Si hay un tema sobre el que llevo años meditando, y que ha sido desde que salí del instituto el centro gravitacional de mi vida, es el del trabajo y la búsqueda de una misión profesional.
En este sentido he pasado por varias etapas:
1 / En la que sentía que lo más importante del trabajo era lo que me permitía conseguir a cambio (dinero, estatus, la tranquilidad de mi familia, horario fijo…).
2 / En la que me empecé a sentir incómoda y esclava echando horas de mi vida en algo que no entendía muy bien qué aportaba al mundo ni qué me aportaba a mí, pero no sabía qué hacer para remediarlo.
3 / En la que decidí lanzarme a probar cosas que me llenaran un poco más, pensando que lo más importante era ser libre y hacer lo que me saliera de dentro.
4 / En la que vi que no era suficiente con hacer cualquier cosa que me saliera de dentro sino que tenía que encontrar “la cosa que salía más auténticamente de dentro y que además pudiera ser bien recibida fuera”. Gran momento de crisis, y, por fin, de parar la vorágine por primera vez para dedicarme únicamente a pensar y descubrir qué podía ser eso.
5 / En la que lo descubrí, lo puse en marcha (en septiembre de 2012, con 31 años ya), funcionó y me metí en otra vorágine distinta: demostrarme que era capaz y que iba a tener éxito (con las medidas del punto 1 como referencia, de nuevo, porque eran las únicas que conocía hasta el momento).
6 / En la que entendí que estaba viviendo en la misma esclavitud e incomodidad que en el punto 2, pero ahora siendo yo la única responsable. Pude ver que si bien por un lado me hacía feliz y me daba las cosas que necesitaba, por el otro estaba poniendo el trabajo por delante de mi vida para tapar muchas necesidades no resueltas (la sombra, ¿te acuerdas?).
7 / En la que entendí con gran asombro que el trabajo no es la vida sino una pequeña parte de ella, que tu trabajo no te define por completo, que tú eres más que lo que dice tu currículum y que no eres lo que haces, sino lo que eres. Y que tanto para el trabajo como para la vida, lo que cuenta es atreverte a ser lo que eres.
…
Como puedes imaginar, este punto 7 (que probablemente no será el último y aún tendré que pasar por más estadios a lo largo de mi vida) puso cabeza abajo todo: mi manera de relacionarme con mis horarios, mis tareas, mis exigencias, mis expectativas, mis ganancias, mis planes de futuro… en fin, todo.
No era algo que no supiera (mentalmente, al menos), o que no hubiera intentado hacer antes (sin éxito real). Bien al contrario, creía que lo estaba haciendo todo el tiempo, creía que yo ya sabía eso y que estaba actuando en consecuencia. Tristemente, no era verdad.
No sé si a ti te pasa pero eso de creer que me conozco, que sé de sobra lo que me conviene y que estoy haciendo lo que quiero hacer es un autoengaño muy habitual en mí. Bueno, sí sé que te pasa porque eso le pasa a todo el mundo. Ese es probablemente el gran engaño de la mente, hacerte creer que haces lo que quieres hacer y en cambio hacerte hacer lo que ella quiere, lo que ha hecho siempre y lo que cree que te mantiene a salvo.
Pero estar a salvo en tu trabajo no es lo mismo que brillar en tu trabajo (o estar a salvo en la vida no es lo mismo que brillar en la vida). Quizás, de hecho, me aventuro a decir que tus posibilidades de brillar aumenten cuanto más vulnerable sea la posición en la que te coloques a ti misma frente al mundo. Y, por cierto, si te interesa el tema de la vulnerabilidad tienes que leer a Brené Brown.
Así que eso que recientemente he comprendido y que va más allá de una frase ilustrada para compartir en Facebook, ese “lo que cuenta es atreverte a ser lo que eres” del punto 7, es, sin duda, la idea de ponerme a mí misma en una posición vulnerable.
Para mí, ponerme en una posición vulnerable respecto a mi trabajo ha implicado millones de cosas distintas. La mayoría, si las dijera, no se comprenderían siquiera o parecerían minucias sin ningún valor real.
Y diría que eso es lo que suele pasar con lo realmente importante en la vida de una: que dicho en voz alta es como que pierde el sentido y suena como algo muy obvio o como algo incomprensible.
También ser vulnerable pasa por decirlo igualmente, así que allá voy, aún a riesgo de sonar como que nada de esto tiene tanto sentido como para hacer de ello un artículo.
…
Como te digo, en los últimos tiempos ha habido muchas pequeñas cosas que se han ido recolocando con mayor o menor incomodidad en mi vida profesional. Algunas me han retrasado considerablemente, algunas me han paralizado un tiempo, algunas me han hecho sentir enfado, otras una profunda tristeza. Sin embargo, todas ellas están empujando para que esto que hago se parezca cada día más a mí. Para que pueda “ser lo que soy”.
Por ejemplo, ha aparecido la necesidad imperiosa de retroceder. De replantearme lo que estaba haciendo y el para qué lo estaba haciendo. De reencontrarme con la llama que lo encendió todo (el por qué empecé este negocio, el por qué sigo sintiendo que es bueno continuar con él, el por qué creo que tengo un don y deseo usarlo de la mejor forma posible).
Y saber a ciencia cierta que, en algunos sentidos, me había desviado ligeramente de mi rumbo natural al dejarme llevar por ciertas corrientes o ciertos cantos de sirena (especialmente en terrenos pantanosos como el marketing online, que, dicho sea de paso, se está convirtiendo en una jungla repleta de cazadores).
A la vez ha aparecido un fuerte instinto de proteger y diferenciar lo que hacemos aquí en Oye Deb de lo que, por desgracia, hace la mayoría en un sector como el nuestro. Me han salido uñas de gato y un enfado considerable con el mundo que imagino que irá amainando, pero, honestamente, también es un enfado que me ayuda a mejorar y a entender cómo quiero trabajar. Porque hacerlo como la mayoría no tiene sentido para mí, hacerlo como se supone que se hace para ganar más dinero no tiene sentido para mí, hacerlo como se dice en las convenciones no tiene sentido para mí. Solo tiene sentido para mí hacerlo como yo siento que hay que hacerlo y como la intuición me dice que tengo que hacerlo.
También he entendido algo importante, que parece simple pero se ha convertido en un eje central para mí, ahora que lo he podido ver. Yo soy una persona que siempre ha vivido con la mirada puesta afuera, pero me he buscado un trabajo (quizás algo inconscientemente al principio, aunque yo no creo en las casualidades y menos en estos temas) en el que lo único realmente importante para desempeñar lo mejor posible mi labor es dedicar mi tiempo y energía a profundizar en mí misma.
Cuanto más me conozco y más profundizo, más conectado está mi trabajo, mejor funciona y más ayudo a los demás. Así que si quiero ayudar, tengo que ayudarme. Si quiero entender, tengo que entenderme. Si quiero conectar, tengo que conectarme.
Ahora mi camino hacia el interior es más que un deseo, es una responsabilidad. Quiero hacer muy bien mi trabajo y para eso necesito ser “egoísta” y dedicarme mucho tiempo a mí misma. No al trabajo, sino a mí misma.
Esta idea me ha atravesado como un rayo láser. Ha sido como darle la vuelta a un calcetín. Es un gran cambio, en serio. No sé ni cómo expresarlo para decir lo importante que ha sido entenderlo realmente, no como idea, sino como hecho. Vivirlo realmente.
…
Y volviendo a las etapas del principio, esto se relaciona con otra cosa. Hasta llegar a la 6 (y eso ya incluye unos años en Oye Deb), yo seguía regulando mi trabajo en función de ciertas métricas que había entendido que eran importantes. Y no es que ahora haya tenido que sustituir unas métricas por otras, no es siquiera que antes estuviera equivocada y ahora lo sepa todo (ojalá), es que ahora no veo más métrica que yo misma —qué siento yo haciendo esto, para qué estaría yo haciendo esto otro, qué nota mi cuerpo ante esta propuesta, al servicio de qué estoy poniendo mi tiempo y mis talentos—.
Y para ciertas maneras de pensar esto resultará egocéntrico, o como decía antes, entrecomillado, egoísta. Para mí es la opción más genuinamente sana posible, porque en realidad esto no es ego, es soltar.
El soltar (como contaba la semana pasada tratando un tema mucho más personal) no implica desidia ni desinterés, el soltar es caer en un espacio infinito en el que, cuando me siento a trabajar lo hago desde esa no exigencia, no expectativa y no objetivos más allá de hacer lo mejor que puedo con lo mejor y más honesto que tengo.
Esto, la verdad, no lo cumplo cada día ni mucho menos, no soy todo sonrisas y soltamientos cuando trabajo. Yo también soy un work in progress como cualquiera. Pero es una semilla nueva que ha nacido y a la que intento hacer crecer despacito. Y he pensado que estaba bien compartirla. Desde aquí mi vida está bien como es (es decir, en su imperfección absoluta) y mi trabajo está bien como es (aunque haya cosas difíciles y mucho por hacer).
De nuevo: no “como tiene que ser” sino “como es”.
…
Y me parece a mí que por ahí anda ese click que puede hacer que la relación con tu trabajo cambie por completo. No en resignarte, no en echártelo todo a la espalda y decir yo puedo con esto y con más, no en hacerte la víctima, no en indignarte porque es injusto que a estas alturas aún tengas que hacer esas chorradas que tienes que hacer cada día en vez de dedicarte a cosas más importantes, no en perder la ilusión porque la realidad no se parece al mundo ideal que tenías en tu cabeza y, desde luego, no en fingir que no te importa y que una tiene que sacrificarse para conseguir las cosas que quiere. No, en nada de esto (aunque yo he sentido todas esas cosas y aún siento algunas ahora, no te alarmes si no eres una maestra zen, nadie lo es).
El cambio está en comprender realmente quién eres tú y en comprender realmente al servicio de qué estás poniendo tu trabajo, tus horas, tus talentos y tus dones. El cambio está en atreverte a ser lo que eres.
Un abrazo,
Voy a ser sincera. He sido adicta a suscribirme a newsletter porque pensaba que iba a leerme todas. Pero la realidad es que la única que abro,leo y espero cada martes es esta. Resuena tanto todo lo que escribes que es imposible no engancharse. Es evidente que tienes un don y yo agradezco mil que lo compartas. Llevo desde finales de mayo pasado esperando el Ideatorio, porque si bien es cierto que he empezado varios proyectos,ese camino de autoconocimiento me ha hecho plantearme muchas cosas. Hasta que hace varios meses fui sincera conmigo misma. Y será de las primeras veces que lo digo fuera de mi círculo cercano,pero lo mio es la música,es mi don,es lo que me sale de dentro y he querido negarlo durante mucho tiempo porque “dedicarse a la música es imposible”. Pero ahora mismo se que lo único que lo hace imposible es esa voz en mi cabeza. Y leer cada artículo tuyo me hace estar más convencida de que voy por buen camino. Incluso dejar un comentario es casi como una terapia. Así que GRACIAS.
<3! Qué bonito despertarme con esto, Eider, mil gracias! Y qué bien verte en El Ideatorio, vamos a dar forma a ese maravilloso don que tantas alegrías tiene para darte, sea con la forma que sea! <3
Hola Deb!
precioso post, hasta hace poco pensaba que mágicamente había un trabajo perfecto en algún lado esperando por mí, una idea superperfecta y original que nunca se me había ocurrido. Pero cada vez más empiezo a darme cuenta de que todo está dentro de mí, que no va a venir nadie con una varita mágica a resolverlo y que quizás el camino pasa por reencontrarme conmigo.
Gracias de nuevo por tus palabras, un abrazo!
Exactamente eso, Natalia, no es una idea que está fuera y tiene que venir a ti y debes ser ciega o tonta para no ser capaz de encontrarla, es una construcción que hay que hacer desde dentro, entendiendo primero quién eres y qué necesitas y qué quieres darle al mundo. Es muy distinto lo uno de lo otro, y por desgracia, la mayoría nos equivocamos desde el principio y lo pasamos mal durante más tiempo del necesario :s
mua!
Pura inspiración, resonancia y empatía. Gracias Deb!
No puedo sentirme más identificada con este artículo y con esta frase que es como me siento muchísimas veces: “Porque hacerlo como la mayoría no tiene sentido para mí, hacerlo como se supone que se hace para ganar más dinero no tiene sentido para mí, hacerlo como se dice en las convenciones no tiene sentido para mí. Solo tiene sentido para mí hacerlo como yo siento que hay que hacerlo y como la intuición me dice que tengo que hacerlo.” Sí, creo de verdad que tiene que ver con ser quienes somos, con la vulnerabilidad y la autenticidad (y una pizca de “welcome en mi vida incertidumbre”). ¡Gracias Deb por este artículo tan bueno!
Hola Deb,
Como siempre, un placer leerte. Eres una inspiración para mí constante y una de las personas que me hace “pensar”.
Yo estoy en fase de lanzar mi proyecto, pero no termino de hacerlo pq, como tú, quiero encontrar mi vos y no dejarme llevar por todo lo que hace todo el mundo. Pero esto, a su vez, me está generando un estrés que me tiene paralizada. Unido a la necesidad económica…esto en un momento de bloqueo que me hace bloquearme aun más.
Qué complicado es encontrarse a una misma a veces.
Gracias por estar.
Margaret
Este post me ha tocado especialmente… El éxito es decir SÍ, a vivir la vida, de la forma en la que tú deseas vivirla… CUESTE lo que CUESTE. Yo me encuentro también en el punto de lanzar mi proyecto, igual que tú Margaret. Y como tú, sufriendo un estrés brutal, que me paraliza y me desgasta física pero sobre todo mentalmente. Lo único que funciona, es actuar a pesar del miedo. Lo importante es hacer. Si nos equivocamos, no importa, o sí, pero siempre es mejor que no hacer NADA. Ya haremos los cambios o reajustes necesarios sobre la marcha. Te lo digo porque yo me lo repito como un MANTRA! Nos autoengañamos buscando la perfección en algo, dejamos de actuar pensando que lo podemos hacer mejor, pero en realidad solo es miedo disfrazado (un miedo que tiene muchos nombres). Haz, haz… aunque sientas angustia, bloqueo, vacío en el estómago y sudores por el cuerpo.
Hola Deb.
Querida, qué razón tienes. Llevo días siguiendo tus artículos y con franqueza, me siento muy identificada, ya qué y desde algún tiempo, mi vida interior, mi esencia que se perdió entre desastres, ha tenido que ser rescatada. En ello estoy y con ello, espero resurgir más fortalecida, con más amor por mi misma, con más mimo a mis devilidades y mucho respeto por mi sombra.
La sabiduría de TU humildad hace GRANDE tu LUZ.
Un abrazo.
Hola Deb. Parece como si cada martes hubieras acordado conmigo (o con las que acostumbramos a leerte, por lo visto en los anteriores comentarios) los temas que necesito tratar. Como comenta Eider, eres la autora de las únicas newsletter que espero con ansia y leo de cabo a rabo. Desde luego encontraste la forma de dar vida a tu don. Sigue adelante. Yo aún estoy en ese camino de ver cómo le puedo dar forma a mi “don”, por eso estoy planteándome hacer la Revisión… (aunque con una maternidad a la vuelta de la esquina, me da miedo lanzarme y luego no “cumplir”). Ya ves, estamos cargaditas de miedos e inseguridades. Un abrazo fuerte y gracias.
Un gran artículo para hacer un alto en el camino y reflexionar.
Gracias.
Esto me ha llegado al alma, Deb.
Es exactamente como me siento hasta el punto de haber mi bajado mi página web de coaching, porque me parece más de lo mismo, poco auténtica y de alguna manera desconectada de mi. De por qué empecé está camino.
Soy parte de Extraordinaria online y este año ni me he presentado porque no sé qué decir, ya no sé si quiero emprender.
Me parece injusto pedirle a mi pasión que me de comer. No es su responsabilidad. Yo esto lo haría gratis, lo hacía ya en mi tiempo libre, casi clandestinamente. Estudiaba comoulsaivanebre por amor al arte. Sin buscar otra cosa que mi propio crecimiento personal. Por conocerme.
Así que ahora he decidido tomar un paso atrás, abrir mi mente a otras opciones y darme espacio a decidir cómo lo quiero hacer.
El marketing online me incomoda, no me siento yo, no quiero hacerlo así.
Si quiero alinear mi profesión con mi propósito pero quiero hacerlo a mi manera. No quiero hacer lo que hace todo el mundo… solo que aún no sé cómo hacerlo.
En medio de esta crisis que tengo, gracias por este artículo porque me hunde el dedo donde me duele y me hacer ver que lo que siento está bien también, y no soy la única. Nunca las cosas te pasan solo a ti.
Gracias
Leí tu comentario y no pude evitar querer responder. Es que me pasó algo muy similar.
Cuando inicié con todo esto del blog y eso comencé pensando que la única temática viable era marketing digital, así que comencé con eso, pero no era lo que me apasionaba, me sentía tonta siguiendo cosas que no me calzaban de forma cómoda.
Había un vacío que se estaba llenando de frivolidad por la venta.
Conocí a una emprendedora que me mostró otra forma de hacer las cosas, seguía también a Deb y pensé…. sí, aquí está el ejemplo de que las cosas se pueden hacer de forma diferente.
Dejé mi blog de marketing (que ya comenzaba a darme ingresos) y abrí el que realmente me movía, lo siento tan mío que pongo todo de mí, los contenidos fluyen solos, las ideas vienen y se expanden. Fue una completa renovación, pero tarde en hallarla varios meses.
Porque no tenía idea de cómo se iba a vender eso ni de cómo lo haría. Pero mira, sí se puede, a veces es mirar solo desde otro ángulo y atrapar esas cosas que se nos escapan. El coaching personalmente siento que está plagado hasta los huesos de expertos en marketing más que de lo que hacen y eso frivoliza mucho lo que se puede ver, me alegra que quieras hacer las cosas diferentes, porque ahí es donde marcamos nuestras propuestas de verdadero valor único,.
Saludos y mucho ánimo!
Hola Deb,
Me encanta el artículo, tengo 25 años y estoy en el punto de encontrar aquello que realmente me apasione. Trabajo 9 horas en un trabajo relacionado con lo que estudie y esas 9 horas me parecen una pérdida de tiempo en mi vida, (aunque para muchos sea una privilegiada). No sé todavía cuál es mi don, estoy intentando buscar aquello que me ayude a vivir bien y que me apasione a la vez. También intento ser como soy, a pesar de que tenga que pasar por mil críticas y por el apoyo de 0 personas. No sé si a ti te pasó un poco lo mismo. Tus artículos me ayudan mucho y espero algún día sentirme cómo te sientes tú.
Un abrazo
Pues tu miedo de que lo que hoy nos cuentas aquí sonase a obviedad o no tuviese sentido es injustificado…….porque te entiendo taaaaaanto (y por lo que veo por aquí, no soy la única).
Y que tienes un don ni lo dudes….somos unos cuantos miles enganchados a tus palabritas de cada martes, jeje.
Yo estoy en el camino de emprender, pero está siendo un parto demasiado largo y doloroso…..muchos meses estancada en el proceso de autoconocimiento, de dotar mi camino del sentido que necesito…pero sé que no será en vano, tengo que tener paciencia, y eso también se aprende.
Y con respecto a lo de ser “egoísta” pues estoy totalmente de acuerdo…..de hecho darme cuenta de esta realidad es uno de mis grandes aprendizajes de 2016….y te lo cuento a ti, que me cuesta un huevazo abrirme con nadie, pero tú te abres con nosotros……..pues que demonios! yo también:
Soy hija de una madre, como yo digo, “de las de antes” >> de las del sacrificio extremo, de no vacaciones, no salir, no cine, no caprichos, no vida……durante años y años…..todo por darle lo máximo posible a su familia……y sin quejarse ni replantearse……..pero todo eso también trajo muchas depresiones e insatisfacción callada. Y te puedo decir, que todo esto ha marcado muchísimo mi carácter: la excesiva autoexigencia, responsabilizarme de todo y todos, siempre con el perdón y el gracias en la boca……….son parte de mis heridas que ahora estoy comprendiendo y reencauzando.
Así que si tengo algo claro (y comprobado en mis carnes) es que lo mejor que pueden hacer unos padres por sus hijos es Ser Felices….y eso implica cuidarse y mimarse uno mismo……que nadie le llame “ser egoísta”……llamémosle mejor “mantenerse sano”….
Y que nadie, me malinterprete, ADORO a mi madre y mi agradecimiento y amor hacia ella es y siempre será infinito…¡cómo no!…..pero yo he llegado a la tu misma conclusión: que para dar lo mejor de nosotros mismos, en cualquier ámbito (familiar, laboral, social,…) lo mejor es cuidarnos y no sentirnos culpables por ello.
Fuerza, Deb, en todo tu camino….nos reconfortas a las demás en el nuestro.
Un abrazo de 8 segundos.
Hola Deb,
Realmente martes a martes este correo es un viaje a mi interior. Leer todos los comentarios y sentirme acompañada en lo que siento es algo maravilloso y sumamente profundo. También estoy en el camino de encontrar mi don y está siendo muy difícil y largo el proceso. Por eso leer que no soy la única, me reconforta el alma. Gracias!!
Un abrazo
Genial como todo lo que escribes,
y que cierto que hay que empezar por dentro, por una misma, por conocerse, mostrar nuestra vulnerabilidad es el camino hacia la autenticidad. A mi también me encanta como habla Brené Brown de la vulneravilidad. Respecto a lo que dices del mundo online tienes toda la razón, yo estoy empezando mi propio proyecto de coaching online y cuanto más veo como funciona mucha gente por esta vía más asustada me quedo, quiero pensar que al final cada cosa cae por su propio peso. Creo que la única manera de que las cosas salgan realmente bien, y que tenga un impacto en nosotros y en el resto, es hacerlo desda la autenticidad
Jo, a mí me pasa también que cuanto más busco en mi interior y menos caso hago al ruido de fuera –porque telita con el ruido– siento que me acerco de forma más directa a lo que soy y a lo que tengo que hacer en la vida.
Por si no lo sabes Deb, en ese sentido eres un gran referente para mí. Por cierto. Hace años compré El Ideatorio –la antigua versión pdf– y eso fue el germen del camino que ahora estoy transitando. ¡Gracias!
Comoo siempre, un placer leerte. Y súper entusiasmada esperando el ideatorio!!! :)
Hola Deb,
una vez más, me has llegado al alma. Estoy ahora mismo al principio de la fase 6 (y no me había escuchado / dado cuenta), me encanta saber que me puedes guiar porque vas por delante :)
Hice el Ideatorio al principio de mi emprendimiento, y seguro que sin ello seguiría en un bucle entre la fase 1 y 2!
Un abrazo!
Me encantó, muchas gracias.
Soy muy nueva en tu blog, pero me está enganchando a marchas forzadas!! Felicidades!!
Espero en candeletas el Ideatorio… ¡¡Estoy entusiasmada!!
Me encanta lo que escribes y me hace sentir que no estoy sola en este camino
… Le pones palabras a muchas cosas de las que siento… Ya me inscribí en la clase. Un abrazo
Hola bonita, acabo de dar contigo y me gusta mucho lo que escribes. Yo estoy ahí, en ese proceso, como todos los que estamos por aquí.
Yo me he dado cuenta que lo que SOY tiene más que ver con esa parte de mi que, como tú dices, no tiene expectativas, ni espera ningún resultado, ni se plantea nada…solo hace por el placer de hacer y da la bienvenida a todo lo que la vida le trae, sin tanta mente… cuanto más reflexiono muchas veces, peor, soy más yo cuando observo sin juzgar y no pienso.
Te recomiendo un libro espectacular “Experimento Rendición” de Michael Singer. Una biografía de un hombre increíble y de lo que le pasó cuando empezó a rendirse a lo que la Vida le iba dando.
Un besazo guapa… te veo por aquí ;-)