Aprender es maravilloso, por supuesto. Te lleva a lugares nuevos, te abre los ojos, expande tu perspectiva… Muchas querríamos ser eternas estudiantes. Yo antes tenía la idea de que era importante saberlo todo. Pensaba en el futuro y decía: aprenderé esto, y lo otro, y lo otro… aprenderé de todo, lo sabré todo. Pero luego no tenía ni tiempo ni espacio ni ganas ni disposición para nada de todo eso, o solamente para una pequeñísima parte.
Descubrí que ese ansia de saber y aprender solo salía de un lugar de inseguridad. Me sentía inferior y creía que sabiendo más se arreglaría. Y como también es verdad que he sido siempre una persona curiosa a la que le interesan las cosas más variopintas, esa voracidad por el aprendizaje se disfrazaba muy bien de curiosidad. Queda estupendo decir que eres curiosa y te interesa todo pero no queda tan bien decir que te sientes poca cosa cuando crees que no sabes suficiente.
Así que tapar una cosa con otra era sencillo y finalmente mucho más agradable de tragar para mí misma. De hecho, lo tapé tan bien que nunca pensé que, para algunas cosas de la vida, me sentía bastante inepta.
…
También me di cuenta de que esa compulsión por aprender era completamente falsa, como un edificio en obras que solo tiene en pie la fachada. Básicamente consistía en consumir información sin llegar nunca ni a dominarla ni a procesarla ni a entenderla realmente. Leer un libro (de no ficción, claro) tras otro y hacer un curso tras otro no me llenaba lo más mínimo. Me quedaba con algunas vagas ideas pero nada me llegaba dentro, era simplemente información pasando como en una cinta transportadora de un buffet libre. Podría pasar una y otra vez pero yo no era capaz de comérmela toda, si acaso una pequeña parte, si acaso un poquito de esto y un poco más de lo otro, y quizás algo de postre, pero comiendo rápido y sin masticar. Y creyéndome que cada vez engordaba más y más sin darme cuenta de que era puro aire, de que dentro seguía estando vacía.
Y ese tiempo tan supuestamente preciado que tanto supuestamente me faltaba lo estaba empleando en llenarme de aire en lugar de seleccionar exactamente a qué quería dedicar los minutos y dedicárselos a conciencia.
El aire que me llenaba y que yo creía que me daba peso era una falsa sensación de seguridad. Antes de hacer cualquier cosa, creía que tenía que aprender perfectamente todo lo que pudiera. Si quería meditar, tenía que leer mucho sobre meditación, hacer un curso sobre meditación e irme a ver a un maestro tibetano. Si quería emprender (y ya escribí sobre esto de cómo aprender es la excusa perfecta para no emprender hace un tiempo, porque este asunto me parece una epidemia), tenía que hacer todos los cursos sobre todos los temas distintos del emprendimiento para que validasen mi emprendimiento. No los hice, en realidad, aunque siempre sigo pensando de mí misma que “no sé suficiente” (y también hay otro artículo de hace algunos años sobre este síndrome del experto y del impostor que sufría, por si quieres leerlo. Es de los artículos privados, solo para suscriptoras, pero tienes la contraseña en uno de los mails de bienvenida que te mando cuando te apuntas a Oye Deb).
…
Para cualquier acto de mi vida parecía necesario emplear un tremendo esfuerzo y tiempo antes de ponerme a hacer la cosa en cuestión. Porque, ¿qué me estaba evitando todo ese tiempo y esfuerzo previo? Claramente, evitaba pasar a la acción y hacer lo que se supone que quería hacer. Me dejaba en una zona segura en la que simplemente estaba aprendiendo, formándome, preparándome para hacerlo perfectamente bien y para ser la mejor. No fuera a ser que lo intentase y me saliera mal. No fuera a ser que fuera la más inútil de todos los que intentaban hacer lo mismo. No fuera a ser que fuera un fracaso. No fuera a ser que me sintiera, de nuevo, inferior.
No sé cuántas veces habré dicho en voz alta, a lo largo de mi vida, “ojalá me pagasen por estudiar todas las cosas que quiero estudiar”. Pero esa postura no era más que un lugar cómodo, un lugar seguro. No decía “ojalá me pagasen por estudiar y sacar matrícula de honor en todo lo que estudie y si no que no me paguen”, porque así, cómo no, entraría en la misma zona de alerta en la que estoy en cualquier trabajo, donde se espera que dé lo mejor de mí y me esfuerce al máximo todo el tiempo, ya que, de lo contrario, corro el riesgo de perderlo. Y también así entraría en comparación, en exigencia, en perfección, en esfuerzo. Aprender dejaría de ser el placer que me figuro que es cuando pienso en simplemente hacer cursos, tomar apuntes, investigar y pensar, para ser otra tarea más en la que la presión y la necesidad de hacerlo perfecto lo ensucian todo.
Después de todos esos años aprendí lo único que me hacía falta aprender: que no me hacía falta aprender más. Es decir, podía aprender más cosas y desde luego aprendería más cosas de forma natural, pero “hacerme falta” no me hacía ninguna. No era necesario. No tenía que ser más sabia, ni más lista ni más inteligente ni más culta.
Desde luego no tenía por qué superar mi propia marca ni la de nadie, aprender no era ninguna competición ni contra nadie ni contra el tiempo (sabes, esa ansiedad de que no te dará nunca la vida para leer todo lo que querrías leer ni hacer todos los cursos que querrías hacer ni estudiar todas las carreras que querrías estudiar ni aprender todos los idiomas que querrías aprender… en fin, esa carrera del conocimiento que nunca llegarás a tener contra el tiempo indeterminado que te queda por vivir).
…
Ya hace muchísimo tiempo que apenas leo libros de no ficción, solo pequeñas cosas muy muy seleccionadas, después de algunos años en que casi me olvidé de las novelas por parecerme que consumían mi tiempo sin ser productivas. ¡Qué confundida estaba! Si hasta dejé de ver películas para pasarme los ratos libres viendo charlas de TED y conferencias similares… más aire, más “conocimiento” (lo entrecomillo porque, como decía, poco se aprende realmente así), más mente, cuando, en realidad, en cuanto me paré a observarme, me di cuenta de que a mí lo que me llena y lo que me ha llenado siempre es el arte, la expresión y la experiencia artística, las historias, las emociones, la ficción.
Tratando de vivir como creía que tenía que vivir una persona de provecho, tratando de parecer siempre más inteligente, más culta, más despierta, y, por tanto, más supuestamente exitosa, estaba perdiéndome lo que de verdad me nutría, y, por tanto, perdiéndome a mí misma.
Centrada en aprender me olvidaba de vivir.
Un abrazo,
Hola Deb, muchas gracías por tu escrito, me ha encantado. Me he sentido muy identificada con lo que cuentas y justamente siempre me digo “si me pagaran por estudiar sería feliz…”. Desde hace unos meses que he conectado con lo que hay detrás de esa “hambre voraz” y también desde hace relativamente poco que me he dicho “a materializar!”, a probar lo que creo que me gusta… porqué ya no puedo seguir más en esa posición. Voy haciendo “testeos controlados”, pero ya es un paso para pasar a la acción. Lo dicho, muchísimas gracias por tus reflexiones y por compartir tu experiencia. Un abrazo!
Cierto. ¿Quién no ha caído ahí?
Es como una fase más sofisticada de la misma huida de uno mismo.
Así lo he vivido yo, al menos. Creo que es necesario pasar por ahí y saborear también la insatisfacción y el vacío que te queda, si lo que aprendes no tiene un significado más allá. Si no nutre tu alma y se convierte en algo valioso para otros.
Cómo nos asusta el vacío. Como nos atemoriza el mirar adentro y dejar de distraernos con el millón de cosas pendientes (pendientes de hacer, pendientes de aprender… da igual, es lo mismo).
¿Y si en ese momento de intimidad con uno mismo descubre que lo tiene todo? Que sabe todo lo que necesita saber.
Quizá la vida terrenal perdiera interés.
Y eso acojona, porque estamos aquí, en la tierra.
Mi conclusión ha sido que a mí me hace bien un término medio.
O sea: Preferir aprender en lugar de necesitarlo.
¿Tiene sentido para alguien?
En fin, un abrazote, Deb. Lindas reflexiones.
Precioso
Hola Deb, gracias por compartir. Qué necesario es pasar a la acción y dejar el plano teórico de vez en cuando.
Gran artículo pero sobretodo más grande es la reflexión. Hay que ser muy honesto y estar muy conectado para darse cuenta de tanto, y es de ser valientes compartirlo como lo haces.
Un abrazo
¡Hola!
Hace unas semanas que te descubrí y no sabes lo que me alegro de haberlo hecho. Me he formado en Psicología y me gusta muchísimo que escribas de tal forma que ayudes a los demás a la introspección. Ahondas mucho en tus pensamientos y eso es algo muy difícil de ver estos días.
Gracias por escribir. Gracias por tus pensamientos sinceros. Gracias por existir.
Que gran artículo. Yo me encuentro ahora mismo en esa situación, quiero aprender todo, leer de todo, ver de todo, que todo lo que consuma sea productivo y no simple “ocio”. Claro que de vez en cuando me doy cuenta de que al final de todo eso poco queda, porque lo consumo rápido y sin pensar demasiado en ello, sin intentar ponerlo en práctica. Todo por hacer un “check” en la casilla del “conocimiento” y sentir que soy productiva. Así que ahora, estoy intentando hacer cursos que realmente me aporten algo y hacerlos con el tiempo necesario como para aprender eso y que de verdad me aporte algo.
Muchas gracias Deb. Me he sentido muy identificada contigo y me has abierto una puerta a reconocer algo de mi que hasta ahora no me había atrevido.
Un abrazo grande.
Conclusion…????
dejemos de estar ansiosas por saber y saber y saber. Relax… hacer lo que de verdad nos apetece pasito a pasito. Creo q así seremos un poco más nosotras mismas y todo irá mejor
Yo creo que está claro que la conclusión la tienes que buscar tu misma. Te puedes sentir identificada o no. Y decidir leer o no, depende de lo que a ti te nutra.
De el momento que estés viviendo. Deb se ha dado cuenta de que al final no se sentía tan bien como pensaba que se sentiría pero al final ella ha pasado esa fase en su vida para poder saberlo.
El último párrafo y la última frase del texto: Centrada en aprender me olvidaba de vivir.
Precisamente me encuentro en ese punto… no paro de aprender por aprender creyendo que así estaré más formada para cuando de verdad me decida a pasar a la acción. Lo de los libros de no-ficción me ha hecho reír porque hace que no cojo una novela “no productiva”… qué boba, con lo que me gusta leer historias! jaja al menos me río de mi misma. Gracias un día más por abrir otra puerta!
Que grande el artículo!
me siento super identificada, siempre queriendo aprender más y más y más porque no te sientes lo suficientemente buena para algo. Un truco de la menta para evitar pasar a la acción.
Gracias
Como resuena en mi esta experiencia que transmites Deb…Años en la “rat race” sin sentido para llegar a ningun sitio en una infatigable carrera para evitar encontrarme con lo inevitable: la vida. Y conmigo misma, por suspuesto. Ahora descubro el placer de perder el tiempo, de mirar las musarañas, de sentirme plácidamente mecida por el presente…no siempre lo consigo, pero me estoy haciendo un máster. :)
Gracias Deb. Acabo de hacer un descubrimiento sobre mi mismo al leer tu artículo. Mi situación actual y desde hace ya un tiempo es así, intentando aprender de todo, llenándome de “aíre” como tu dices. Me embarco y mil cursos, incio la lectura de mil libros,…..y al final nada, solamente un inmenso vacío y una sensación de haber perdido el tiempo.
Gracias por tus palabras, porque para mi pueden ser el comienzo de algo nuevo y muy interesante.
Un abrazo
mil gracias <3 <3 <3 <3
Que bien me viene… yo estoy soltando todo ese afan de saberlo todo, ya que lo único que me causaba es ansiedad por darme cuenta de que no asimilaba, de que no lo colocaba ni lo recolocaba, de que no me saciaba, de que sobrevenía la frustración… Gracias por el post
Hola Deb,
Muchas gracias por compartir el texto, me he sentido muy identificada. También me he puesto siempre mucha presión por adquirir más conocimiento, de lo que fuere que me gustase y acompañarlo de un “titulito” y esto no funciona así, menos aún a las personas inquietas que nos gustan variedad de temas. No es malo querer experimentar en temas que no estén relacionados entre sí y no tengo porque justificarlo con un diploma. Un beso y feliz día!
Totalmente de acuerdo contigo una vez más, pero yo también me he dado cuenta hace poco que a mi también me cubre una necesidad de variedad en mi vida. Necesito cambiar de temáticas hacer cosas nuevas a diario y a falta de dinero o tiempo para viajar más, la lectura cubre además de la inseguridad cubre la necesidad de variedad, y por eso no lo acabamos aplicando porque realmente la necesidad que cubre con el simplemente hecho de leer el libro o hacer el curso ya está cubierta.
Yo si creo de todas formas que de todo queda algo, que todo te hace pensar un poquito, que si nunca hubiésemos leído como meditar no meditaríamos. Había que pasar por esa fase. Y concretamente del tiempo empleado cultivando y aprendiendo sobre meditación me alegro mucho.
Gracias por este articulo Deb. Yo estoy en una especie de crisis existencial precisamente por esto;porque me he dado cuenta que tanto conocimiento no me va a dar la seguridad que necesito.
Estoy practicando una de las cosas más valiosas que aprendí en el Master de terapia de aceptación y compromiso: el sostener esa inseguridad, ese “no saber” , esa incertidumbre, las ganas de tenerlo todo controlado y sin necesidad dendeshacerme de todo esto centrarme en la acción, que es lo importante al final.
Besos
Yo te he entiendo a la perfección. Pero…
Lo que cabe reflexionar aquí es…
Este artículo es para todo el mundo ¿?
Vas a incitar a la incultura si se mal interpreta ¿?
Una sabes lo que tienes que saber, es imprativo hacer uso del conocimiento que has planteado, pero… Quizá no todos los que lo lean lo utilizarán correctamente… Siempre tienes que tener un cierto nivel de conocimiento, el caso averiguar por uno mismo cuando ha llegado el momento….
En fin, ya estoy divangando solo otra vez. Cuando llegas a este punto lo sabes y ya esta.
Es curioso que justo ayer mismo, llegaba a una conclusión muy parecida. Estaba con una novela de ficción, siglo XV en españa, muy bien documentada. Es increiblemente acojonante la reflexión verídica a la que llegué. En toda mi vida, he adquirido muchísimo más conocimiento histórico leyendo obras de ficción apasionantes, que estudiando directamente cursos especializados o teoria de investigación. IDEM con novelas de abogados y policiacas, biografias en lugares que desconozco etc…
Por qué ¿? INCREIBLEMENTE LÓGICO!
Por qué los estímulos emcionales que mantienes mientras estás entregado en una novela, hace que tu capacidad de concentración y asimilación graben, directamente, “de otra manera” tu memoria, que será, mucho más robusta y fehaciente.
En fin, muy interesante és, como dirigiendo o canalizando la energía hacia foco el interés genuino, la rueda dentada va encajando todos sus engranajes, sientiendo así, coherencia, avance y felicidad, en vez de ansiedad y falta de tiempo.
Un saludo!
¡Hola, Deb! Me siento muy identificada, aunque en mi caso la ansiedad me lleva a picotear acá y allá sin profundizar en nada, y se me termina haciendo una montaña de información inútil porque ni la entiendo ni la llevo a la práctica. Y que además me estresa, porque todo eso que TENDRÍA que hacer para que el mundo me registre (marketing, redes sociales, avisos pagados, embudo de ventas, escribir de determinada manera, etc.) me hace sentir prisionera de un sistema, y de sólo pensarlo ya me da dolor de panza. Por eso desde que te encontré disfruto tus notas, porque son soplos de vida en medio de tanta información que en mi cabeza sólo es aire. ¡Gracias por escribir tan lindo, tan desde adentro! ¡Un abrazo enorme desde las sierras de Córdoba!
Hola Deb! Justo lo que necesitaba en este momento… justo el momento que estoy viviendo y expuesto tan claro. Mil gracias!
Siento que me he pasado la vida entera viviendo de esta manera, sin entender exactamente porque me sentía tan ansiosa al respecto, y al leer esto, de pronto tantas cosas me han hecho click! No sé cómo más expresarte mi gratitud, ni cómo en un segundo se pueden ver las cosas tan diferentes y lúcidas!!! Mil gracias. Empiezo este día con una actitud completamente distinta! :D <3
Hola Deb,
tal cual!
Me encuentro exactamente en el mismo punto. Y como ha dicho Kiko por ahí arriba, cuando llegas ahí lo sabes y ya está.
Ahora soy capaz de sentarme en la hierba y perderme en el vuelo de una mariposa, observar cómo bebe ese pajarillo del estanque y no tener la incómoda sensación de estar perdiendo el tiempo sino más bien ser capaz de disfrutar siendo, simplemente.
Gracias y un abrazo
Kiki
Deb, me sentí muy identificada con este articulo. Este año, durante nuestro verano en Argentina y luego de un cambio de rumbo en lo laboral estuve dos meses en casa, en modo mamá. Como sentía que estaba “perdiendo el tiempo” me anote en cuanto curso hubiera disponible, todo para aumentar mi confianza y mi seguridad en el lanzamiento de mi propio blog. Como decía Graciela Fernandez más arriba, aprendiendo sobre plugins, redes sociales, publicidad, metricas, etc. Todo para terminar sintiendo que me perdia a mi misma en el camino. Y ahi estaba yo, tratando de no perder el tiempo pero sin disfrutar el momento que tanto me había costado. En determinado punto dije MENOS. Quien me apura para esto o aquello. Si justamente mi idea era compartir mis aprendizajes hacia una vida mas pausada y minimalista!
Ahora que empecé a trabajar nuevamente, los tiempos de escritura se limitaron con lo que estoy aprovechando mejor los ratos libres. Voy a escribir cuando pueda, y cuando prefiera hacer otra cosa, se hará otra cosa.
Muchas gracias por tus reflexiones Deb!!
Un beso grande!
Qué gracia!
Este post me llega como un regalo. Justo cuando he descubierto que me ocurre lo mismo.
Es reconfortante conocer que hay más personas que viven esta situación y conocer también su forma de vivirlo. Ayuda a concretar y acotar el asunto para aprender a hacerlo de forma de diferente.
Gracias Deb! Tu perspectiva siempre enriquece.
Saludos
Como siempre, es un placer leer tus reflexiones. Siempre me aportan algo y me dejan pensando, lo que es muy sano.
Te mando un abrazo,
Andre
Deb, perdona que sea tan directa, quizás lo has comentado y no lo vi, pero… eres superdotada?? El artículo me ha encantado, como tantos otros aunque no suela comentar. Gracias por compartir tus reflexiones. Un abrazo!
¡Deb en verdad que me sigues sorprendiendo! Siempre escribes lo que necesito en el momento justo. ¡Muchas gracia! :D
Rayos deb, te siento como mi hermana mayor, dándome consejos, o incluso como una doble “yo” pero con años de ventaja, dandome pistas sobre los siguientes pasos en el camino.
Me senti algo identificada, pues estoy ahora mismo tomando
1 curso presencial, 1 online,
2 onlines pagados (ya agendados), y con miras a unos 10 (contados >_<) en mi checklist.
Gracias por tus experiencias.
Muchas gracias Deb por tu post, es tal cual lo explicas… pero tal cual! Coincido contigo y con todos los comentarios anteriores. Hay que aprender y formarse si, pero también hay que coger seguridad y enfrentarse y si hay ganas de seguir estudiando que sea por placer y sin presiones.
Gracias de nuevo! Un abrazo!
Hola Déb!!
Miedo, miedo y más miedo, creo que ese sería el resumen en mi caso. En tu artículo me he visto reflejada como en un espejo, no hace tanto que yo estaba así, cursos y más cursos en los que, aunque te lo pasas bien y conoces gente, los conocimientos adquiridos no llenan tanto. Qué sensación más desagradable es sentir que has perdido el tiempo y el dinero.!!! Tal vez el exceso de modestia nos empuja a no valorar ni reconocer lo que ya sabemos y nos impide lanzarnos a dar el siguiente paso. Eso no significa que ya no debamos aprender más, ni mucho menos. Pero si pasamos a la acción con lo que sabemos y fallamos, entonces descubriremos lo que realmente necesitamos aprender y nos llenaremos de conocimiento real, no de aire. Gracias por tus reflexiones Deb, yo he conseguido reconocer que tengo miedo a no saber lo suficiente, ahora tengo que conseguir vencer ese miedo y pasar a la acción.
Hola Deb,
Wow, ha sido muy reveladora esta entrada. Estoy trabajando en El Ideatorio ahora, y en la dosis que nos pide preguntar a diferentes personas por nuestras virtudes, lo que más me chocó es que muchísima gente coincidía en un calificatico, “curiosa” (casi todos, menos mis padres y mi pareja, que al comentárselo no estuvieron de acuerdo con los demás). No es algo que yo me haya considerado nunca, o no al menos conscientemente. Ahora que leo esto creo que disfrazo sin darme cuenta de curiosidad esa inseguridad de no sentirme lo suficientemente preparada para nada, yo también consumo aire, y no me había percatado hasta hoy. Gracias una vez más, Deb, por compartir y ayudarnos en nuestro paseo por nuestra vida interior.
Es una sensación agridulce la de llenarse de aire, tienes toda la razón. La inseguridad es mala no, ¡malísima consejera!
He disfrutado mucho la lectura de este post. Me he reído… por haber visto un reflejo de mi misma en distintos puntos de mi vida y, como bien dices: No podemos olvidarnos de vivir (pero lo hacemos, eh?).
Gracias por poner en blanco y negro lo que a veces me pasa pero no soy capaz de descifrar.
Hola Deb! siempre que te leo creo que estoy super conectada con lo que compartís. Hace una semana me recibí de arquitecta, siempre soñé este momento, pero un segundo me dí cuenta que no lo era todo en mi vida, que mi vida está más allá de aprender, de seguir tomando cursos porque sí, por que la carrera lo pide. Hoy decidí bajarme de un curso y lo tomé con tranquilidad, casi nada de ansiedad. Estoy aprendiendo de lo que sé.
Gracias por tu post, me encantó
Hola Deb,
Muchas gracias por compartir esto con nosotras. Yo me siento muy identificada contigo ( cursos y más cursos y nunca es suficiente). No sé, inseguridad, vacío existencial, miedos. No sé, no sé….
Sigo en la búsqueda de quién soy , lo que no soy … para seguir avanzando.
Veo como otr@s hacen cosas con menos información/formación de la que yo tengo y ¡¡ pasan a la acción !!
L@s admiro !.
Leerte me hace sentir menos sola e incomprendida. Gracias, gracias, gracias.
Hola Deb, creo que la primera que escribo un comentario después de un año aproximado leyéndote cada martes. Quería decir que me siento muy muy identificada con este artículo. Aunque algo me dice que no es todo cierto tal y como tú lo sientes. Cada párrafo de tu artículo define lo que siento en estos momentos sobre el aprendizaje o lo que he sentido, por ejemplo, cuando quereis que me pagasen por estudiar, investigar! Así tal cual tu lo has definido. Pero, me cuestiono: es entonces es eso una carencia personal de sentirme inferior? No acabo de encontrarlo en mi? Que quizás estoy en un momento más superficial y entrando a mi interioro que todavía no logro erlo así. Pero cierto cierto que pienso, la erdad verdadera está en pasar a la acción, en no tener miedo al fracaso cuando capitaneas tu propio proyecto, que no habrá que ser la mejor, sino una misma. Aun así, escribiendo esto siento que, seguir conociendo es en ortega querer ser buena en lo que comiences como proyecto, en tener éxito… así es que, aquí hay tomate, aquí hay trabajo interior!!
Muchos besos
Muy buen artículo, me siento identificada… pero ya en la fase acción y menos teoría. Gracias.
Gracias Deb. Me he sentido muy identificada con todo lo que has descrito. Siempre tapando mi inseguridad con “el hambre de saber” más conocimiento.,mas libros, charlas TED…. Sin parar a pensar que el mayor aprendizaje de la vida, es vivir la vida conscientemente y HACER. Saludos.
¡Hola Deb! Me ha parecido una reflexión muy interesante y de la que creo puedo aprender bastante, aunque me gustaría aportar algo un poco contrario.
Desde hace dos o tres años leo más libros de ficción que de no ficción. Aunque estoy de acuerdo con el comentario de Kike de que la emoción nos ayuda a grabar datos o sucesos históricos de una manera más profunda, y estoy de acuerdo con que no hay que agobiarse con tanto saber y saber, estoy convencida de que los libros divulgativos pueden cambiar/mejorar/realzar quienes somos.
Leer libros de no ficción me ha ayudado a comprenderme mejor a mí misma (por ejemplo: El poder de los introvertidos) y a ciertos aspectos de nuestra sociedad (El dilema del omnívoro, Vayamos adelante, 23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo), a ver algunos problemas desde un punto de vista diferente y a ser más crítica con algunos asuntos. En muchas ocasiones me doy cuenta de que las opiniones o reflexiones que comparto con los demás están basadas en los libros que he leído, y para mí este aprendizaje tiene muchísimo valor
Por otra parte, las novelas tienen un algo que me afecta mucho más que los libros de no ficción, y con ellas puedo zambullirme en mundos apasionantes. Efectivamente, no creo que haya que obsesionarse con acumular conocimientos porque sí, y en caso de leer no ficción, creo que hay que digerir esa información y utilizarla para reflexionar. Pero bueno, quería compartir aquí lo mucho que aprecio ese otro tipo de libros.
¡Un saludo!
Me ha gustado y servido muchísimo, muchas gracias por tus palabras. ¿Sabes por qué? Porque reafirma mi idea sobre el conocimiento, la inseguridad que durante tanto tiempo me hizo estar insatisfecha conmigo misma, daba igual lo que hiciera. Lo que más me ayuda es experimentar por mí misma lo aprendido, digerir e integrar. Dejar de compararme y aceptar, de una vez por todas, que mi autoexigencia es puro ego, y cuando aparece, sólo lo acepto, lo abrazo y me río con todo mi amor de mí misma y mis “neuras”, para poder pasar a la acción y correr el riesgo de la aventura que es vivir.
es tal cuál…. así me siento!!! ese “no accionar” no es más que miedo y más miedo…. esa terrible zona de confort!
Gracias por despabilarme!
Hola, Deb! Navegando, me he encontrado con este post tuyo y con esta gran reflexión que haces. Es algo que yo también he pensado, y mucho. Creo que aprender es importante, pero también es importante saber cuándo hacerlo, por qué hacerlo y cómo… A veces nos volvemos locos aprendiendo y devoramos post, libros, podcast, cursos en una especia de maratón hacia no sé muy bien donde porque realmente no tenemos definida una meta y entonces, nunca llegamos a ella, y el maratón se hace eterno… Hace tiempo que pienso ( y me aplico) que sabemos más de lo que creemos y que aprender, mejorar, crecer nunca debe impedirnos saborear la vida y debemos permitirnos disfrutarla de una manera más ingenua, sin tener todo”sabido”, todo planeado o todo controlado, dejando que la vida nos sorprenda porque no lo sabemos todo pero, qué bonito es vivir el momento y aprender en el momento, casi sin darnos cuenta, porque estamos focalizados en vivir y no tanto en aprender a cada instante. Un abrazo enorme! Ana