas traen y se llevan nuevas redes sociales, nuevas formas de comunicarnos, nuevas formas de vender y nuevas formas de hacer nuestro marketing. Cada temporada lo obligatorio es algo nuevo. Ahora se llevan los anuncios de Facebook y los podcasts, ayer los vídeos de Youtube y el SEO, mañana los Snapchats y el Periscope y vete a saber tú qué más.
Si se lleva escribir libros escribimos cualquier libro, si se lleva poner hashtags ponemos hashtags, si se lleva hacer tests A/B los hacemos, si se lleva hacer webinars vamos a hacer webinars.
Nosotras hacemos lo que podemos por estar al día, porque evidentemente donde va la gente va Vicente, así que si nuestras empresas no están donde está la gente no vamos a poder conectar con nadie y nadie nos va a querer comprar nada porque no van a saber que existimos. Ese es el principal reclamo que todos los expertos en técnicas variadas usan para que te entre el pánico y aprendas a hacer lo que ellos quieren enseñarte: tienes que ir donde esté la gente y hacer lo que le guste a la gente.
A veces nos parece que nos sale más a cuenta invertir dinero y tiempo en pasar la curva de aprendizaje de cualquiera de estos procesos nuevos de tendencia para estar en la onda en el momento en que se tiene que estar, y rezar para que esta moda permanezca y podamos crecer con ella sin tener que abandonarla precipitadamente y volver a aprender el funcionamiento de la siguiente.
…
Pero si no queremos engañarnos tendremos que reconocer que el dinero y el tiempo invertidos en cada una de estas nuevas “técnicas” la mayoría de veces no sale rentable. Como mucho sale un punto de equilibrio en el que te quedas lo comido por lo servido, y cuando estabas empezando a pillarle el tranquillo y quizás empezaba a existir la posibilidad de arrancar beneficio tienes que dejarlo correr porque muere o sale algo mejor.
Es decir, plantas girasoles porque te dicen que girasoles y luego tienes que dejarlos morir antes de recoger siquiera unas pocas pipas.
Cuando nuestros negocios están íntimamente ligados a la tecnología y a internet es lo que hay, es un mundo en movimiento sumamente veloz, así que frente a él solo tienes dos opciones: meterte en el ojo del huracán hasta el mismo centro y navegar con él a la misma velocidad —o intentarlo como puedas— o apartarte a un lado, dejar que te despeine y quedarte siempre con cara de tonta cuando alguien te diga: “pero cómo, ¿no estás haciendo esto todavía?”, y tú aún estés intentando desentrañar la clave de lo anterior. O de lo anterior a lo anterior.
No digo que la segunda opción sea la perfecta, porque no creo que haya opciones perfectas, y porque quedarte con cara de tonta y despeinada se supone que no mola, pero esta es mi opción. Pese a que me gusta aprender y probar cosas nuevas elijo con mucho cuidado cuáles son esas cosas nuevas. Pese a que no soy la persona con más paciencia para profundizar en nada, intento cuando elijo algo llevarlo hasta un estándar de calidad que me deje orgullosa y satisfecha, hasta donde pueda. Lo hago por respeto hacia mí y a mi trabajo, y también por respeto a quien está al otro lado. Hay muchos campos enormes muertos sembrados de cualquier cosa a mi alrededor y no quiero que al mío le pase lo mismo.
…
Yo estoy cultivando un pequeño invernadero, de pocos metros cuadrados, en el que cada cierto tiempo añado algo nuevo, en el que hago mejoras progresivas (un día le pongo un tejado, otro añado calefacción, otro un sistema de riego automático), en el que no cultivo millones de plantas distintas pero trato de obtener la mejor variedad de las pocas que tengo. Voy lenta, sí. No abarco más de lo que puedo apretar, no, aunque a veces el fuerte viento me empuje a ello. No intento estar en todo y no me voy a dormir exhausta y con un ojo abierto por si el huracán me traga. Suelo dormir siempre tranquila. El huracán está fuera.
Y es que no se trata ni del tamaño de tu negocio ni de lo poco o mucho que quieras conseguir con él, se trata de entender siempre por qué siembras girasoles o por qué eliges no sembrarlos.
¿Quién va a decidir qué es lo que toca a continuación en tu negocio o en tu vida: la moda o tú?
Un abrazo,
Hola Deb!
Que gran reflexión!!! Yo estoy empezando, y aunque mucha gente me anima a meterme en el ojo del huracán, gracias a gente como tu, he descubierto que tengo el derecho a decidir hacer lo que yo quiera hacer.
Por suerte para mi, cuento con el apoyo (no sólo en forma de ánimo, sino económico) de mi pareja, que es precisamente el que ante mis ataques de pánico al ver nuevos coletazos del huracán que intentan que me una a la vorágine, me dice: Tu solo tienes que hacer lo que puedas, lo que quieras, lo que te haga feliz.
Y es por ello, que a pesar de que lo estamos pagando a nivel económico (si me hubiese quedado donde estaba a día de hoy me sobraría el dinero y el tiempo), soy la persona más afortunada del mundo. Porque estoy dedicando mi tiempo, a descubrir que quiero hacer. Que quiero ser.
Y tengo la enorme suerte de tener el apoyo para hacerlo como me dé la gana. Y si es más lento y a contracorriente, pues igual vale.
Por eso, en días como hoy, ya no me agobio por el trabajo que tengo (o dejo de tener), y disfruto de tomarme algún tiempo libre para inspirarme con gente como tu.
Porque nos han enseñado a seguir modas, o seguir el camino que quiere la mayoría, a organizar nuestro tiempo y nuestra vida como se considera que es mejor y ahora estoy descubriendo, que tengo derecho a no hacerlo así!
Un abrazo,
Zora, una lectora fiel!
Hola Deb, te sigo y estoy haciendo el Ideatorio… Me quedé trabada hace dos semanas porque aún no encontré esa formula que respete un ritmo distinto, más pausado y más ondulado… Y de calidad… Ando reduciendo en casa, reubicando y ordenando, me sobra mucho que fagocita espacios y tiempos… Y yo a mi nuevo ritmo. He plantado un terreno sin agua y sin saber aunque me decían que eso no se podía… Pero, como dices, sin dejarme la piel, con constancia, de a poquitos, para tenerme también para otras cosas. Creo que ya no quiero seguircorriendo y buscando a saber qué cosas, mejor, como también dices, decido, decido y decido en qué invertirme (recursos, horas, compañías…)
Gracias, me encanta leerte
En plena línea de flotación me has dado.
Harta del márketing “de alto impacto” y de “las 4 cosas que debes saber para” y del “no te creerás lo que pasó a continuación”.
Al final todo me parece una inmensa rueda de hámster en la que alguien tiene éxito (o ve a alguien que lo tiene), sistematiza de alguna manera ese éxito, se lo explica a los demás y, en cuanto hay un índice de extensión determinado de esa técnica que se supone que tenía éxito, deja de ser diferente, deja de tener éxito, otra persona que hace otra cosa es la que sobresale, alguien lo ve, lo sistematiza, lo explica y lo enseña (cobrando una pasta, por supuesto) y vuelta a empezar.
jajajaja, Bravo!! Cada día más alejada del debes de y del tener que…
Creo que el mejor marketing es ser uno mismo vender en lo que crees y confías lo que es bueno para ti será bueno para quien lo aprecie, ser auténtico esta desvalorizado sin embargo es la esencia del ser humano
Me ha encantado y me veo bastante reflejada en tí. Quizás el “hecho de que los demás planten girasoles “en mí provocan cierta presión, pero por mi forma de ser, perfeccionista, muy trabajadora y con cierto respeto e inseguridad al empezar cosas nuevas, pero tú reflexión me ayuda a no sentirme mal por ello…son diferentes maneras de hacer las cosas… Y mientras que a uno le dé resultado es suficiente. Gracias
Mamma mía, hoy vamos a imprimirnos este post y colgarlo por ahí. El seguir la tendencia como pollo sin cabeza es una auténtica epidemia (bueno, para qué engañarnos, ¡siempre lo ha sido!). A nosotras nos duele en el alma que marcas geniales apuesten por “loqueseveentodoslados” sin intentar pensar en ellas mismas. ¡Leche! Que cada cual tiene sus necesidades, su estilo y su identidad. ¡O eso se supone!
Bravo Deb!!! No puedo estar más de acuerdo con tu reflexión. Me encanta cómo escribes y cómo razonas.
Yo también estoy haciendo el Ideatorio y voy a ver si avanzo con la dosis 12 (pues me está costando un poco…).
No hace mucho que te descubrí y me encanta ir leyendo todas tus reflexiones poco a poco.
Saludos
Estoy muy muy de acuerdo! No es nada fácil porque da miedo no estar en el huracán y quedarse invisible pero pensándolo bien, de mis marcas favoritas me doy cuenta de que no están allí en el bullicio, han conquistado mi corazón (y él de mucha más gente) sin estar en todas las redes sociales de moda, sin hacer todas las estrategias de marketing… La moda/tendencia a veces hace que se pierda un poco de personalidad ¿verdad?
Gracias por este artículo!
Como siempre, me siento identificada con tu forma de ver las cosas, Deb. Yo también leo y veo a muchos gurús pregonar lo que hay que hacer, dónde hay que estar para triunfar… Ahora está eso del Periscope, hasta los futbolistas tienen uno jajaja. Parece que es la moda del momento y debes estar ahí si quieres estar a la última. Pero si te dispersas, como bien dices, no podrás profundizar en eso que ya haces y que seguramente te funcione… Me gusta tu manera de ir lenta y haciendo las cosas poco a poco, con cariño y dedicación. Muchos bloggers en cuanto crecen, cambian su forma de proceder y ya no son tan cercanos, auténticos o no están tan presentes, cosa que no ha cambiado en ti y eso nos gusta: mantienes tu identidad, y sigues inspirando a muchísima gente! Gracias por darnos esas dosis de inspiración cada semana :)
¡Hola Deb!
De acuerdo total… No puede ser más estresante tener que estar pensando que cada día te quedas atrás. Yo he optado también por ser de las lentas, mirando de reojo a mi alrededor, eso si, pero con calma, y la verdad, creo que así es mucho más sano. La verdad, es que no sé si de otra manera puedes llegar a disfrutar de lo que haces.
Gracias por tus textos, me encanta empezar el día leyendo tus reflexiones mientras tomo el café ;)
¡Un abrazo!
Está claro que el ojo del huracán es solo para unos pocos. También es cierto que, aunque muchas de estas nuevas herramientas caerán en picado al poco tiempo, todos podemos encontrar alguna que realmente nos aporte algo nuevo a lo que antes no teníamos acceso, que nos ayude a agilizar algún proceso o similar. Creo que ese es el quid de la cuestión: saber encontrar un equilibrio entre explorar las nuevas oportunidades y descartar aquellas que no nos van a aportar lo suficiente antes de que les hayamos dedicado demasiado tiempo. Está claro que no todas las plataformas sirven para promocionar o dar conocer según qué tipo de negocio. Hay que saber elegir qué encaja con tu modelo y dejar pasar lo que no.
Muchas gracias por compartir :)
Hola Deb, después de un año del Ideatorio, lo he vuelto a reiniciar en otro proyecto, la verdad que para mí, sí que ha sido una inversión lo puedes implantar cada vez que necesites de él con diferentes escenarios. A parte de eso…quiero decir que cuando vas con tu barca poco a poco disfrutando del paisaje parece que eres lenta, porqué no llegas a la meta la primera, es decir , yo siempre he sido una persona que las tendencias me han enganchado muy poco, cuando surgió facebook el no tener una cuenta con tus amigos era que no estabas al día en la tecnología, y yo siempre les decía a mis amigos que prefería pasar un finde con nuestros hijos, que enterarme por facebook lo que hacían, prefería con un café explicarnos como nos iba la vida..
Al final por el blog acabé implantando el facebook, y la verdad es que voy poco a poco, lo decidí cuando lo creía conveniente. En las redes sociales tenemos que saber que nos interesa y que no, y dejarnos de tanta competitividad para ser los primeros en dar noticias, estar en todas partes y no estar en ninguna, menos es más. Las tendencias vienen y se van como dice Deb…el viento se puede disfrutar de muchas maneras sin tener que estar construyendo tu casa constante porqué el huracán se la ha llevado.
Estoy contenta de encontrar en este blog gente que tiene ideas parecidas a las mías, ahora no me siento como la persona que tengo que decidir porqué lo hacen los demás, ahora hay un sector que opina como yo, ahora me siento la persona que yo decido poner la estrategia según la necesito.
Un besazo
¡Cómo me gustan tus posts Deb!
Ayer hice la dosis 17 del Ideatorio, y hoy nos vienes con esta reflexión… y yo que me dedico al mundo de la moda desde hace 21 años, y estoy hasta muy arriba del fast fashion y que unas tendencias solapen a otras a un ritmo incomprensible… ¡he caído en las redes de las tendencias del negocio digital! y me he vuelto loca a hacer cursos en el último año. Cuando voy controlando bien una tendencia ya ha llegado otra a solaparla y ahí voy yo a a prenderla… ¡Qué horrror!
Y como dice Mari Luz Ortega en su comentario, hemos llegado a creernos que los gurús del éxito han crecido de repente como las margaritas en el campo y todos vamos a llegar a ello…. Yo ya estoy en la etapa que me doy de baja de blogs continuamente, porque ya me causa ansiedad no tener tiempo cada día para leerme todos los máster post con los que nos amenazan cada mañana…
Tu pequeño huerto, cuidado con amor, va a ser mi metáfora a partir de ahora.
¡Qué tengáis todas un feliz martes!
Carla.
Hola Deb! Me ha encantado tu post. Comparto totalmente lo que expresas. La vorágine off line se ha trasladado a los negocios on line y parece que si haces las cosas diferente a como lo hace la mayoría, no van a funcionar. En la vida has de ser auténtica y original. Ser consciente y poder dar de ti lo que sale del corazón. Gracias.
Yo hubo un tiempo en el que me agobie de un modo máximo y me di de baja de todas las newsletter y blogs que hablaban de tendencias, emprendimiento, marketing… Digo de todos incluso de este porque tenía tal cacao en la cabeza que me producía una ansiedad que no podía controlar.
Cuando me tranquilice, pasaron muchos meses, ya sólo me di de alta en un par, uno de ellos este y comencé el Ideatorio.
Es un agobio todas las redes que existen, todas las tendencias, todos los cursos… Da miedo pensar que te vas a quedar atrás… No sabes qué hacer, a quien seguir y lo más chungo a quien escuchar… Todos tienen razón, todos saben lo que necesitas cuando en realidad lo que necesitas sólo lo sabes tú misma, y yo todavía ni eso del todo…
Pero, y mucha parte gracias a Él Idiatorio, estoy empezando a relajarme y pensar que es lo que quiero y dejarme llevar por mi instinto.
A ver si lo consigo!!!
Genial Deb, estoy contigo y encantado de leer estos comentarios tan ricos.
Yo también he dejado de seguir a tantos gurús super modernos y he decidido casi por necesidad seleccionar los que más se ajusten a mis necesidades. En vez de ayudarme en mi proceso me generaban ansiedad.
Con mi blog me siento la oveja negra del rebaño, pero es mi blog que al fin y al cabo es una parte de mi. Lo coherente es seguir publicando lo que mi propio huerto me dé y no intentar vender las coliflores del vecino.
Que así no consigo monetizar el blog? Pues seguramente, pero me sentiré mucho más pleno y en paz conmigo mismo.
De todas formas pienso que los tiempos están cambiando, para bien, (soy así de optimista) y a la larga creo que sobrevivirán solo los auténticos.
Gracias a todas!!
estoy muy de acuerdo en lo quedices, hace tiempo que recibo mogollon emails a los que me he suscrito sobre marketing online y como no me da tiempo a estudiarlo ni aprenderlo todo…me cuestiono si realmente tengo que hacerlo y para que? con qué objetivo. He llegado a la conclusión que debo escucharme y sentir lo que realmente quiero hacer, las herramientas estan bien porque te ayudan pero no son lo más importante. Sentir que lo que haces tiene sentido, si lo es. Gracias por tu artículo reflexivo
El otro día tenía una reflexión similar con el advenimiento de nuevas formas de redes sociales, a lo Snapchat y demás. Prefiero seguir mi ritmo. ¡Cuánta razón Deb!
Un abrazo.
Hola a todo el mundo,
Así es, y es extensible a cualquier ámbito de la vida. Dentro de la selva cada uno se mueve al ritmo que: puede, necesita o le dejan…Me gusta pensar que elegimos, pero tampoco tengo demasiado claro que eso sea del todo así.
Creer en uno mismo, en lo que hace y no dejarse llevar por el resto de sonidos que surgen en nuestro entorno, es tarea difícil. Atendernos, prestarnos atención y escuchar nos, implica renunciar a otras muchas cosas. Pero justamente eso es lo que nos hace únicos. Cada cual tendrá que seguir a su corazón o, a su mente y quizá sólo algunos, mantendrán el equilibrio entre ambos.
Saludos
Teresa
Este escrito me llega justo a tiempo. Tras un mes de comenzar mi blog estoy en cama tumbada por una bronquitis, todos a mi alrededor me dicen que es porque me estuve estresando mucho, y quizás es eso, quise hacer todo lo posible en el menor tiempo posible. Aprender todo junto e implementarlo todo junto, pero no pude, mi cuerpo me lo dice. Así que aquí estoy, rebajando la marcha y eligiendo mis recursos mientras un té me reconforta el alma.
Gracias por tus siempre acertadas reflexiones :)
Fabuloso Deb!! fabuloso
Buena reflexión Deb, ;)
¡Hola, Deb! Muy necesario este artículo. Cómo abruma ver tantas y tantas recomendaciones y “cosas que debes hacer”. Cada vez que entro a twitter me agobio un poquito más. Yo, como tú, me desmarco. Voy haciendo a mi ritmo y tratando de no perder de vista el objetivo principal. Muchas veces estas nuevas tendencias nos hacen pajarear y descentrarnos. Prefiero hacerlo todo muy pensado, con cabeza y por algo. Gracias por tus reflexiones.
Cómo molan las historias con moraleja!! Y que bien traída esta de los girasoles! Ha enganchado todo perfectamente! Ese es todo mi comentario.
Bueno, también aprovecho para avisarte de la posibilidad de que haya vídeo de esto! :)
¡Que buen post Deb!
Muchas muchas gracias por ayudarme y mostrarme el camino del emprendimiento más auténtico y natural. Ayudas a centrarnos en lo que somos y lo que queremos dar. ¡Eres muy buena! Y me encanta leerte cada semana.
un abrazo
Noelia
Excelente mensaje, muchas muchas gracias Deb.